Me llamaba Dios en el momento...

Me llamaba Dios en el momento  que vi a Eugenia. Era un pueblito cualquiera. Una nevería de aquellos tiempos. Y ella estaba descansando en un sillón reclinable. Comía algo. Una tarta de manzana o tiramisú de limón.Y con dos o tres amigos. Ven acá, empecé a tararear y ella volteó. Le dije oiga qué felicidad encontrarla. Me permite que nos tomemos una foto. Y ella sonrió y cantó mas fuerte Ven acá. Yo realmente me pellizcaba para asegurarme que no era un sueño. Y me fui por la cámara y a ponerme los zapatos. Esta mala costumbre de andar descalzo en los sueños. Pero yo no sabía. Y en mi auto encontré muchos zapatos, pero ningún par. Y heme allí desesperado. Nunca más me la volveré a encontrar, me dije. Y a pellizcarme de nuevo. Entonces decidí ir asi, descalzo. Ella solo sonrío. Y nos tomamos una de las fotos instantáneas. No sé ni de dónde salió. Y ya tenía la placa. Y ella, Eugenia León y yo. Ella siguió cantando como si hubiera teatro lleno. Y sus amigos se habían quitado y solo quedamos ella y yo. Me dio su número de telefóno. Por si las dudas y evitarme desengaños. A la foto una esquinita le quité. Y aquí ando con un cartoncito de fotografía. Y ella más no está, y esta es la razón. En el mismo sueño me mandó un mensajito. Donde dice gracias por amar mis canciones. Y siento que es una muy agradable broma de Dios.

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