Mirarte en el espejo de los otros

1. Un hombre grande de edad llora porque en su trabajo de velador tenía una perrita que había tenido diez perritos y el dueño del taller le dijo que el trabajo lo seguía teniendo, pero sin la perrita y sus cachorros, en caso contrario tendría que irse. Por eso el señor, llorando, pide apoyo para que alguien de buen corazón adopte a los animalitos multiplicados, y que él iría a visitarlos y llevarles de comer de vez en cuando. Y si no, que alguien que requiera velador lo acepte con su mascota y cachorros. Es una historia que me platicaron apenas ayer.

2. Mírate en el espejo de los otros. Comprende que tuvieron una vida muy distinta a ti, por eso son como son. Es probable que no tuvieran las oportunidades que tú tuviste. O la tuvieron y la desaprovecharon, que de todo maneras se vive. Y no hay ser humano que se muera de hambre, es un decir. Pasan por el frente de tu casa. Te piden dinero, o aunque sea una monedita, para comprar sus medicinas. Y tú haces como que les crees, porque hay otros que fingen. Y estos confunden para decir que pagan justos por pecadores.

3. Miras a quienes pierden tiempo en la pantalla. De un video se pasan a otro. De una canción a otra. De una historia a otra. Y te juro que cruzan la calle mirando su celular. O van manejando leyendo o escribiendo mensajes. Y pasan los minutos y pasan las horas. Y es un espejo en el que te estás viendo, porque erres tú mismo con otro nombre. En uno la humanidad se refleja, con sus victorias y derrotas, con sus sueños y anhelos. Y también con sus miserias y sus egoísmos. El espejo está allí donde hay alguien que se mira. Los demás son indiferentes. No pasa nada. Ya Dios dirá. Las cosas se acomodan solas, como las calabazas en la carreta en movimiento.

4. Santiago pasa por mi casa y vende fruta. Principalmente plátano manzano y papaya. Tiene de edad como 55 años. Moreno oscuro. Cada dos o tres días le compro algo para mis licuados. Un día lo vi triste y lloroso. "Mi esposa está muy enferma. No vivirá dos meses, me dijo el doctor". Y me contó que por el azúcar le cortaron las piernas. Y desde esa vez no quiere comer ni platicar, ni nada. Y que sus riñones le fallan.  No sé qué decirle. Ni cómo consolarlo. Le compro algo, y sigue su ruta. Se escucha fuerte su pregón. Y poco a poco se va alejando, y lo sigo escuchando cada vez menos, como un murmullo. Como un mes dejó de pasar.

5. Y de pronto lo vuelvo a escuchar de nuevo frente a mi casa. "!Plaaaaatanos manzano y papayaaaaa!". Se detiene e insiste, sabe que voy a salir y salgo. "Murió mi esposa hace una semana", me dice compungido y llora. Él es un hombre grande de estatura y de edad. Vive solo ahora. Sus hijos e hijas"tienen ya su propia vida y poco me visitan", me cuenta. Y no sé qué decirle. Y le digo sobre la vida y la muerte. De que todos nos vamos sin importar la edad. Y que lo importante es que su esposa ya está descansando del sufrimiento del que me había contado semanas antes. Quizá no debí decirle nada. Quizá debí solo escucharlo sin decir ninguna palabra.

6. Miro a algunos de mis vecinos correr y caminar por las mañanas. Siento algo de envidia. Y me miro en el futuro caminando igual que ellos. Exultantes me saludan y me invitan a que al día siguiente salga igual. Y lo agradezco y les digo que sí, que mañana. Y al día siguiente se repite la misma escena. Y ellos son un espejo donde me miro. Y son un espejo donde ellos se miran. Es un juego de espejos de los que escapamos para no reconocernos.

7. Los otros son los que tienen la razón, sin duda alguna. Para ellos nosotros somos los equivocados. Porque nosotros andamos con las dudas y ellos con las certezas. Dios existe, Dios ha muerto, el Poder no se comparte, se ejerce. Los hombres nacen buenos y se corrompen en la vida. Los hombres nacen malos y se hacen convierten en buenos con la educación. El Leviatán es el estado a quien le hemos entregado nuestra libertad para que nos proteja la vida y la propiedad. Etcétera. Etcétera. Y miramos, escuchamos, palpamos, gustamos. y seguimos en la vida. ¿Fue o no penal?

8. Hay canciones que reflejan realidades (lo que para nosotros son realidades para otros no lo son, eso es bien cierto). Dos de ellas son "Cambalache", tango de Enrique Santos Discépolo y "Ciudadano", de Joan Manuel Serrat. Y digo como colofón no estaría mal asomarnos a una de las canciones emblemáticas de Chava Flores, "¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano?", a hacerte rico en loterías con un millón, mejor trabaja, ya levántate temprano,  con sueños de opio solo pierdes el camión. 

9. Del tango que lleva por nombre "Cambalache": "...Pero que el siglo XX es un despliegue/ de maldad insolente, ya no hay quien lo niegue/ Vivimos revolca'os en un merengue/ y, en el mismo lodo, todos manosea'os/ Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor/ Ignorante, sabio o chorro, pretencioso estafador/ Todo es igual, nada es mejor/ Lo mismo un burro que un gran profesor..."

10. Y de "Ciudadano", de Serrat: "... A quién le importarán/ tus deudas y tus deudores/ o los achaques de tus mayores./ Así reviente el señor de miedo y de soledad,/ con Dios, ciudadano, ya te apañarás./ Y se amontonan y se hacinan/ encima, enfrente, abajo, detrás y al lado./ En amargas colmenas los clasifican,/ donde tan ignorantes como ignorados/ crecen y se multiplican..."


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