Cambalache

1. Me sirvo café en una tacita coqueta, que tiene un ramo de rosas como adorno. Y mientras escribo recordaba que ayer en la noche vi las noticias y siento muy dentro de mí, con la conciencia personal, creo algo aguzada, que todo sigue como en el mundo del revés. Sí, recordaba alguna canción que refería precisamente eso a manera de juego, hemos de cuidarnos de los policías y menos de los ladrones. Las personas de la tercera edad ofrecen el asiento a los jóvenes y los burros van adquiriendo diplomas de aprovechamiento y honor social. He de aclarar que ellos no tienen la culpa.

2. Siglo XX, Cambalache. Hace una semana nos encargaron tarea sobre el contexto histórico de los siglos XIX, XX y XXI. Y se va encontrando uno de nuevo hechos que son lecciones de secundaria y preparatoria y refieren a muertes, guerras, epidemias, destrucción de ciudades, y bombas sobre población civil, nuevos acuerdos de fronteras y más cosas por el estilo. No olvidemos las etapas de esclavismo que afirmo se mantienen encubiertas bajo otras condiciones, una de ellas la de aparente libertad.

3. Revoluciones, guerras de independencia, de invasión, resistencia armada, magnicidios, golpes de estado, dictaduras cimentadas y en proceso, intervenciones encubiertas y abiertas de los imperialistas, actividades ilegales de grupos y solapadas por los gobiernos del mundo. Y en lo pequeño simulaciones, traiciones, mentiras, engaños. pero no todo está perdido, porque la canción pregona, afirma y asegura que "yo vengo a ofrecer mi corazón".

4. La esperanza se mantiene más viva qué nunca aunque la realidad sea esa fosa horrenda de hechos donde siempre hay un hecho más horroroso que supera al anterior. Y mantener viva la esperanza es necesario en este caso. Mantengamos pa esperanza, alimentémosla. Nutrámosla con alegría a pesar de todo. Con sonrisas a pesar de todo. Contrarrestemola con pequeños actos.

5. Ejemplo. Ayer vi un video de rescate de un burro de 20 años de edad que toda su vida ha sido utilizado como bestia de carga. Y en esta su edad de vejez, aún seguía siendo usado con cargas pesadas en carretón jalado con esfuerzo por este noble animal. Y partr de su piel desollada, en carne viva casi callendose él. Pero aparició un grupo de ángeles que lo rescató, curó, alimentó y lo tiene al aire libre en un rancho dedicado a ello.

6. La esperanza se sostiene en los pequeños actos. Y actos que son cotidianos. Yo miro a los niños que van a la escuela. Miro a hombres y mujeres que promueven la lectura libre. Miro a quienes coordinan talleres culturales o de ciencia. Y todo ello me motiva a mantenerme esperanzado. Miro a hombres o mujeres que barren el frente de su casa. Me entero de quienes defienden el bosque y los animales. Me entero de rescatadores de gatos y de perros que requieren apoyo y ayuda. De feligreses que visitan enfermos y en lo posible les llevan una despensa. Y me digo que efectivamente no todo está perdido. Y a veces me entero de actos solidarios de taxistas y de honradez de policías y tránsitos. Realmente no todo está perdido. 

7. Lo he dicho y repetido que cada quien tenemos una actitud distinta ante la realidad de la que formamos parte. Y pongo de ejemplo el cuadro La balsa de Medusa, donde el pintor francés Tehodore Gericault, enn1918-1819, en dicho cuadro dejó constancia de entrevistas que hizo a trece sobrevivientes de un naufragio en el que murieron más de 300 personas. Uno de los trece está al frente simbolizando el líder prometico y esperanzador. Dos o tres que lo siguen y apoyan resueltamente. Tres que dudan. Tres desesperanzados, pero que recostados levantan la cabeza. Y el resto que tiene completamente perdida la esperanza, derrotados, duermen en el piso. ¿Cuál e nuestra actitud ante lo que sucede?

8. No todo está perdido cuando se le pone pasión y emoción a lo que se hace. Cuando se sonríe.  Cuando se vislumbra un futuro mejor y se trabaja en ello. Cuando una persona apaga la televisión y enciende un libro. Cuando el niño aprende a leer y a escribir. Y más cuando se divierte con las lecturas. Cuando crece la milpa. Cuando se platica y se cuentan anécdotas, cuentos, leyendas.  ¿Quién dijo que todo está perdido?

9. El tango Cambalache, de Enrique Santos Discépulo, lo escuchamos en clase. Y aunque parece desesperanzador, al contrario yo lo veo esclarecedor para reconocer los actos de ánimo, solidarios y esperanzadores y destacados por toda esa maldad e indiferencia indolentes e insolentes. Donde impera la mentira, busquemos la verdad, que esta se hace escurridiza, y aunque tarda, pero se revela y rebela. El tango dice algo así como: "Que el mundo fue y será una porquería/ ya lo sé.../ (¡En el quinientos seis/ y en el dos mil también!)./ Que siempre ha habido chorros,/ maquiavelos y estafaos,/ contentos y amargaos,/ valores y dublé.../ Pero que el siglo veinte/ es un despliegue/ de maldá insolente,/ ya no hay quien lo niegue./ Vivimos revolcaos/ en un merengue/ y en un mismo lodo/ todos manoseaos.../ ¡Hoy resulta que es lo mismo/ ser derecho que traidor!.../ ¡Ignorante, sabio o chorro,/ generoso o estafador!/ ¡Todo es igual!/ ¡Nada es mejor!/ ¡Lo mismo un burro/ que un gran profesor!/ No hay aplazaos/ ni escalafón,/ los inmorales/ nos han igualao./ Si uno vive en la impostura/ y otro roba en su ambición,/ ¡da lo mismo que sea cura,/ colchonero, rey de bastos,/caradura o polizón!...

10. Pero bueno, como dice un cómico, nosotros no venimos a juzgar a los demás. Miremos en el espejo y seamos autocríticos. Dejemos fuera la complacencia de Narciso. Y enfoquemos nuestra vida a mejorar nuestro entorno, lo mínimo que sea ya es bastante. Que dicen que dijo malla, la activista asiática, que "los actos pequeños, de gente pequeña, son las que hacen los cambios en el mundo". Mientras tanto me tomo un café en una tacita. Y escucho el tango cambalache una vez más. Y barreré el frente de mi casa. 



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