Educación y amor
Mi
agradecimiento permanente a la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, al señor
rector, José Manuel Piña, a la División Académica de Educación y Artes, a su
directora Doctora Verónica García Martínez, y a los organizadores de las
celebraciones del 43 aniversario de la creación de la carrera de Ciencias de la
educación, y mis maestros de esta
División. El mismo auditorio tiene el nombre de Heriberto Olivares Valentines,
que fue mi maestro. Cada uno de mis maestros ha dejado huellas imborrables
tanto en mis pensamientos como en mi corazón. Mis maestros me enseñaron a
pensar. La tarea de los maestros es enseñar a pensar, y en ese proceso, la
tarea es encender la chispa del amor al conocimiento.
Por
eso les agradezco lo que hicieron en mi formación como profesionista, pero ante
todo, como ciudadano. Y cómo no ser agradecido, si aparte de que recibí
enseñanza y educación de mi carrera formativa en educación, también me han
invitado como egresado a venir a platicar sobre mi experiencia laboral. Y uno
aprovecha para exponer algunas ideas y reflexiones, que son consecuencia de mi
paso por este recinto, por sus aulas y pasillos. Y yo hago mi esfuerzo de
exposición para que no se arrepientan de haberme invitado. Espero que esta vez
tampoco se arrepientan.
Ahora
que cumple 43 años la carrera de Ciencias de la educación en Tabasco, es
preciso reconocer que las condiciones han cambiado en el sistema educativo
nacional. Fue creada la carrera en 1973. Como presidente se encontraba Luis
Echeverría Alvarez, y el Secretario de Educación era Víctor Bravo Ahuja. La administración de Luis Echeverría (1970-1976)
mostró desde un principio su interés de mejorar el sistema educativo y puso en
marcha una Comisión Coordinadora de la Reforma Educativa para diversificar los
servicios educativos, aumentar el número de escuelas y reformar los planes de
estudio. La reforma de este periodo se reflejó en la publicación de una nueva
Ley Federal de Educación en 1973 que sustituyó a la Ley Orgánica de Educación
Pública de 1941. Esta nueva ley adoptó la definición de educación como
institución del bien común y organizó al sistema educativo nacional para
establecer nuevas bases que impulsaran los derechos que todos los habitantes
del país para recibir educación con las mismas oportunidades.
De la misma forma, se promulgó la Ley Nacional de Educación para Adultos de 1976, que reguló la educación para los mayores de 15 años que no habían cursado o concluido la primaria o la secundaria. Durante este periodo también se crearon diversas instituciones educativas, tales como el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), el Colegio de Bachilleres y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
De la misma forma, se promulgó la Ley Nacional de Educación para Adultos de 1976, que reguló la educación para los mayores de 15 años que no habían cursado o concluido la primaria o la secundaria. Durante este periodo también se crearon diversas instituciones educativas, tales como el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), el Colegio de Bachilleres y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
Creo que en alguna materia escolar han de analizar el esfuerzo
que hizo cada sexenio para mejorar la educación pública. Y al presente sexenio
le ha tocado promulgar la Reforma educativa en 2013, que viene siendo un
parteaguas en el sistema educativo nacional por muchas razones. Una de ellas es
la asignación de plazas y promociones a puestos directivos. Y fíjense bien en
este punto: antes las plazas eran asignadas de manera discrecional. A partir de
2013, con la Reforma Educativa se asignan por concurso de oposición.
En
1973 la tecnología era mucho muy diferente, y su aplicación en la educación la
vemos desde la perspectiva de hoy, era muy rudimentaria: se usaba un proyector
de cuerpo opacos y el rotafolio. Para reproducir publicaciones se utilizaba el
mimeógrafo. Así aprendimos en nuestras
aulas.
Estas
reflexiones se refieren precisamente a nuestra carrera, y sobre nuestro sistema
educativo nacional, pero también me quiero asomar un poco a escudriñar sobre la
vida personal, la de cada uno de nosotros y ustedes, en relación a la búsqueda
de un crecimiento personal.
Es
un lugar común decir que nuestro país requiere una mejor educación. Que la
sociedad requiere una mejor educación. Y seguramente ustedes, maestros y
estudiantes, han reflexionado sobre este hecho en las aulas.
Permítanme
entonces señalar algunas conclusiones sobre nuestro sistema educativo. Y cabe
aclarar que dichas conclusiones son de un miembro muy activo del servicio
educativo, desde los veinte años, que inicié como maestro de educación
primaria.
Una
de las conclusiones es que la gran mayoría de mexicanos estudiamos gracias a la
escuela pública, que no es ninguna concesión al pueblo, es un mandato
constitucional que viene especificado en el artículo 3ero constitucional. Y que
en un resumen apretado manda que sea “gratuita, laica y obligatoria”. Un
servidor no hubiera podido estudiar, si no tuviera la educación pública esa
característica de gratuita. No estuviera aquí frente a ustedes. No fuera
maestro de escuela. Y allí estaba la escuela, en gran parte de las comunidades
del país. Allí estaban los maestros. Pero fue hasta 1957, que se crea la
Comisión de Libros de texto gratuitos. Porque de nada servía que se dijera que
era gratuita, si no podían las familias pobres comprar los libros. A mí me tocó
estudiar primaria con libros gratuitos. Y la secundaria con libros comprados.
Pero se daba el caso, que tampoco podía mi familia comprar libros, entonces
tenía mi padre que pedir los libros usados que los hijos de sus patrones
dejaban de usar.
Y
casualmente es en Tabasco donde se entregan libros de texto gratuitos en
secundaria por primera vez en toda la república de manera gratuita en 1995. No
es un dato menor.
Ahora
bien. Qué perspectivas tiene un egresado de Ciencias de la educación, en el
contexto actual.
Quiero
comentarles que ante todo se han superado los años aquellos en los que se les
negaba a los egresados de educación el derecho de concursar en la búsqueda de
una plaza educativa. Y es precisamente la Reforma educativa del 2013, que
abre el perfilario para que los egresados de Ciencias de la educación puedan
participar en los concursos de oposición en educación básica. Seguramente que
ustedes han tenido discusiones al respecto. Para que el enfoque de Ciencias de
la educación siga preparando a sus estudiantes con un enfoque humanista. Y asimismo
pueda introducir materias relacionadas con la educación básica, para poner un
ejemplo, la materia de sicología infantil y del adolescente.
No
sé si todas las carreras, pero la de educación requiere de egresados que tengan
el hábito de la lectura.
¿Qué
significa lo anterior?
Permítanme
relacionarlo con los resultados de PLANEA, que es un examen nacional que se les
platica a estudiantes de primaria y secundaria, y el resultado que nos arroja,
nos permite coincidir que la educación en el país ha fracasado. Imagínense: de
cien alumnos, el setenta por ciento no saben leer y escribir bien, y no pueden
aplicar en su vida diaria el razonamiento lógico matemático.
¿Que
significa lo anterior? Ni más ni menos, que nuestros egresados de la carrera
deben ser lectores asiduos, y si se puede compulsivos. Deben amar el
conocimiento.
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