1. ¿Después de la muerte qué? ¿Y después de la vida qué? Me interrogaba como si yo supiera algo más de lo que ya habíamos platicado en muchas ocasiones. Y luego se quedaba en silencio diciendo palabras como en soliloquio. Yo trataba de entender la lógica de sus decires. Pero se iba ella y venía de un tema a otro, como si solo pensara, como si solo estuviera viendo yo su pensar por dentro.
2. Y resulta que desapareció de pronto. Nunca más supimos de ella. Dejó su habitación de casa intacta. Ni un texto específico sobre su desaparición. Los libros en orden. Su ropa también en orden. Su familia denunció tal hecho a las autoridades. Pero no había ningún dato más a proporcionar. No de rapto o secuestro. Ninguna llamada había. No hubo despedida. Como si la nada fuera el destino del que tanto hablaba, cuando se refería a la vida y a la muerte. ¿Y que hay más allá de todo eso?
3. Pasaron como diez años. Y creí verla en un supermercado. "No soy yo", me dijo. Peor yo estaba seguro que sí era. Cien por ciento seguro. Su mirada no podía mentir. Aunque su vestimenta fuera diferente. Pero al no reconocerme, no hubo manera de seguir platicando. Algo le habían hecho. Algo había pasado. Como si fuera un sueño que tardara diez años y estuviéramos despertando apenas. Solo que ella siendo la misma era ya otra.
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