La mar

Me siento en la arena de la playa. Y miro las olas en su eterno resplandor y acometida
del ir y volver. Bruñida espuma. Y pienso en el origen. Y el agua que somos. Y lo de pez pescado nunca fue metáfora. De verdad tengo un pez en la pecera. Y yo mismo en el espejo me miro pez blanco. Sentado en la arena saco un telescopio para ver más allá. Y un cangrejo me muerde el pie. Para recordarme de su inmortalidad y de lo fugaz de mi vida. Olvidé el libro ya mojado en la arena que escribí palabras vagas copiando del subrayado del mismo libro. Y la sal cubrió todo mi cuerpo. Yo tuve una estrella de mar que también me tuvo. Y fui parte de quienes tenían una caracola y escuchaba el sonido del mar desde el aire que circulaba en su laberinto.

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