A diario

A diario el comején hace su parte, como la termita. Vencen lento la dureza de la madera y la lógica del pensamiento. Con infinita paciencia roen en la tarea biológica de alimentarse en ese sabor arbóreo de lo seco. Se alimentan y mandan señales de apareamiento. Y en el pensamiento tejen telarañas o roen lo que saben para mezclarlo con lo que imaginan. Y hacen su historia que provocan celos, envidias, odios. Vencida la madera por la plaga de estos coleópteros, hay que renovar las partes dañadas o de plano cambiar toda la madera. Vencida la lógica del pensamiento con las historias ya concebidas como verdades absolutas, se van sin juicio hacia morder la oscuridad de las noches por el insomnio. Vientos huracanados vienen a sus vidas. Vorágines de la transformación en bestia a diario. Las miradas al pasado son comejenes, termitas, que hacen su parte para negar el presente y futuro siempre promisorios, de luz.

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