La culpa es de la vaca

1. Es muy común  echarle la culpa a otros. Es la naturaleza humana. Así que mientras tanto practique el yo no fui, que para justificarnos es tan necesario como cuando el incendio, se rompe el cristal cuando detrás de él hay un extinguidor  por lo cual en el letrero dice "rómpase en caso de incendio", y entonces el letrero para echar culpas diría "argumente que la culpa es de los otros", y asunto solucionado.

2. Se dice que hace años Colombia fue el principal exportador de pieles de ganado vacuno (de vacas, pues). Y la economía estaba refulgente  beneficiando a toda la población por el flujo de dinero que llegaba a todos los sectores. Como un Jauja de bienestar, o como El dorado, o lugares míticos donde todo es bonanza. Pero un día. Un buen día empezó a declinar dicha industria. Y el mercado internacional rechazó las pieles colombianas porque llegaban con un nivel de maltrato, lo cual ya no les redituaba comprarlas.

3. Inmediatamente en las altas esferas gubernamentales colombianas empezaron las preocupaciones y por lo tanto la inquietud de investigar las razones de tal desastre económico, si se consideraba que el proceso seguía siendo el mismo en el tratamiento de las pieles, entonces era necesario saber dónde estaba la falla para poder solucionarlo y rescatar dicha industria que proveía, como ya se dijo,  de grandes recursos económicos a todo el país.

4. Así que empezaron los foros abiertos para escuchar a la población. Diría don Víctor M. López Cruz que la "discutencia" fue grande. Se formaron comisiones en las cámaras de comercio, en las uniones regionales de ganadería, y hasta en la cámara de diputados y senadores. Y finalmente se llegó a la conclusión que sería más efectivo nombrar a un grupo multidisciplinario de investigación que llegara a las conclusiones que permitieran saber de las causas para solucionarlas.

5. Así empezaron a investigar primero a los transportistas, porque podría ser que en el momento de bajarlas para su venta en mayoreo se estropearon dichas pieles. Solo que las personas que las bajaban dijeron que "no, que ellos las bajaban con mucho cuidado como si fueran las niñas de sus ojos", que lo más probable es que fueran quienes las estibaban dentro de los grandes camiones. 

6. Excluido ese sector de trabajadores, entonces hablaron con los que las acomodaban dentro de los trailer,s y estos hasta hicieron una demostración de la manera como las trataban en el acomodo y que sin variación así lo hacían, con guantes especiales las recibían y las acomodaban en hileras de tal manera que no había posibilidad alguna que fueran ellos los culpables. Y consideraron que eran quienes las subían, "no sé, quizá algún descuido en esa parte".

7. Y así fueron con quienes las bajaban de las camionetas y las ponían a la entrada de los trailer donde se las recibían para acomodarlas dentro de la caja. Solo que estos ´últimos ya habían convencido que ellos no eran. Y entonces les preguntaron a los que las bajaban de las camionetas Y estos explicaron su proceso y la manera como las acercaban a la entrada del trailer. Y "por supuesto que nosotros no somos, seguramente han de ser quienes despellejan a la vaca".

8. Y fueron con los matadores. Y estos mataron a una delante de los investigadores y mostraron que efectivamente lo hacían con mucho cuidado, para lo cual utilizaban técnicas modernas mediante las cuales la vaca no sufría en el momento de su muerte y luego con cuchillos especiales japoneses procedían a quitar la piel o cuero de las vacas. Quizá el problema fuera en el tratamiento con los químicos que les aplicaban. Y los investigadores fueron al laboratorio donde les aplicaban un tratamiento químico especial para su conservación.

9. Pero estos dijeron que no, que ellos no, que las proporciones de los químicos y el tiempo que utilizaban para que lo absorbieron y luego el secado se hacía con procedimientos especiales de vanguardia con lo último de lo último. Así que ellos tampoco. Y consideraban que lo más probable es que los vaqueros que las arriaban del campo hacia la plataforma donde las subían para los trailers que las llevaban al lugar de la matanza. Y los vaqueros más directos en sus expresiones dijeron que "Naila, nosotros no, siempre les quieren echar la culpa a los más tontos". Y explicaron la manera como las arriaban hasta con canciones o tarareos con notas de sinfonías de Beethoven. 

10. Fue entonces que el grupo de investigadores presentaron las conclusiones entre ellos, y luego de análisis detallados, las presentaron a sus superiores, y era que  consideraron que la culpa era de la vaca que en su crecimiento se rascaba en los alambres de púas, y dañaba su piel, así que tendrían que buscar la manera en que la misma vaca se cuidara de no acercarse a dichos alambres cuya púa dañaba la piel, y que cuando ellas necesitaran rascarse para que se les quitara la comezón, estuviera cerca un ayudante de vaquero que las rascara. Y en el informe final quedó asentado que la culpa es de la vaca.

11. Todo este rodeo para ilustrar la manera como en educación desde la universidad, a donde llegan la mayoría de alumnos con deficiencias graves de conocimientos, los maestros le echan la culpa al nivel educativo previo; los de la universidad a los de preparatoria, estos a los de secundaria, estos a los de primaria, y estos a los de preescolar, todos ellos a los padres de familia y estos a la escuela y la sociedad en su conjunto. Pero sin duda la culpa es de la vaca que se rasca con los alambres de púas, y así, colorín colorado. Como dice una amiga: "sigamos en lo que estábamos".


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