Hay una canción

Hay una canción que debo. La debo. A ti. Que eres amigo o amiga. El amor mismo viaja por circuito interior. Canción donde deje fuera el asalto a los clichés. La razón. Donde solo compartir el tiempo. Entre palabras y silencios. Donde la imaginación sea el aleteo del pensamiento. En el vuelo, por supuesto. Y esa mirada. Esas miradas. Y las sonrisas suaves. Y la carcajada abierta. Hasta las lágrimas. Debo. Y la nostalgia se hace futuro. Mezcla de la amistad perenne. Sin nombres ni apellidos. De antes o ahora. Sin nombrarlos. Mi corazón late en los recuerdos. Y en las palabras que nos hemos dicho. O ese acompañamiento en silencio. Porque te vaya bien. Debo el texto. Las palabras se escurren. Brincan en mis oídos. Y queda un borrador. Por mis amigos todos mis sentidos. La cuenca donde estaban mis ojos. La sonrisa sigue, agradecidos de la vida. Y este perfume huele a tantas palabras. Y las palomas en imaginación cruzan el horizonte.

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