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Mostrando entradas de noviembre, 2016

Noviembre

Escuchaba noviembre sin ti. Y a mí me salieron las palabras noviembre contigo. Nada de contratos, me dijiste. y yo lo creí. Porque lo quise creer. Escuchaba tiramisú de limón. Y el tren venía hacia mí. Como dándome explicaciones del paso del tiempo. Noviembre tiene su espacio. Y viene y se va. Hasta ahora. Dejo mis apuntes con silbido. Like a Rolling stones. Mientras escucho a Sabina. Y me tomo un café con whisky. Para ver si se borra el recuerdo y se activa el olvido. Entre las tantas noches de sueños. Y los días de insomnio. Para pensar el futuro. Olvidando el presente. Y buscando en ofertas lo que no voy a encontrar. Alpiste para el pájaro. Disco donde cante Mafalda. Lámpara de Aladino. Y adiós al tiempo. Noviembre dejó su huella. Como decir hastío. De saber que el tiempo. sea solo para vivir. Trasladando a conciencia las razones. Olvidar el presente. Es dejar a merced de piratas los sueños que hemos construido. Con historias ajenas. A esta ciudad de Madrid.

Te vi

Te vi estrella. Años luz de por medio y la esperanza de andar ligero los caminos. En sol y montaña nieve a regaliz. Te vi. Los sueños se defienden por sí solos. Tenía el cuaderno abierto para ver, si de pronto algo escribía en algo así de que te vi. En todas partes y todo tiempo. Ocupando todos los espacios. Ee vi. espejo de ilusiones. Tormenta alada, tormento innecesario. Los planes andaban sin pan. Sin el afán de ocultar la derrota. Y de la iglesia se escuchaban cantos. Oraciones en coro. Para la salvación. Y yo te vi. Ocurre pocas veces. Lucero al alba. Milagro del amanecer. Luna de día. Cuando ya no tienes esperanza. O en otro sentido sí. Por ejemplo, aúlla un perro lobo a la luna. Y la vida tiene muchas formas de manifestarse. Aún en el crepúsculo. El llanto. El abrazo solidario. Te vi. Entre todo el pesar. Entre todo el pensar. Entre todo el penar. Te alzaste. Todo abrazo. Y a todo el pueblo en el cobijo. El caso concreto es que te vi. Metáfora del alma, metáfora del arma.

Necios

Yo formo parte de los necios. De esos que se niegan a cruzarse de brazos ante las azarosas circunstancias. De los que vislumbran un mar con marea cerca de los ojos. De los que miran a la luna ajena a todo sentimiento. De quienes suspiran de mañana, tarde y noche. No cejo en hacer caminos por donde nadie transita. Entre las páginas de los libros me descubro. Y trato de tapar el sol con una mano, no precisamente con el dedo. Intento todo en todas partes y por todo. Las palabras cierno entre los dedos. Y sigo mi camino silbando canciones que ya nadie escucha. Yo formo parte de los necios. Creo en la vida y muerte. En lo blanco y negro. Creo en el miedo y el valor. Polvo somos que anda alucinado. Necio de creer en las derrotas. De no suspirar por la fama. Ni perder el sueño por los triunfos.

Porque

Porque el tiempo no se acaba. Sigue su inmanente curso. De nosotros es menos cada vez la estancia. El fuego de la vida permanece. Conciencia del si o no en el tiempo. Porque se escribe desde la espina. Las llagas. Las heridas. La vida no tienes sus bemoles. Es lo que es entre colores, risas, y perfumes. Porque no vivimos si no morimos antes. Es raro decirlo. Las hojas secas están más. Porque no bastan.        Porque seguimos riendo. Porque seguimos buscando las palabras hasta por debajo de las piedras. Y aquí andamos, polvo.

Esta ciudad

Esta ciudad me cambia el nombre. Dejó de ser Antonio, y anónimo me sumerjo en esta mar de ciudad.  Sus grandes edificios t avenidas. Su gente que camina t maneja muy de prisa. Su historia que acumula sentires y experiencia y que va en las generaciones. Sus cantos. Sus bailes. Su co na. Amalgama de toda nuestra raza. De toda nuestra geografía. Me llama mucho la atención sus grafittis, su arquitectura. Tantos templos para cada santo. Sus altares. Sus jardines. Y hasta el nombre de sus calles me convoca a estudiar. He recorrido principalmente su centro histórico que ya de por sí es un cosmos. El corazón es Zócalo. Y de allí a donde los pies nos lleven. Un café se antoja siempre. Y asomarse a los aparadores. O entrar a un museo. Una exposición. Quedarse a ver los espectáculos callejeros. Los magos. Librerías de viejo. Timbres postales. La música del cilindro Oh, viajera que vas. O yo tengo tentación de un beso. De lo que quieras conseguir solo basta preguntar por donde t al instante te...

El Caballo

Llegué tarde al teatro Karl Marx en la Habana. Era la clausura del Congreso Pedagogía 2003.    Avenida 1ª, entre Calle 8 y 10, Miramar. "Estará El Caballo", me asegura el chofer de la guagua (carro de renta). Es lo que nos dijeron, le respondo. Dale "candela" que ya es tarde, le pedí. Y sí, entré al teatro. El más grande de Cuba. Aún estaban los números culturales. Un ballet de contradanza (country dance) con muchachos y muchachas. Ya iban por su segunda melodía moviendo sus cuerpos. Bien. Acopladas las parejas. Y las parejas en el grupo de cuarenta o algo más. De pronto los aplausos de las primeras files y fue subiendo de intensidad y se iban sumando los aplausos, hasta llegar a nosotros, en las últimas filas. Luego me di cuenta. Eran alumnos de educación especial, con síndrome Down. La emoción hasta las lágrimas. Luego palabras del ministro de educación. Y al final el discurso de Fidel Castro, a quien los cubanos de a pie le dicen El caballo. Habló sobre la necesa...

De luto, sí

De luto sí. Por la muerte de Fidel. Sí. Tomo café este domingo. Escucho música de trova. A desalambrar. Se me reventó el barzón. Nadie doblega al colonialismo. Ni al imperialismo. Tú comandas esa lucha. Aún ahora, con tu muerte. De luto sí. Por la tanta pobreza. La usura es la hidra de las cien mil cabezas. Es la lujuria de la ideología del oro. Se regenera por cien al cortar una. De luto por el deterioro del lenguaje. Nuevas generaciones viven sin dominar el lenguaje, sin apreciar la belleza, sin saber que existen. Es raro todo esto. Yo tomo café. Yo escribo en la sala de mi casa. Leo las noticias en el computador. Escucho música. Esto es sencillo. Cierto confort. Y recuerdo mis años  en la escuela pública. Donde las margaritas del conocimiento eran bien recibidas. Nos asomábamos por una rendija al mundo. Y supimos de esos intentos. Algo fallidos. De aterrizar el avión de la utopía de un mundo mejor para todos. La usura chupa la sangre. Tarjetas de crédito. Intereses de la banca. ...

Domingo de balance

Lo que perdí, lo que gané. Sin aspavientos. Escucho ahora a Billie Holiday. Luego a Louis Armstrong. Discos de hace años comprados en los puestos de revistas. Y ahora desempolvo. Movidas canciones, motivan los pies. Los días de la semana se han ido. (Solo de bajo). Y vienen de nuevo en la circular medida del tiempo. Metáfora de movimiento perpetuo en esos agudos de trompeta,  Armstrong. Me agita la sonrisa. Se talla su sonido en mis huesos. Mis dientes tratan de aprisionar mi lengua con sabor a naranja. Y el café no llega. No aún. Me asomo a la ventana. Y desfilan los vecinos a la misa. Van de la mano, felices. Y los niños les siguen en la ruta que tiende a buscar el anhelado cielo. Tengo aquí, a la mano,  un cancionero de música latinoamericana. El Barzón. Volver a los 17. Y a la mano la guitarra que te ha visto, por si se ocupa. Recuerdo de los días pasados. Y a la distancia se saborea, Mauricio Gómes, el pescado brasilero de este domingo. La vida, amigo poeta, tomando de Es...

Escribo a tientas

Escribo a tientas esta noche de la noticia inevitable de tu muerte, Comandante. Aún la leche y miel para niños y ancianos sigue de ideal. Y seguirá como sueño por alcanzar mientras se viva en los tiempos de la miserable usura. Has muerto viejo sabio, montaña misma, mariposa de palabras cargadas de tiempo y de utopía. Que diste sentido como brújula a tanto ideal. Te llamarán como te llamen -entre líder, comandante, estadista y tirano- está inscrito tu nombre en la historia. Entre tantos que sueñan y los que no. Los que leen y no. Los que miran hasta el límite de la nariz, y los que vuelan en el campo el cometa del futuro. Los cómodos. Los del confort. Y los sin zapatos y con hambre. Te llamarán de un modo u otro. Las víctimas del lucro, de la usura y los poderosos tendrán nombre distinto para ti inscrito en su pensamiento. Caballo brioso, de los imprescindibles. Vuela en paz. La vida y la muerte son el mismo sueño. Un juego inútil de ajedrez, con las piezas movidas de quien nunca se es...

A los músicos

Para Kseniya A los cuerdos o locos músicos. Que van de pueblo en pueblo. O entran con guitarra en mano a un restaurant o cantina. A los que van de casa en casa. A los que son llamados en la madrugada para la serenata. Al que le canta a su novia, padre, madre o maestro. A los que cargan el chelo llamado contrabajo. A los que acompañan con música a la virgen en su día. O a las quinceañeras o bodas. A los que se reúnen con amigos y hacen su música por horas de manera repetitiva en los ensayos. A los que escriben en pentagrama en lugar de cuadernos de cuadro o rayas. A los que integran grandes orquestas o hacen coros. A los que van silbando o solfeando sus canciones. A los que hacen reír al piano u otros instrumentos. Al empírico que aprendió como al paso el acorde de do con su círculo respectivo. Al que ha estudiado por años armonías, composición y arreglos. A los que llevan la música en el corazón. En el nuestro corazón.

Vamos a dormir ayer

No hoy. Vamos a dormir ayer. O mañana. Pero no hoy. Los tantos recuerdos anidan en el sueño del ayer. Y las visiones de futuro junto con la incertidumbre están mañana o después. El presente no es para dormir, en todo caso sí para soñar. Pero sobretodo para vivir. Con fruición. Con pasión. El corazón preciso anudado por piel. O en celdas de la pasión. El presente es el tiempo que existe. El pasado no. El futuro no. Al futuro pertenece el polvo. La mueca en la sonrisa. Al pasado los recuerdos que visten la esperanza de una nostalgia ocre y gris. El presente es este mirar continuo con guiño.

Gallo

Como todos los días has hecho llegar el alba. Ven. He negado tres veces antes de que cantes. Me he escondido al negar enterrando la cabeza, como el avestruz. He guardado distancia. Bruma de los días. Respaldo en las noches. Ven a confortarme, gallito de crianza. Solo quedas tú de los bienes del Coronel. De los tiempos cuando nadie le escribía. Cuentos viejos. Patrañas de la historia. Ahora tengo las palabras. Que me dan respiro y que a veces me ahogan. Por eso salen. Para escribir la historia. Porque has cantado. Y yo bajo mi cabeza por las negaciones vertidas en la historia. Gallo de lotería. Gallo fino de pelea. Gallo domesticado. Gallo de La Pasión. Gallo de la poesía. El fulgor del día es obra tuya. De tu sonoro y esperado canto. "Te negaré tres veces antes de que llegue el alba"

Los que se van

Los que van y vuelven tienen sus razones. Poderosas razones. El sitio de partida es lo de menos. La relatividad. Ir y volver es una figura cíclica. Y el lugar de vuelta a veces es ninguna parte. Al poema por ejemplo inconcluso se vuelve. A la guitarra del rincón se vuelve. Y no deja de ser plausible el evento. Otro es irse. recorrer caminos para encontrar lo que no se busca, o buscar lo que no se encuentra. Hay datos concretos. la soledad es asunto de todos. El problema es sentirse solo. Solos. Sol. Y la quimérica felicidad se vuelve anzuelo para la vida, señuelo para seguir de frente. Los que van es porque han vuelto. Y siguen la ruta de regreso. Ninguna parte es atractivo. la felicidad es ilusión momentánea que nos nubla y alegra. Ambas cosas a la vez. Con libro bajo el brazo voy. Con la sonrisa vuelvo. Y el guiño que guardamos para mejores ocasiones. Como el perfume aquel. Como el reloj aquel. Del tiempo ido en marzo o abril. Si te has ido, quiero hacerte venir. Soy de esos de panta...

Una mariposa

Una mariposa es la idea que anida en la imaginación. Y vuela libre en el pensamiento. Se reproduce en humedad. Y hace piruetas alegre y bonachona. Una mariposa reproduce el vuelo y los guiños. Y hace abrir el botón para la flor. Y endulza la miel. Blanquea la leche tibia para los niños. Una mariposa se transforma en canción o sonrisa. Aletea burbujeante en la mirada. Y se posa en la mejilla de arrebol. O en la manzana de Eva. Y a veces vuela invisible ante los ojos de quien va de prisa. O a quien persigue de señuelo el oro. Desaparece y aparece como maga. Depende de la ocasión, o del ritmo del corazón. No la sigas, porque huye. Espera con paciencia. Este texto es también una mariposa.

No todos los caminos

No todos los caminos son buenos. Ni llevan a Roma. Y menos a La romana. En todo caso el pensamiento elabora señales de ruta. Que a veces es a ninguna parte. O de regreso. Ni todos los caminos son malos. Peor es cruzarse de piernas o de brazos. Y quedarse sentado en un asiento del teatro de la vida. O en la acera de la casa. A veces es bueno utilizar la brújula o Rosa de los vientos. Y a veces jugar a la botella. O moneda al aire. El destino es la ruta que se toma. El libro se lee desde cualquier página y a veces desde el inicio. O se abandona en la página que uno quiere. Mi libro vacío recibe cualquier palabra. Sea esta común. O de las que se saca brillo. Y escucharla como por primera vez. Ocarina, por ejemplo. No se pueden seguir todos los caminos. Y menos a la vez. Uno a uno. Abrir brecha es bueno. Y estar donde la sonrisa. El arrullo. O el reto de saber si ahora sí o no. No todos los caminos. No todos. No. El propio es señuelo hacia la dicha.

A diario (2)

A diario la luz y la oscuridad. En esa lucha fraterna por definirse como vencedoras, donde el crepúsculo es parte de la prueba. A diario la humedad como rocío para el alma. Tercas señales de la especie para contagiarnos de la dicha. Llueve arriba de la montaña y baja en torrentes sanguineos, como para despertar el alba. A diario las palabras como alimento de los dioses que han bajado para escudriñar si andamos en lo cierto. La felicidad apenas es una de las tareas. Y seguir el manual de usuario para acabar con las termitas. A diario la bestia hace su parte para civilizarse. Mucho hay de cierto en la historia de los hombres. A diario al mirada, el guiño, el buenos días. Hemos recorrido tiempos que nos recorren. Y caminos para escribir nuestra edad en el tallo de los árboles. A diario cantamos aún, a la espera de un futuro que ya no existe. Canciones que han pasado de la edad del cobre a la edad de la nada, en la que reina el polvo.

A diario

A diario el comején hace su parte, como la termita. Vencen lento la dureza de la madera y la lógica del pensamiento. Con infinita paciencia roen en la tarea biológica de alimentarse en ese sabor arbóreo de lo seco. Se alimentan y mandan señales de apareamiento. Y en el pensamiento tejen telarañas o roen lo que saben para mezclarlo con lo que imaginan. Y hacen su historia que provocan celos, envidias, odios. Vencida la madera por la plaga de estos coleópteros, hay que renovar las partes dañadas o de plano cambiar toda la madera. Vencida la lógica del pensamiento con las historias ya concebidas como verdades absolutas, se van sin juicio hacia morder la oscuridad de las noches por el insomnio. Vientos huracanados vienen a sus vidas. Vorágines de la transformación en bestia a diario. Las miradas al pasado son comejenes, termitas, que hacen su parte para negar el presente y futuro siempre promisorios, de luz.

Olvidos y recuerdos

Olvidos y recuerdos son la manera de seleccionar imágenes del pasado. Olvido por ejemplo de la noche el insomnio. Y recuerdo la imagen de la luna. Es un ejemplo. Las luciérnagas recuerdo. Y las busco entre la penumbra. Y olvido lo que hizo corte, ahogó al pez, y motivó las lágrimas. Fue arena para los ojos. Gas para los pulmones. Por eso olvido es un mandamiento de la hiel que bebimos en el pasado. En cambio recuerdo la transparencia del agua. El verde tundra del bosque. El distintivo en el abrazo. Y los besos sin afán de lucro. Semillas de calabaza tostadas. Una película. Los números naturales. Y los elementos de la química. Recuerdo la sonrisa de papá. Olvidos y recuerdos son el balance perfecto para el día de mañana. Cuando ya no estemos. Me miro al espejo y me recuerdo ayer. Y me veo mañana polvo. Medianoche y pan. Flauta dulce para amanecer martes. Olvido porque recuerdo. Quizá sea el afán de sabernos recuerdos. Cito a Borges: " Que no daría yo por la memoria de que me hubier...

Certezas

La eternidad no existe. Y es mas breve en las promesas de amor. Certezas. La música la escuchan con la piel y el corazón quienes no oyen. Sus pies se mueven bajo la mesa. El amor muere solo si no le damos respiración de boca a boca. Certeza en la amistad sin tiempo. En el canto de los pájaros. En la rama que se quiebra, mas impulsa y salva el ala. El segundo anterior está mas lejanos que un año luz. El mar es una luz líquida en movimiento. El libro es el agitador en el pozo de la imaginación. Recordar es una lucha permanente con el olvido que inevitable nos arrastra. El ciego tiene mirada de lince a través del oído. La palabra se graba porque se cincela en el alma. Mis certezas son efímeras. Como la vida misma.

Tarde de domingo

Aquí el libro. Poema de amor. Poema de amor a mi madre. A mí madre que murió hace quince años. En cada parte de  las expresiones, de la alegría. Al desconcierto. Miramos al interior. Las flores luminosas. Una mosca en la espalda. Lista para el vuelo. Domingo de canciones. De sonrisas. De teléfono a teléfono. Escucha. Di. De los años que han pasado. Dibujamos con líneas el pasado. La botella al mar sigue suspendida. A punto de caer en alta mar. Las palabras que se escuchan. Que se dicen. Que vuelan en ruta al nido. Domingo de perseverar en la sonrisa. Vamos a caminar. Tal vez nos volvamos imagen de espejo. Puntos suspendidos. Puntos suspensivos. Yo lo sé. Que al punto final agreguemos dos puntos seguidos.

En claro

El punto en la i. Y no hay más redondez que en la o. Así de sencillo. Sea transparente el agua y sin olor. Lo demás es lo de menos. El segundo recién pasado está más lejano que mil años posteriores. Y la daga fue hecha para cortar. El amigo no traiciona. Y el amor nunca se va. Posa en otras almas, como en otras flores. En claro el camino. Y la luz viene con el día y se va. No hay mucho más. El agua en su ciclo. Y una gota hace más grande el mar. La dureza de la roca se rinde ante la persistencia del agua. Ese pasado no lo sé. No hubo algo. Quedan los sueños y las palabras. La eternidad tuvo su fin. Es la brisa del fresco amor. Como colibrí en flor. Queda la música y las fotos sepia. La carta la sellamos con un beso. Como esa canción dice en el ayer. En claro. Al paso de los años mis huesos sientan bien.

Hay una canción

Hay una canción que debo. La debo. A ti. Que eres amigo o amiga. El amor mismo viaja por circuito interior. Canción donde deje fuera el asalto a los clichés. La razón. Donde solo compartir el tiempo. Entre palabras y silencios. Donde la imaginación sea el aleteo del pensamiento. En el vuelo, por supuesto. Y esa mirada. Esas miradas. Y las sonrisas suaves. Y la carcajada abierta. Hasta las lágrimas. Debo. Y la nostalgia se hace futuro. Mezcla de la amistad perenne. Sin nombres ni apellidos. De antes o ahora. Sin nombrarlos. Mi corazón late en los recuerdos. Y en las palabras que nos hemos dicho. O ese acompañamiento en silencio. Porque te vaya bien. Debo el texto. Las palabras se escurren. Brincan en mis oídos. Y queda un borrador. Por mis amigos todos mis sentidos. La cuenca donde estaban mis ojos. La sonrisa sigue, agradecidos de la vida. Y este perfume huele a tantas palabras. Y las palomas en imaginación cruzan el horizonte.

Escribo

Escribir es un quiebre diario, necesario en mi. Café y escribo. Chopin, por ejemplo. He puesto en el tocadiscos uno de Chopin. Las notas de piano son pomada en mi nostalgia. Y río de pronto. Es lo que escribo. Y miro imágenes que me llegan de pronto. Con ojos abiertos o cerrados las miro. Planta que se impone al pavimento. Planta sobre el agua. Y la flor. O las lágrimas imaginadas en el valle. En este valle. Escribo. Y mi corazón a veces quiere parar y sigue. Sería bueno ir al médico. Adiós al tiempo que tritura. El espejo es un dictador. Escribo y Chopin. Café del sábado. Aquí en esta ensoñación por los recuerdos. Las lecturas de poemas en la adolescencia. El mar tragado en esa edad. La erupción del volcán interior. Y el fuego sigue sin precisa ruta. Escribo. A veces canto. Escribir es el esfuerzo inútil de asomarse al alma, diría Voltaire. Vamos pensándolo bien. Escribo. Y las notas. Y lo notas.

Estridente

Estridente la vida. Llame la atención con furia. Mas de pronto una carcajada sonora. El polvo es una imagen y al final destino. Olvido es palabra grave. Y esdrújula es esdrújula. Como decir brújula. Bruja, es grave. El viento eleva papel pautado. Cupido pobre. Estridente el murmullo. Estridente el silencio. Los dioses no han venido a sentar cabeza. Respondan las cinco de la filosofía. Por el cementerio hay ruido. Viva la gorra del béisbol. He perdido la bufanda de nuevo. Y este frío. El paraguas lo mismo. Vino tinto. Sírvame en la copa roja. El reloj sin tiempo se ha detenido. La vaca rumia palabras mientras come alfalfa. Ay, Don Germán Lizt.  He soñado algunas versos. Que nunca se transforman en besos. Estridentes las notas del corazón. Para lucir de nuevo en la feria de los dones. Y que siga viviendo el mole de la maga. Todos al poder. Del amor. "  desdoblé el diario de mi indiferencia/  y leí la catástrofe/  de  su nombre   "   (Para mi amigo E...

Los tiempos

Los tiempos alegres, los felices, los tristes. Los que hemos vivido, los que nos quedan, los de los sueños. Los que han sido testigos de nuestras tantas derrotas y de los anhelados triunfos. Los tiempos modernos, los pasados. Los tiempos de la moda, de lo antiguo. Todos los tiempos coinciden en un instante mismo. El tiempo de la nostalgia, el recuerdo y los anhelos de futuro. Este instante. Los de los besos, los de los versos. Los tiempos de la espera, de la desesperanza. Aquellos del frío en los huesos. El tiempo que se fue con la mirada en las nubes, en la luna. Los tiempos del poema en la cama o en el parque. Los de la oscuridad en el cine. Los de la carretera con música de fondo. Los del recodo en el mar. Los tiempos de la siembra. De la siega. Los de las palabras, los del silencio. Los del embrujo, los del ensueño. Los tiempos mágicos del amor a la vida. A corriente o contracorriente. De subida en la montaña, la cima y el descenso. El tiempo nuestro, único.

Sepelio

Irremediable fin de la vida. Todo a su tiempo. La razón es distinta. Inexorable. Inevitable el día, la hora, el lugar. De pronto un rayo directo al corazón. Y las palabras que se alcanzan a decir, es que uno acompaña en ese dolor intenso, inmenso. No hay más. Siente el dolor en su magnitud solo el deudo. Las flores con nombre de quien las envía. Las flores anónimas y coloridas acompañan. Los ritos distintos de acuerdo a la tradición familiar. Música o rezos. Un minuto de aplausos o silencio. Rostros en lecturas de lo triste. De la solidaridad que hermana. Noviembre en plenitud, se aleja poco a poco en la nostalgia. Con el tema perenne de reflexión. La muerte. Mientras tanto, la luz del día.

Nuevo día

Cuando llega el nuevo día -honor de estar aún- la muerte sonríe desde lejos. Y hace señas como diciendo que no tiene prisa. Todo a su momento preciso parece decir con su mirada intemporal. Por eso el día es todo una maravilla. Su radiante claridad enternece. Sus sonidos de la naturaleza enamoran. Y las palabras se dicen o escuchan para abrazarnos todos, de todos los colores y sueños. Lúcidos u oscuros. Radiantes o tristes. La vida transcurre. El tiempo como ácido silencioso e implacable nos despelleja lento. Por eso disfruta el nuevo día. Maravíllate como si fuera el primero. Disfruta a raudal como si fuera el último. Mi fe es que mañana aún estaremos. Más allá no lo sé.

Fe

Fe es el silencio absoluto ante la nada. Ante la luz que ciega. La sombra que se adhiere. Fé es cerrar los ojos y saber que se llega o no. Que el camino se cierra o abre. Que la nube sigue su ruta. Recordad el verso y el beso. La batallas por las tardes aquellas en las que el viento. Tenga a bien apurar el trago. Dulce o amargo. A nada sabe. Vamos Odessa, un sueño. Los fantasmas del pasado no están más y tampoco se nombran

La esperanza

La esperanza no es transitoria. Es la burbuja ingrávida que va sostenida en el aire y no se rompe. Es la espera del triunfo refractario al desaliento. Señuelo que nos hace tratar de avanzar a ciegas. Palpitar del corazón en el sano juicio de la dicha. La esperanza es pensar que es posible sólo por imaginarlo. El libro queda a la espera con sus páginas abiertas. De dos en Dios. Esperamos el ángel y a los bárbaros. La vida viene con bemoles. En positivo todo va siendo posible. Como la neblina que amanece y al paso de las horas  queda en humedad para las plantas. Hoy vi. Oigo. Palpo. Naturaleza viva. La vida en gozo es esperanza. Por si. Por no. Por si las dudas riego la planta pequeña de la esperanza.

En la ronda de los dias

En la ronda de los días, el sereno, la niebla, la muerte. La extraña sensación de que se sueña entre los sueños. El mejor tiempo para mirar la luna en noviembre . Vivimos tiempos extraordinarios. Dijo tomando la vieja escoba para volar mientras barría tristezas. Y se fue riendo en el necesario vuelo, en el duelo inevitable. Para todo teníamos palabras. Para el fuego, los sueños, la vida. Menos  para el olvido. Jugar. Por jugar.

Educación y amor

Mi agradecimiento permanente a la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, al señor rector, José Manuel Piña, a la División Académica de Educación y Artes, a su directora Doctora Verónica García Martínez, y a los organizadores de las celebraciones del 43 aniversario de la creación de la carrera de Ciencias de la educación, y  mis maestros de esta División. El mismo auditorio tiene el nombre de Heriberto Olivares Valentines, que fue mi maestro. Cada uno de mis maestros ha dejado huellas imborrables tanto en mis pensamientos como en mi corazón. Mis maestros me enseñaron a pensar. La tarea de los maestros es enseñar a pensar, y en ese proceso, la tarea es encender la chispa del amor al conocimiento. Por eso les agradezco lo que hicieron en mi formación como profesionista, pero ante todo, como ciudadano. Y cómo no ser agradecido, si aparte de que recibí enseñanza y educación de mi carrera formativa en educación, también me han invitado como egresado a venir a platicar sobre mi exp...

Amor

Ya es tarde. Adiós. No es tarde aún. Vamos. El viento mueve la maleza. La oscuridad tiene sus luciérnagas. Y la luna de noviembre grandota resplandece. Ya es tarde. Adiós. No lo es. Vamos en camino de las conjunciones, siendo paralelas. El café está caliente. Se oye el agua sobre el tejado. Sigue permanente el sonido de los abejorros en el oído. Por la calle la procesión en la prisa de los martes. Que será de ti, Ipanema. Cuando te estabas en la cama lista para el sueño. Con el acordeón preparado para la samba. Ya es tarde. Adiós. Pájaros en la intemperie. Gozosa dicha por las palabras. Amor al tiempo. A la dicha. A los pájaros. Amor a la naturaleza. Amor por la buena charla. Por esas caminatas hacia el Sur. Llegaremos al Norte. El disco del vals de la vida sigue en su giro. Y reímos alondras como decir ya es tarde. Adiós.

Te busco

Es claro que te busco. Muerte. Recuerdos. Semilla de fruto, flor. Y es claro también que decidí buscarte por donde no estás, por donde no andas. Me refugio en las canciones. Y de tarde en tarde mi guitarra sonríe conmigo. No es a mi no es a ti, a quien van las palabras de prohibido, de me acostumbraste. Te busco por donde es infinitamente imposible encontrarte. Y esto es de acuerdo a un plan personal. Donde el brillo de los ojos tienen otro sentido. Las palabras siguen conmigo. Aunque a veces se rebelan reveladas. Sé que no andas por donde camino. Y eso de cambiar de acera, o de bajar la mirada, no es actitud nuestra. La luna anoche ha brillado intensa. Este martes augura buena siembra, para la buena cosecha.

Me hablas del ayer

Me hablas del ayer. De la rosa en la mano. De la ansiada mirada. De la manera como cayeron los pinos de la casa. Tanto temple.  Me considero afortunado. Y me hayan bajado de la luna. Por eso no estoy. Y de los veinte mil metros de altura. Lo mismo. Mas si así fuera, considera. El ayer queda tan lejano como el frescor de la rosa seca. Como las branquias en lo humano. Como los sonidos guturales al lenguaje. El presente es esta lluvia gris de lunes. De cuando en cuando estructuro los nuevos recuerdos del futuro. Maquetas para la nueva vida.

Te negaré tres veces

No eres tú. No fuiste tú. No serás tú. Así tres veces. No conozco data alguno. No tengo referencia. No tengo memoria. Solo la vida que se va. La flor resplandece y luego se marchita. Se va. Como el buen vino. Repetido vino en odre viejo. Ahora llueve. Todo está húmedo y gris. Como la canción que va en el roce de la aguja en el surco de vinilo. No. No eres. El libro tuvo su última página. Y adiós. Y en el estante hay otros. En la biblioteca o tienda otros. La vida no se detiene. El agitado viento se detiene al fin. Y cambia a dulce brisa. Acaricia la brisa. Y las nuevas hojas de otro libro acarician también. La imaginación se despliega. El unicornio no es azul. Café de lunes. La risa y charla. No tú. No eres. No serás. En la radio se oye la canción te negaré tres veces antes de que salga  el alba. Gracias.

57

La vuelta de la noria en el tiempo. Un año más. Y el camino ha dado suficiente motivo para la risa. La flor no ha faltado. Ni la miel. Íbamos sobre las notas por la alegría del corazón. Más hice un alto para respirar profundo. Cumplir años es un recordatorio de la muerte. Escribe. Escribe. No hay tiempo para tomar otro camino. No hay tiempo. Hago un recuento de los libros no leídos. Y los planos cartesianos de cada texto. Las rutas que seguimos. Cincuenta más siete. Cuarenta más diecisiete. El agua es fresca. Me esperan otras empresas. Tienes tareas por cumplir. La vida es bella. La tristeza de que se va. La casa sigue sola. No la habita el polvo. A veces el olvido. Propia la edad. El tiempo sigue siendo nuestro. Lo efímero y fugaz. Buenas noches. A finales del otoño. Escribo epigramas. Borro mucho. He vuelto al lugar ya varias veces. Y solo el espejo me dice que sigo siendo yo. En esta edad. Sueño aún con un mejor destino del hombre simple. Y el jeans personal sigue dando el tono azul...

Un buen día

Todo llega un buen día. El mismo nacimiento y la muerte. El amor supremo. La conciencia de Dios. Y los otros. Un buen día nos acercamos tanto como otro buen día nos alejamos. Así ha sido por generaciones. Entre la prisa, la risa y el enojo hay un solo paso. Un buen día la mariposa quemó sus alas en la tanta luz. Y la pupila se quemó también. Un buen día el colibrí se posó en tu mano luego de extraer miel de la flor. Un buen día la llamada. La carta y el carbón para el fuego. Los libros ya estaban allí. El maíz fue la razón como decir del pan. Un buen día el tiempo nuestro se fue. Un día todo acabó. Desde aquel día de la cueva. La choza. El castillo. La flor sucedió. Nada ha quedado. Un buen día a la vida dijimos adiós. Oiga, me dicen: usted es el escritor de la muerte. Bien, gracias, respondí desde la cripta yo.

Las cartas

En el sueño siguen llegando cartas. Como las de hace años. Recaditos también. En ellas los detalles de la vida. La gota de perfume. La mancha del mango. Las cartas iban y venían. Trazando lineas finas de amarre de las almas. En el amor y la amistad. Vía área o terrestre, flechas de Cupido bien dirigidas al afecto. Te escribiré la carta. La mandaré al mar en botella transparente. Y llegará a una playa. Y quizá coincida en años, con otra mirada, en otras generaciones. Y el mensaje llegue finalmente y sirva a otros en otros tiempos. Nada sé ahora. Solo que libros y canciones siguen siendo crónicas de los días.

Del Coronel

Recapitulando. No es que el Coronel no tenga quién le escriba. Es que los carteros solo llevan cartas de la usura por el atraso en los pagos, y cartas de publicidad para el comercio. Ya no más las cartas de amor y la amistad.

Hoy Día del Cartero

Tengo tanta paciencia y desde hace años espero la llegada del cartero. Del que llegaba puntual para entregarme carta. De los amigos y de ella sin nombre ahora por el olvido del tiempo. Y cuando llegaba anunciado por el silbato brincábamos de gusto. Allí estaba la de letra redonda o menudita para hacernos llegar los buenos deseos para el beso y el abrazo a la distancia y el té extraño deslizado a manera de reclamo miel de suavidad. Ha pasado el tiempo. Ya no somos los mismos ni los tratan igual. Ahora llega el cartero con cartas de la mezquina usura donde nos avisan del retraso en el pago o cartas de la publicidad de los centros comerciales. Felicidades a los carteros. Ustedes no tienen culpa alguna..

La casa (2)

La casa se ha construido en el corazón. Con ajustes a las necesidades por los tiempos. Un pasado claro como el agua que se esconde. Y un futuro que viene más rápido que de costumbre.  La casa tiene solo lo necesario. Para el descanso y el sueño. Para los juegos del jueves y del fuego. Para los cantos por la paz y la dicha. Es un decir. Los libros caben. Como caben las nubes. Y el ronroneo del gato. Mi corazón es la casa donde habito con luces y penumbras. La palabra es mi destino. Comodín de las buenas obras para ahuyentar peligros. Y para hacer llover cuando nos plazca. Así de sencillo con risas de plaza y casa.

No es que sea tarde

No es que sea tarde. Solo que el reloj se ha detenido. El tiempo no. Han muerto celebridades. Y personas sencillas. El destino es el mismo. El trayecto cada quien lo recorre. No es tarde. Aún no. El suspiro es parte de la vida. Mas bien justifica la vida. Le da sentido al honor de vivir. Su recompensa, el amor y la amistad. Hoy está nublado. Pero sonrío. Y ese nublado me parece maravilloso. Tengo tiempo de afeitarme. De guiñar un ojo al espejo que me responde con el guiño. Así va la vida. No es que sea tarde. Los caminos andan paralelos.

Bailemos metáforas

Vamos a echar vuelo a la hilacha de la imaginación. Y vamos a bailar metáforas. Bailar entre árboles floridos y paraguas. Cosas así. Paradigma de la esencia. Vida en savia diluida. Sorbo café y vuelan pájaros. Zumbido de moscas en los oídos. Campanitas cursis de cristal. Paloma querida al vuelo. Mover corazones en el baile. Los nuestros y los otros. Las palabras reinan junto con el silencio poderoso. Mas los sueños son fuente fidedigna donde brotan metáforas del  sueño. Donde pies de plomo se sienten motivados. Andemos metáforas, me dices. Guerra pacífica de cuerpos alegres, danzarines. La mirada oblicua. En las cavernas crecen unicornios. Y los sacamos a pastar en la pradera.

Nuestra casa

Nuestra casa. Por donde pasan rumores y música del viento. Donde escribimos las mil historias de nuestros sueños. El cuadro. No olvidéis el cuadro. Una sola habitación. Contiguas como espejo las imágenes de los pájaros. Afuera la bóveda celeste con las estrellas dictándonos historias del origen. Estalla el universo como big bang. He escrito nuestros nombres en papel pautado. Para que sigan resonando en mi cerebro como música del alma. Como el tam tam que convoca a reunirnos. Palpita el corazón y define asuntos del futuro armando piezas nuevas del pasado. Ya he tragado y digerido los vidrios rotos escritos en los pulmones. Y todas esas historias del ego. Nuestra casa no es efímera. Nos trasciende. Sublime concepción en este transitar nuestro en el valle.

La casa

La casa. Nuestra casa. La que edificamos palmo a palmo. Con material de alegría y sentimientos. La casa con su patio. Amplio, donde estaban las plantas. Donde risas y lágrimas fueron los detalles. La que llevamos dentro y donde moramos. En la que transcurrió el tiempo de la vida. En la que soñamos despiertos otros mundos. Va con nosotros a donde vamos. Entre ir y volver. Entre los hola y los adioses, la casa sigue siendo nuestro origen y destino. Porque en ella tenemos el mayor tesoro. La circunstancia de la palabra. Y nuestro presente perpetuo. La casa. Vamos otra vez.

El muro

Leeré El Muro, de Sartre. Tiene explicación allí el resultado de la elección en USA. Debe tenerla. Todos tenemos un muro. Al que levantamos o bajamos, depende. No es casual o error la visita que Trump hizo a México. Y su estrategia de campaña fue afortunada, así lo dice el resultado. Afortunada para él. Se trataba de ganar votos. ¿O no? Y los ganó. Suficientes para ganar los votos electorales. El muro de la campaña proclamado por Trump no se levantará. Él se refería al muro que los votantes norteamericanos tienen en su pensamiento. Por eso diseñaron la campaña así. Racista. Grosera. Resultados: 289-218 Trump sobre Clinton. Este es el resultado en el sistema electoral de Estados Unidos que da el triunfo. En el voto popular quedaron 47.5% - 47.6 Cinton sobre Trump. En votos populares: 59 082 285 contra 59 234 470. Allá la publicidad electoral no vendió de que un candidato era un peligro para ese país. Ganó el candidato que vendió la idea de que el mundo y su población entera es un pelig...

Volver a casa

Volvamos a casa. Es necesario. Y justo. La vida es un conjunto de detalles. Volvamos a las frutas de noviembre. Los higos y los nances. Las sonrisas. La cocina de la vieja con los olores a tomillo y a comino. El azafrán. Volvamos que vendrá el tiempo del café bajo la suave sombra de los brazos. El anafre con sus brasas que deslumbran desde las aceras. Doremos de nuevo las tortillas con la salsa de la querida vieja. Volvamos a casa. Lo tibio. Lo húmedo. Enterramos el tesoro en el patio de atrás de la casa. Unas cuantas monedas se fueron al olvido. Los canales para ríos construimos. Volvamos. La casa de la infancia nos espera aunque sea otra. Con los escondites. Con los llamados de los ángeles. Y los columpios. Somos los mismos. Nuestras almas se agitan ante la tormenta, firmes. Anoche en sueños estuve en la casa de ladrillos rojos. El cuadro en una pared cerca casi junto de la ventana. Y el amor en la penumbra del ojo por donde se cuela la luz. Para integrar la razón de la mirada.  ...

Entonces

Declinará el día. Y entre las sombras nacerá el nuevo. Cada tiempo tiene sus definiciones. Entonces todo era un sueño. Mas nadie lo dijo. Quita los botones. El agua del río le desborda. ¿Y ese mural? preguntamos a coro. Nada sabíamos del desvelo. De las enfermedades. Del llanto contenido. Aún no lo saben. Cantaba el gallo. Entonces vamos a morirnos porque vamos a reírnos. Porque vamos a vivirnos.

Caminar sobre el lomo del libro

Que enredo es caminar sobre el lomo de la biblia. Y dejar que afloren los discursos sobre el tema. No hay duda de la paz. De la importancia de la paz para la flor. Las palabras son como piedritas y las tienen que cuidar. Y no diga algo distinto. Por eso es mejor hacer que decir. Y obras son amores. Los golpes de pecho no son nada ante la saliva en la boca como  espuma. La tarde asoma otoño. Y para su pérdida. No hemos ordeñado aún la vaca en el sueño. Mas bien no hay vacas. El santo habla con la flor y la nombra hermana flor.

Vamos a volar un dia

Vengan a fiesta las nubes. Crucemos esta parte de humedad. Vamos a volar. El tiempo de coincidir es perfecto. Las canciones. Los recuerdos . La confianza. Todo se ha dado de manera sencilla. Sin prejuicios ni vislumbre ejecutivo del futuro. Sin estereotipos.  No hay más. Agujeta amarrada en el vuelo. Seguros de que si, siempre. Vamos a volar. De veras es necesario. La lámpara de Diógenes sigue vigente en su metáfora de vuelo en luz. No olvidar los tiempos de las máscaras. Y el ancla que llevamos amarrado al pecho. Volar es exponernos a la vida. Volar es darle oportunidad al juego de miradas. Sin los paradigmas de los viejos tiempos.

Fui a visitar la casa de la infancia

Fui a visitar la casa de los abuelos. La habitaban los fantasmas de los nietos. Había espejos grandes y chicos. Y fotos en digital y en cartón color sepia. "Esta casa la habita el pensamiento", estaba escrito en una pared. Unos cuadros, donde en uno de ellos se representa el camino del cielo y el del infierno. Relojes  con manecillas detenidas. Libros con polvo. Discos de música y películas. Los nietos ya no estaban tampoco. Ni los nietos de los nietos. Se escuchaba palabras como eco. Música de fondo que rebotaba en los espejos y paredes. La casa de los abuelos estaba abandonada en los sueños. Sombras. Recuerdos. Ilusiones trituradas por el tiempo. Salió a la puerta un señor muy viejo. Y me saludó sonriendo llamándome abuelo. En la solapa la flor y un libro. No olvides el libro.

Vamos a empezar de nuevo

Tiene su fin la vida. Fin de finalizar y fin como meta. Tarde que temprano otro Big Bang. Y no habrá cronista que lo escriba. Ni quedará piedra sobre piedra. La vida personal se irá como humo antes. Y será solo un recuerdo. Luego un pálido recuerdo. Luego nada. Flor de olvido. Por eso empecemos de nuevo. Te invito a bailar como por primera vez el vals de la vida. Así como el agua regresa a la nube. Y en el juego cíclico cae y se encausa. Empecemos de nuevo. La oportunidad nos da la vida. Aún. Música del alma. El frío no es tan frío si lo piensas bien. Espejo de las mil sombras hacia la luz. Empecemos de nuevo. Mira el botón de flor. Semilla de los dioses. Fecundidad del amor.. Esa luciérnaga sin edad, el amor. Empecemos de nuevo a mirar todo cómo por primera vez. Huele el libro. El aroma de flor que trae el viento. El murmullo del mar en la caracola. Y el rumor del mar sentados en la playa. Un aueño fue. La vida misma lo es. Sueñan los dioses. Los adioses sean de nuevo bienvenidas. El ...

Miradas

Nada más transparente que la mirada. Más nítido, imposible. El guiño se le parece, por ser directo en el mensaje. En cambio la mirada habla de lo tierno de pensamiento. O del miedo a la incertidumbre o el delirio. Un ojo perfecto artificial. ¿Cuál de los dos es?  Es fácil. El artificial no refleja el odio. Tampoco el amor. Con la mirada van todos los códigos del alma. Con la mirada se irradia luz. O se refleja las sombras internas. Con las miradas se acerca uno -lo mismo la sonrisa- por anhelo o alegría. Brilla la mirada ante lo que se espera dicha. Y nada se rehuye o teme cuando las dos miradas se enlazan.

Vamos a bailar gerundios

Vamos a bailar gerundios. Acciones son obras que permanecen en el recuerdo. El movimiento continúa a pesar de los finales sin  puntos suspensivos. Sombras de luz. Caminando vamos a escribir para el baile los gerundios permanentes. Las metáforas son del sueño. De la imaginación como forma de vida y belleza. La vida es un baile a la intemperie. Y a bailar gerundios. Movimiento sin atar.

A sorbos el café

Cursi. A sorbos el café y la vida. Pequeños, para que duren. Saboreo el café y la vida. Belleza la música de mis sueños. La floresta con sus distintas variantes del verde. Los pajarillos con su fiesta. La vida, un ensueño. Un sueño. Cierro los ojos. Y amanezco en domingo. Como cualquier día. Me confieso adicto a la vida. Incluyo la poesía. La música. Las sonrisas. Los colores. La savia de la vida, en la vida misma. Se acaba mi café. Es domingo.

Chilo Osorio, un ciudadano ejemplar

Un ciudadano ejemplar ha muerto. El jueves 3 pasado dejó de existir Isidro “Chilo” Osorio Hernández, quien supo forjarse un trayecto de hombre de bien, de valores, de trabajo, de responsabilidad.  Un hombre en esencia honrado y leal. Nativo de la ranchería vecina Jiménez, vivió toda su vida de joven y adulto en el Ejido Chicozapote, Nacajuca, a donde lo conocí en 1995 cuando llegué allí como maestro de telesecundaria. Hombre moreno, de origen indígena y con orgullo de ser nativo de esta tierra y cultura, Chilo construyó junto con su esposa Soledad Gordillo, de Oxiacaque, una familia con base firme y fuerte en valores esencialmente humanos. Desde el inicio de mi trabajo escolar tuve referencia de él, por las charlas de otros, y por el papel que desempeñaba como líder natural, de esos que, aunque no tengan cargos, tienen autoridad moral, debido al respeto y aprecio que le tienen quienes le conocen. Y aunque ya no tengan hijos en la escuela, contribuyen a la mejora de los pl...

La muerte

La muerte, la vida, el sueño, el tiempo. El último andén está igual hacia atrás que adelante. Sonríe pleno ante la piedra aunque esta nunca se conmueva. La muerte vive en cada parte de nosotros. Va de invitada especial a nuestras fiestas de cumpleaños. Y se la pasa sonriendo, nostálgica y esperanzadora, siempre a punto de invitarnos a bailar.. La vida se agarra del flaco brazo de la muerte. Y caminan, s udorosas y festivas. Se ríen de nosotros, de nuestras nostalgias y locuras. De nuestros afanes y apegos. La vida no muere con la muerte. Y esta no alcanza nada con llevarse a unos cuantos o finalmente a todos. La vida se regenera en cada idea y célula que se bifurca. La muerte es la crónica de vida y esta lo mismo en la lucha de contrarios. El poema es vida, señal de suspiro. El botón de la rosa se abre. La espina convoca a la sangre. Los besos y abrazos, el guiño. La muerte es la referencia mayor que se nos hace en el día a día para disfrutar la vida

La sonrisa

Ilumina el rostro la sonrisa. Genera tibieza en el cuerpo. Y el rostro resplandece como la flor ante el rocío. Independiente del movimiento circular gravita en los corazones. De los astros alineados o no. La sonrisa transforma en humedad la vida, que fluye efímera y resplandeciente en el tiempo. La sonrisa es muestra de apego leal a la vida. Es vacacionar por la ruta de la dicha. Es darle rienda suelta al gozo interior donde solo emana de la paz. La sonrisa es el libro y el vuelo del ángel. La sonrisa es esa fotografía ajada. El libro subrayado. El poema 20 aún en la desdicha de la lejanía. La sonrisa es que leas. Yo lea. y escribamos piel en la arena.

La encuesta

Hemos caído tan bajo en las encuestas, que debemos hacer una nosotros mismos, y para que resulte creíble, hacer que también aparezcamos bajos. He dicho.

No nos esperamos

No nos esperamos. Sin embargo sucede. No hay aquel que se resista a la sonrisa. Y vaya que hemos caminado. Desde la nube hasta arco mayor. Osa mayor. Y hemos sabido de las circunstancias y el azar. Por eso somos asuntos del destino. Para cuando quiera se den las primeras señales. Cada quien en su cada día parte de hechos concretos. La luna no es el queso de la infancia. Y el amor a raudales, como siempre, a la naturaleza por ejemplo. Y a los versos que voy dejando como huellas para no perderme en mí mismo.

A su consideración

A su consideración el movimiento. El ondular devenir de la vida en las tranquilas aguas del recuerdo. Y vamos olvidando parajes del mercado para enfrascarnos en una especie de guerra civil cuerpo a cuerpo. Al final de todo polvo enamorado es aquel que se alegra en los caminos a ver a tantos frutos del misma árbol. A su consideración el elemento mayor es aquel que se define sin respecto a; para su consideración.

Olvido

Cuando me hablan de recuerdos respondo olvido. Y cuando es de olvidos que tratan diga algo guardo silencio. Yo exactamente no recuerdo si tuve con el café caliente un tiramisú de higo o limón. Si a lo que llamé amor fue realmente un amor. Si martirio dolió fuerte en el corazón. Fui de modo alternado roca y agua. Nube y viento. Y descubrí el prodigio de la memoria. Me dio por reparar imágenes que guardé en la memoria en tercera dimensión para diversión de los momentos vacuos. Me pedían imágenes de uso. Y yo respondía con libro viejo.  O lápiz gastado.. Mientras mojaba mis pies en la filósofa ola. Ahora no recuerdo nada. Todo va en la barca del olvido alejada ya de puerto. Soy ahora roca. Pez. Polvo. Y nada a la vez.

La mar

Me siento en la arena de la playa. Y miro las olas en su eterno resplandor y acometida del ir y volver. Bruñida espuma. Y pienso en el origen. Y el agua que somos. Y lo de pez pescado nunca fue metáfora. De verdad tengo un pez en la pecera. Y yo mismo en el espejo me miro pez blanco. Sentado en la arena saco un telescopio para ver más allá. Y un cangrejo me muerde el pie. Para recordarme de su inmortalidad y de lo fugaz de mi vida. Olvidé el libro ya mojado en la arena que escribí palabras vagas copiando del subrayado del mismo libro. Y la sal cubrió todo mi cuerpo. Yo tuve una estrella de mar que también me tuvo. Y fui parte de quienes tenían una caracola y escuchaba el sonido del mar desde el aire que circulaba en su laberinto.

Inténtalo de nuevo

Inténtalo de nuevo. Esto no es autoayuda. Lo lograrás siempre y cuando sigas en esa ruta de no abandonar. Las palabras están alli. Disponibles, aunque no fáciles. Entonces deberás de intentarlo siempre. Cuantas veces sea necesario. Si tratas del olvido. No recuerdes más. Y si son los recuerdos, acarícialos un buen rato. No hay de otra. Quienes llegan a la meta no buscan atajos. O trampas. Es que se empeñan en hacer llegar las piedras o flechas a la luna. O tapar los hoyos del barco que a veces parece que se hunde. Inténtalo de nuevo. Cada derrota es un aliciente. Cada aliciente es una bujía para seguir. Las derrotas forjan los espíritus. No son necesarias. Son inevitables. Nadie triunfa a la primera. Inténtalo de nuevo. La historia del tiempo son caídas. Conciencia de lo efímero de la vida. Vamos.

A la mirada

A la mirada aquella del cruce de las calles. Donde encontramos hojas secas ocres en ruta del olvido. Otoño estaba instalado en el tiempo sucesivo. No fuimos más allá del viento. Si acaso un beso furtivo. Y un verso de nube o neblina. Ni la rutina ocre. El olvido fue siempre sumiso y taciturno. La mirada estuvo fija en el ondular del movimiento. Terremoto y marismas internos. Hambre de seguir adelante. Por las penumbras vagas del amor. Terco olvido pierde ante el terco recuerdo. La mirada es reflejo solo del espejo. Donde no estaremos más acorde a los días. La muerte me abraza cada tarde. Y hacemos planes de irnos poco a poco. Para fundir olvidos con recuerdos. Y cantaremos las canciones de la vida solo en la búsqueda de la reconciliación con la amada muerte.