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Mostrando entradas de septiembre, 2024

Credo personal

Credo personal 1. Creo en la palabra desnuda, prueba irrefutable de lo humano. 2. Creo en los recuerdos que contiene la memoria, efímera circunstancia de la existencia personal. 3. Creo en el amor y la amistad, rocío para el pasto seco de la vida. 4. Creo en el instinto, la existencia a como la conocemos no lo fuera sin él. 5. Creo en la verdad, aún vestida de mentira, verdad se queda. 6. Creo en la mano que da y en la que recibe, desconocidas entre ellas. 7. Creo en la música, respiración del espíritú. 8. Creo en los mitos, piedra nutricia que antecede a la razón. Si no creyera en ellos andaría aún de rama en rama. 9. Creo en mi nombre y firma cuando la escribo rupestre en el muro digital de la cueva. 10. Creo en una mirada, un suspiro, una ilusión, un anhelo, una esperanza. 11. Creo en el tiempo, barro transparente y sin peso. 12. Creo en el sueño de la vida. 13. Entonces creo que despierto, levántome y ando.

Deseos

1. Que el viento te de de frente y te despeine. 2. Que tengas siempre motivos para agradecer. 3. Que enciendas la radio y pongan la canción en la que estabas pensando. 4, Que enciendas la televisión y hablen sobre la importancia de desaprender y de despertar la conciencia. 5. Que sepas diferencia a la verdad de la mentira disfrazada de verdad. 6, Que sueñes siempre, sea lo que sea te muestre el inconsciente. 7. Que caigas en el intento de conseguir lo absoluto, y que te levantes y sigas buscándolo como si nada. 8. Que sigas intentando saber todo del origen sin conformarte lo que sembraron en ideas desde que eras niño. 9. Que sepas lo que estas buscando sin desesperar por no encontrar. Y no me refiero a las llaves perdidas, ni dónde están tus anteojos. 10. Que sepas cuándo hablar, qué decir y cuándo callar. 11. Que recuerdes y que te recuerden. Así sea alguns segundos en las tardes de frío y lluvia. 12. Que haya café y un amigo o amiga para platicar.

Larga Vida, larga vida, ComandantaNydia Naranjo Cobián

Larga Vida, larga vida, a Nydia Naranjo Cobián  1. Lleno el auditorio del CIVE -de familia, familiares, amigos, ex compañeros de trabajo- entra Nydia Naranjo Cobián, caminando, por la parte de atrás. Se sintió que algo pasaba previamente cuando empezaron a mover los maceteros de adorno. Era la llegada esperada de la homenajeada, la guerrera valiente, con su sonrisa plena y satisfecha por el encuentro. Más bien, el reencuento con varias y varios compañeros de lucha. Estamos en la Zona de la Cultura de la UJAT. Es 14 de septiembre. Y es el homenaje a la guerrera Nydia, organizado por el Movimiento Democrático 19 de Enero. 2. Se nos había dicho un día antes que no podría estar. Lo comprendimos y sabíamos que esa era una posibilidad que no queríamos. La esperanza de que sí llegara estaba puesta en esa fuerza vital que siempre ha manifestado. Y la sigue manifestando. Luego nos avisaron que podría estar solo unos minutos. Ante su no estar en el auditorio, se previó transmitir el homenaje vía

Anécdotas escolares de Finlandia

1. Sublevarse, rebelarse, relevarse en la rutina. Manifestar malestar contra la injusticia. No otra actitud se espera del despierto. 2. "No se entregue comida a los niños que no trajeron la cooperación", dijo la directora cerrera. "No maestra, eso sí que no". "Ya lo ordené, y se cumple mi orden, porque yo aquí mando". 3. Siempre hay niños o niñas que no pueden llevar la cooperación. Sea porque se les olvidó. Sea porque no tienen papá o mamá. Sea porque son muy pobres. Sea lo que sea. Pero es un crimen no compartir con ellos el alimento por no haber cooperado. Que no haya diferencia. 4. "Yo quiero horchata, no limonada", dijo un niño. "Te aguantas, es lo que te tocó", dijo la directora que estaba sirviendo. "Es que a mí me hace daño", dijo el niño. "Yo no quiero limonada porque tengo gastritis", dijo otro. "Te aguantas, es lo que te tocó", martilló la directora. 5. "Maestra, entrégueme la lista de los n

Nuestro apego a las cosas

1. Qué de cosas se van acumulando. Algo que quizá ocupemos algún día. Recuerdos vanos de nuestro paso en la vida. ¿Recuerdos para quién? Aquel puñado de tornillos con sus tuercas. El desarmador de estrella o plano por si se afloja alguno en la cabeza. El picahielo que fue de uso común cuando las fiestas y la barra de hielo por picar era necesaria para enfriar los refrescos. Y ahora no. Pero no nos animamos a tirarlo por si se ofrece en uso algún día esa punta especial. La taza sin asa a la que llamamos de Van Gogh, para hacer reír a las personas. Mientras tanto escuchamos una canción. 2. "Yo soy minimalista", dice ella. ¿Y ella quien es? Es una voz alegre desde dentro de la noria sin agua, que se escucha como eco en las madrugadas. Voz desde muy adentro, como conciencia de lo que somos. Recuerdos vagos de una vibración al unísono. Vertederos de palabras mínimas y causales marchando hacia tu oído. Amorosas, sí, cálidas, tibias. Minimalista por decir lo menos, acusando despego

El verano invencible nuestro

1. ¿Quién dijo que todo está perdido?, pregunta la canción. Cuando menos no lo digamos tú ni yo. Porque todos los días tienen de todo en nuestra vida. Y no me refiero exclusivamente en la mía, sino en general. Días de buenas y malas noticias. Días de paz y de guerra. De amores y odio. De prisas y lentitudes. De vida y de muerte. Y uno contribuye a ello sin duda con los pequeños actos diarios. Con nuestra sonrisa o nuestra amargura.  2. Imagino a millones de personas en un lugar geográfico específico con sus fronteras como límite. ¿Cómo ponerse de acuerdo? Si cuando uno se reúne con veinte personas y se tratan temas abiertos sobre nuestra sociedad, aparecen las posiciones encontrados.  Y eso es completamente normal. Se argumenta y contrargumenta. Y esa reflexión es saludable y sana siempre y cuando sepamos que es preciso y necesario coincidir, aunque no sea en todo. Lo cierto es que la problemática nos afecta a todos de manera directa o indirecta. Podríamos decir que en todo hay una dia

El colibrí

El colibrí 1. Corras o camines, no olvides saber hacia dónde vas. Si no, de nada sirve el rumbo ni la ruta. Hasta un paso es importante cuando se sabe la utopía que se persigue. Seguro sabes lo que es utopía: es el lugar a donde no se llega. Pero el viaje hacia allá es lo que le da sentido verdadero a la vida humana. No lo supongo. Lo sé. 2. Cierto. Hay quienes dicen: "si no se llega a a la utopia ¿qué caso tiene caminar hacia ella?" Entonces la vida se divide entre quienes viajan hacia ella y quienes no. Esto tiene que ver con la conciencia (humana). 3. Ahora has de saber lo que significan los Itacas, dice el poema que lleva ese nombre, precisamente: Itaca. Y siendo un lugar, una isla. Viajas hacia ese lugar. Llegas allí y la encuentras desolada. No tiene nada qué ofrecerte. Tonto: era el viaje lo importante, como la vida en su día a día. 4. En los juegos paralímpicos miramos a personas sin piernas y corriendo, con una pierna y saltando, sin brazos o piernas y nadando, sin o

Palacio de los sueños

1. "Palacio de los sueños" es el título de una novela. Trata de sueños y futuro. Y es que a veces platicamos de libros. No siempre, claro está. Precisamente tomaba café con un amigo ayer tarde. Y luego otro segundo café. Con esos era suficiente para mantener los párpados abiertos y la plática fluida sobre el caos del mundo y las probables soluciones. ¿Un panecillo? Sí pues. Y queríamos saber lo que será en México y en Tabasco dentro de cinco años y en diez. No diré el tema, pero es casi seguro que cualquiera lo adivina. 2. El querer saber lo que depara el futuro es lo que genera ansiedad y pesadumbre. Angustia va incluida, aunque por distinto motivo, este metafísico. Quien logra dominar esas sensaciones y lo que generan en la salud mental no es un super hombre, pero sí se la lleva más tranquilo en el día a día. Es precisamente el no saber lo que viene lo que le da sentido a la vida. O cuando menos a la vida humana. 3. La incertidumbre es por no poder saber lo del porvenir.

Después del caos, el verbo

  1. Ama las palabras. Son tu mayor capital, tu mayor fortuna: son tu identidad. Eres lo que piensas y lo que hablas. A través de ellas fluyen las relaciones de todo tipo. Incluso contigo mismo. Sí. Amar las palabras es amarte a ti mismo, a ti misma. 2. Las palabras ayudan o perjudican. Debes saber cuáles usar y esto es determinante para decirlas ante quien (no a cualquiera) y el momento preciso. Lo que le llaman "buena" o "mala" suerte no existe. Son consecuencias del buen o mal uso de nuestras palabras. 3. El silencio forma parte de las palabras. Se sabe qué decir, pero se calla por prudencia. Por el uso de filtros. Hay quienes no tienen dichos filtros y sueltan las palabras, imprudentes, como chivo en cristalería. 4. No conozco malas palabras. Tampoco buenas palabras. Ellas no son en sí lo uno ni lo otro. Cada palabra tiene su uso y el lugar de uso. Y también el momento adecuado. 5. Dios no oye, porque no tiene necesidad de oír. Así que no hagas caso eso de que
Un día encontraras lo perdido Que el pesar es nada Que la angustia y la pesadumbre Son condiciones de lo humano Y que ese pesar te conmueve  Que la angustia te mueve Lo perdido estaba dentro de ti Porque no te habías buscado La felicidad siempre estuvo en ti

Las y los graduados rn Tabasco de la REHDD

1. Una de las imágenes que más me conmueve es la de personas graduándose en algo. Porque veo en ellos y ellas el esfuerzo, el apoyo de sus cercanos, e imagino que imaginan un futuro mejor. Pero este futuro lo esperan no con las brazos cruzados, sino leyendo, escribiendo, exponiendo, pensando, reflexionando, etc. 2. Ayer fui testigo de la graduación de Maestría y Doctorado de profesionistas de educación que estudiaron en la REHDD- IBAI- Tabasco, Agradezco la invitación. Sentí la vibración positiva de todos los presentes: egresados, familiares y amigos. Y del personal que labora y colabora en esa institución de nivel nacional y de alto nivel profesional. 3. Claro, hay otras imágenes. Por ejemplo personas leyendo, campesinos sembrando, maestros enseñando. Y más: la ordeña lechera, el trabajo del obrero (queda su obra en las construcciones). Los niños jugando. Las personas haciendo deporte. Cuando alguien ayuda a cruzar la calle. Cuando alguien cede su asiento para personas mayores o mujer
No te burles Que la afrenta es mía Tu burla la hará propia. Deja decir que no hay patria sin ti. Ni música,  manzanas, ni pájaros que canten No hay dogmas sin templo No hay amor sin odio Y eres en ti porque somos en todos La vida misma te refleja y viaja Y vuelve porque somos el ser No te burles Si este planeta gira indiferente Si la vida sigue en su curso como el río en ruta al mar Y todo vuelve para irse.

El jorobado danés

  Algo sobre su vida De su vida, se sabe q ue nació en Dinamarca, que fue hijo de padre grande de edad, casado en segundas nupcias. Que siendo el pequeño de varios hermanos, estuvo muy apegado a su padre, y que este deseaba que su hijo fuera pastor. Que su padre era comerciante exitoso. Y que poco a poco fueron muriendo sus hermanos y su madre.  Desde chico se mostraba inteligente y participaba en las discusiones de los amigos de su padre sobre temas de moral y religion.  También se sabe que su padre era melancólico y que su hijo Sören iba adquiriendo la misma característica en su carácter. Por otra parte el físico de Kierkergaard no era admirable: flaco de piernas, algo desviadas, y caminaba de manera algo rara algo inclinado, que parecia tener una joroba. También se sabe que enamoró a una bella chica quinceañera de nombre Regina, que fue por siempre el amor de su vida, y que la pidió en compromiso de matrimonio. Pero antes de casarse él disolvió el compromiso debido a que sabía que s
A donde van los versos que nadie escribe  Los que se quedan en el limbo  Entre la imagen y las palabras no escritas Los que se musitaron sin llegar a nadie A dónde van los versos  olvidados Los de la hoja tirada en la basura Los versos del libro aquel olvidado

Arrepiéntanse: el diluvio viene

1. Y llovía inconmensurable. Luego supe que no en todas partes de mi ciudad. Solo en una área determinada. Yo tomaba un café, solitario, en Plaza Las Américas, cuando se escuchaba caer toda el agua del mundo. Así que esperé a que amainara. Fueron varios minutos. Hasta que me decidí a salir. El estacionamiento estaba inundado en algunas partes. 2. Ya afuera tomé mi ruta habitual para ir a la casa. Lo habitual: de las Américas salgo hacia la derecha con ruta a Nacajuca. Y cruzando el río por el puente tomo a la derecha hasta el periférico y de allí nuevamente a la derecha. Recordemos que llovía como si fuera el diluvio.  3. Solo que la aplicación Maps me enseñó hace como un mes una ruta más cercana y directa. A la mitad de ese camino que describo me pide dar vuelta a la derecha, tomo esa ruta, una calle estrecha pero sin tráfico, y luego de unos dos minutos evito ese rodeo habitual que últimamente está muy congestionado. 4. Repito que llovía y ese atajo ya lo había tomado como unas siete

Marx y Marilyn

1. Nada sé sobre la Inteligencia Artificial IA). Solo puedo afirmar que no es inteligencia. Lo de artificial, tomada la palabra como artificio, pues sí. En todo caso los creadores de dicha herramienta sí son los inteligentes. Crearon algoritmos que ordenan (de orden) conjuntar datos para dar ideas o gráficos con determinada lógica. 2. Por ahora circula de manera gratuita la IA de Meta, que nos viene en el watsapp y en el messenger. Le pides algo y te da una pálida respuesta, te ayuda a buscar datos, y cuando le pides algo con ingenio, lo más que te responde es que por ahora no puede realizar eso. Está limitada pues. 3. Es buena herramienta que deslumbra, por cierto. Y como toda herramienta te resuelve temas, te da respuesta a adivinanzas, te crea un texto que le pides, te hace dibujos, te crea desnudos de personas donde aparecen personas vestidas, y te copia la voz para que pueda parecer que la persona conocida dice cosas que no dice en la realidad. ¿Pero qué es la realidad? Circula un

De sueños y ensueños

Sueños y ensueños 1. Sueño casi seis de los siete días a la semana. Es una maravilla andar en otras ciudades, conocer a otras personas, leer otros libros, mirar otras casas y saborear otras mieles. Es como tener dos vidas, dos números de teléfonos, dos casas, dos grupos de amigos y vivir en distintas ciudades. 2. Anoche regresé al centro de la ciudad donde vivo. Y había dejado mi auto estacionado por allí, en alguna calle. De hecho cuando lo dejo trato de memorizar el nombre de la calle y frente a qué negoció lo dejé para encontrarlo rápido. Pero todo eso me es inútil: no recordaba dónde. Así que me puse a caminar entre subidas y bajadas. Hasta que me cansé y me resigné y senté en una banca del parque. Una mujer me vio afligido y se acercó a preguntarme. 3. Es una angustia no saber dónde dejaste el auto. Me sucede en los estacionamientos de cinco pisos. Ando entre uno y otro, subo y bajo escaleras hasta que lo encuentro, pero termino casi infartado. Lo de perder el boleto es otra cosa