Nada es propiedad
Nada me lleva, nada me llevo. Este aire maravilla. Y el aroma del huele de noche, o tu aroma mismo. Nada es propiedad. Dime acaso el canto de los pájaros. La guitarra. Ese cúmulo de nubes y libros. El diploma del 9.9. Nada es propiedad. Ni esta mirada absorta en el movimiento de la ola. Ni la ola misma. O la pintura que eterniza tu belleza. Títulos. O una nota. Mira bien los discos de Auté o de Nana, que admiro y oigo en repetidas ocasiones. O esta nitidez de pantalla. O el auto de ciento veinte caballos hp. Mas al irme extrañaré unos breves momentos que también se quedan en memoria, una breve fracción de tiempo. Una palabra al oído del siempre y el ni nunca. Mas la imagen de la luna colgada a tu mirar. Y un punto de carretera de aquella vez, en un punto tuyo como iris luminoso. Nada es propiedad. Mas si valiera el lucro, me quedaría con tu flor poema. (borrador)
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