Inicia Taller literario en café Parissi
1. Ahí estaba yo de nuevo, en espera de talleristas. Como tantas veces en varios años: quince en la Galería El Jaguar despertado; dos en Casa Alebrijes y antes varios meses en la biblioteca de Nacajuca. Allá conocí en sus inicios a Domingo Alejandro Luciano, a Pedro Hernández De los Santos, y allí llegaba Roberto Román, a quien ya conocía de antes. Ahora espero en Café Parissi, en el centro de Villahermosa. Pido un café americano grande, "sin azúcar, por favor". Me lo sirven y en ese momento llega Nancy y le acompaña Balam.
2. El taller de el Jaguar despertado lo dejé luego de una licencia sin goce del simbólico sueldo por cinco años. Al intentar regresar a este agradable trabajo de coordinar el Taller, me dijeron: "Sí, pero no al Taller, sino que venderá libros en la librería del CICOM". No pude imaginarme tal cosa. No porque sea denigrante vender libros, al contrario es un orgullo. Pero mi química atómica de cuerpo y cerebro no es de vendedor. Los vendedores tienen una constitución mejor y diferente que les permite recibir mil "no" antes de un "sí". Yo no.
3. Luego vino en el 2022 la invitación generosa de Jaime y Delia para meterme en la cueva Alebrijes, Taller literario iniciado por Luis Alonso Fernández, fallecido dos años antes, y acepté tomar la batuta de la sinfónica oral. Y cada sábado de 4 a 6 nos reuníamos varias personas animosas y animadas por la literatura en su modalidad de escribirla. Muy gratos recuerdos y agradecido con los y las asistentes. Y el plus lo fueron los y las invitadas que compartieron sus experiencias en la carrera de escritores laureados. Escribo los nombres siempre con el temor de olvidar uno: Alvaro Solís, Balam Rodrigo, Angel Fuentes Balam, Erika Rodríguez, Hilario Sería, Kristian Cerino, Mario Cerino Madrigal. Solo que la casa, donde funcionaban Alebrijes, se vendió.
4. Consejos, charlas, risas, amistad, bromas, confianza, dolor de que corrijan nuestros textos ("¡Qué se ha creído este!"), lectura, textos, sugerencias e intercambio de libros, correcciones, lecturas, confidencias, secretos, y tantas cosas más que forman parte de un todo que es el taller literario. Queda el corazón allí. La memoria registra una vida salvada, una vivaz vida, vibraciones. Y de vez en cuando la bromas sobre ir "ancá Marcoelpinto". Yo no he ido ni volvería a ir. Dicen que hace mucho ruido la pianola y los plática en altos decibeles de los parroquianos sedientos. Imposible el tallereo allí.
5. Y en nuestro grupo de red, luego que desde diciembre ya no estuvo el taller de la Cueva de los Alebrijes, siempre la pregunta de "cuándo nos vemos", siempre el compartir textos de otros y convocatorias, siempre el saludo, los emoji, etc. Así que nos ha sido fácil convocarnos para vernos, no importa el lugar, ni la hora, aunque finalmente nos decidimos por Café Parissi, en calle Juárez esquina con Martínez de Escobar. Hice un flayer le llaman, yo le llamo aún aviso o cartel, anuncio, propaganda, o algo así. Digital, claro. Lectura de textos y risa en mesa. No el nombre de taller, no aún. Porque era esta primer reunión de ayer (sábado 2 de marzo) como con el fin de probar si queremos en conjunto seguir e invitar a otros, mesa abierta para que se integren otros u otras personas inquietas en querer escribir o que ya escriban, pero que quieran mejorar. Los que escriben deben ser lectores compulsivos.
6. Café Parissi es lugar de convivencia con taza de café como centro, en sus distintos variantes, claro. Los parroquianos son asiduos, amantes de la charla, justipreciados de la palabra. De todos los orígenes, oficios y profesiones. Jubilados, no se duda. En algunos horarios e escucha música de guitarra, trío y sax. Tres Soles, grupo cultural tiene su reunión los viernes últimos de cada mes, donde poetas y narradores leen parte de su obra en un ambiente de camaradería, con Mario y Rosy Pérez como líderes. En ocasiones cantan canciones, también, sobretodo cuando llega María Reyes, que aparte de escritora y editora, canta muy bien. Y como parte de ese ambiente Chucho Perez tiene su venta de libros usados, de diversos temas, y a precios cómodos.
7. A esta sesión de organización llegaron, aparte de Nancy y Balam, Edgar Jass, Lupita e Isaías, Javier Pineda y Dulce María Burgos. Se trabajó con dos textos. Un poema de Balam y un cuento de Nancy. La idea del taller, para que realmente funcione, es el esfuerzo de participar en opinión lo más posible argumentativa. No solo de me gusta o no me gusta, sino meterse al texto. La sugerencia es que la opinión sea cuidados, en el sentido de motivar, no dejar pasar lo que se considera que puede mejorar, pero no ser agresivo de "esto no sirve para anda".
8. Previo, el coordinador (en este caso yo) hace una charla de introducción a la materia. Lo que es el taller literario a diferencia del taller de lectura o de escritura. En el literario se presentan textos que se escriben en casa. Son escritores que inician o escritores en potencia. Así que los textos vienen ya de casa. Leer todo tipo de literatura, como uno de los pilares de quien escribe. La razón es que es el lenguaje la herramienta fundamental del escritor. Y la lectura le va proporcionando mayor dominio sobre ella, con ampliación del vocabulario. Junto con ello ver que hay muchas posibilidades de enfocar nuestra imaginación en la búsqueda de textos bellos. Bien contados. Provocativos. Rebeldes. Las historias bien contadas. La búsqueda de poesía en los versos.
9. Así que iniciamos este sábado pasado una nueva etapa personal con un taller literario. La literatura es algo divertido, pero serio. Es algo fácil y difícil. A veces se cree descubrir el hilo negro o el agua tibia. Está bien. Hay que seguir leyendo mucho. Suele suceder que quien inicia a escribir ha mostrado sus textos a quienes no leen y menos escriben, sea familiares, novia, amante, amigos. Entonces la opinión que ha recibida es lejana al propósito, porque le han dicho que escribe muy bien y muy bonito. Y no falta alguien que le diga "que´barbaridad, vas para el Nobel". Y es probable que vaya hacia allá. Solo que el camino es muy largo, la dedicación es bastante y se requiere mucha disciplina. En México solo Octavio Paz lo ha logrado.
10. Álvaro Solís, poeta tabasqueño, lo dice de esta manera, palabras más menos, a los talleristas cuando inicia: de ustedes depende si quieren ser los mejores escritores de familia, los mejores de su colonia o ciudad, los mejores de la región o país. Esto solo depende más que del talento, de la poca o mucha entrega al oficio, el entusiasmo, la dedicación, la disciplina y el sacrificio que estén dispuestos a hacer. Y Luis Alonso Fernández (+) decía a quienes se acercaban a mostrarle los textos para que les diera opinión si valía la pena seguir o no como escritor: "si pudieras viajar al futuro y saber que no ganarás el premio Nobel o mínimo el Cervantes de literatura, ¿seguirías escribiendo?" Y la respuesta que dieran es el camino: seguir o no escribiendo. He allí el detalle.
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