Toda nueva revista sale a la luz con dos expectativas: la de quienes la hacen y la de quienes como lector la tiene en sus manos. Se espera siempre que cumpla con ambas. Aunque el requisito sustancial es que cumpla con la primera, diríamos, en términos coloquiales, que ya es "avaricia" esperar que se cumpla igual con la segunda, pero esa es la intención, el objetivo... y la responsabilidad.
La revista literaria es una recreación para quienes la hacen. Y no debe quedarse solo allí en la fiesta de egos humanamente entendibles, sino en el compromiso de escribir cada vez mejores textos, lo que conlleva la autocrítica personal y de grupo, para ir avanzando juntos y arribando a mejores niveles de creación. Por lo tanto es requisito fundamental leer y observar los detalles de la vida cotidiana, sin duda alguna. Y de esa manera agenciarse otras visiones creativas y asimilarlas. Solo así podrá llegar a cumplirse con la segunda expectativa.
Esta revista es iniciativa de talleristas quienes, con entusiasmo, buscan que las alas de sus textos se activen y salgan a encontrar lectores. Agrupados antes en el taller La Cueva de los Alebrijes, y ahora con sede provisional en Café Parissi, de Villahermosa (aunque todo en la vida es provisional), han decidido que sus textos salgan a la luz a encontrarse con la mirada cómplice de los lectores. Es decir, contigo, que la tienes en tus manos.
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