1. Que no se pierda la buena costumbre de saludar. Me saludo a mí mismo. Y a usted. Si llego a un lugar, saludo. Si es un grupo grande, a los que están cerca, y a los demás de lejitos. Claro, si hay tiempo y la ocasión lo permite, saludo a todos. A veces me encontraba afuera de un evento a un amigo mayor y jefe. Y luego nos encontrábamos dentro del evento. Y él saludaba a todos los que no había saludado. Y me volvía a saludar a mí. Yo me sorprendía por el doble saludo. Y él me decía: "te vuelvo a saludar porque ellos no vieron que te saludé afuera, y pensarán que estoy enojado contigo". Lógico, en las buenas relaciones humanas.
2. Salvar el planeta debe ser nuestra tarea inmediata por sobrevivencia. Mas no basta enunciarlo. Se requiere empezar desde la casa. A lo mejor no es fácil. O es fácil decirlo, pero esperamos, queremos y deseamos que lo hagan los otros. Como decir que se detengan las guerras. Pero en ellas hay muchos intereses que no sabemos. Sin duda debemos librar la batalla por cambiar uno mismo. Esos viejos hábitos arraigados de consumo. Ese deseo irrefrenable de ganarle al otro.
3. El capitalismo esta acabando con el planeta. Decimos. Lo decimos fuerte. Lo gritamos. Lo escribimos con mayúsculas. Todo ello desde el confort de un café. Desde el púlpito universitario. Desde el claustro académico. Y dormimos con tranquilidad porque hemos dicho o escrito ese enunciado.
4. Se requieren cambios estructurales. Repetimos como loros. Y nada sabemos de los modos de producción históricos. Y no reflexionamos sobre el que impera. Lo decimos como eco que retumba en la montaña. Todas las especies nos escuchan. También los loros lo repiten.
5. Califico al otro de conservador y neoliberal. Y acudo a hacer mis compras en el Walmart, dispongo de gasolina extranjera, mis pantalones son de marca, mi teléfono lo mismo, tengo tarjeta de COTSCO y Sams, y miro películas de Hollywood. Y acudo a tomar café con mis amigos hasta que nos cansamos de despotricar contra el imperio.
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