Esta ciudad

Esta ciudad me cambia el nombre. Dejó de ser Antonio, y anónimo me sumerjo en esta mar de ciudad.  Sus grandes edificios t avenidas. Su gente que camina t maneja muy de prisa. Su historia que acumula sentires y experiencia y que va en las generaciones. Sus cantos. Sus bailes. Su co na. Amalgama de toda nuestra raza. De toda nuestra geografía. Me llama mucho la atención sus grafittis, su arquitectura. Tantos templos para cada santo. Sus altares. Sus jardines. Y hasta el nombre de sus calles me convoca a estudiar. He recorrido principalmente su centro histórico que ya de por sí es un cosmos. El corazón es Zócalo. Y de allí a donde los pies nos lleven. Un café se antoja siempre. Y asomarse a los aparadores. O entrar a un museo. Una exposición. Quedarse a ver los espectáculos callejeros. Los magos. Librerías de viejo. Timbres postales. La música del cilindro Oh, viajera que vas. O yo tengo tentación de un beso. De lo que quieras conseguir solo basta preguntar por donde t al instante te dan señales. El frío convoca al calorcito y tibio de los abrazos. Y las sonrisas. Tanta imaginación. Tanta acción. Tanta mano de obra de anónimos. Han logrado dejarnos este imponente y Magno monumento de toda una ciudad, que desde el cielo se mira maravilla. Maravillosa maqueta del genio de un Dios que anda por todas partes y tiene flojera para arreglar los desperfectos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam