Espejos y canciones

1. Si tienes miedo no eres el único. Si sientes angustia, no eres el único. Si sientes incertidumbre no eres el único. Y si sientes amor por la vida, tampoco eres el único.

2. La salud mental y corporal es única. Se divide en especialidades por ser un amplio campo, con conocimientos casi infinitos. Y por eso, para compartir dicho campo de estudio, son las divisiones. Entre todos podemos. El miedo, la angustia y la incertidumbre forman parte de la vida. Y la receta para dicha salud contempla oxígeno. Abrir los ojos. Abrir el corazón. Sentirte parte de un todo. Gozar la individualidad. Saberte solo y no sentirte solo. A partir de allí empieza la verdadera vida. Libre.

3. Tenía perdido el lápiz. Al fin lo encontré. No busques significados con el cambio abrupto del tema. Hay un lápiz con el que escribo mi vida. Lo tenía extraviado y apenas lo acabo de encontrar. Por eso sigo viviendo y escribiendo.

4. ¿Amar da miedo? ¿Amarte da miedo? Es por lo que has vivido. Amar es compartir la dicha por la existencia. Mira el campo y di: amo el campo. Mira las flores con las distintas variantes de pétalos y colores y di que las amas. Eso no debe ser motivo para sentir miedo. El miedo tampoco es por el apego a algo, a alguien. Es por no encontrar la forma de desapegar.

5. ¿Y qué hay después de la existencia? Ya es avaricia querer saberlo. Baste todo un discurso filosófico con apariencia de inconexo para darnos explicaciones. No tengo tantas certezas. Apenas unas cuantas. Entre ellas saber que existo. 

6. Mira en tu espejo particular tu belleza y juventud. Lee las instrucciones: "conserva el espejo, la juventud y la belleza. Y guárdalas en tu mente". 

7. El desfile de rostros como una pasarela generacional. Algunas repeticiones, muchos parecidos. Y desfilando del nacimiento a la tumba. Del polvo, caminar en la Narcisa pasarela y volver al polvo. Sin dejar rasgos de la existencia personal. Bien vale la alegría el soñar, el anhelar, el amar, el volar. Solo por eso.

8. Tocan a la puerta. Insisten. Gritan de que abra. Reconozco mi voz. Soy yo mismo que pido entrar. Adentro están las habitaciones vacías. Adentro no hay calor. Ni resonancia de palabras en las paredes. Tampoco colores. Adentro es lo mismo que afuera. No sé si toco para salir o para entrar.

9. Sí. Adivinaste. Es la existencia misma como una casa. Particular, la propia, general, la especie. Incluye los conglomerados ciegos que caminan sin saber a dónde. ¿Qué cosa es un conglomerado? Reunión accidental de muchos. Que se juntan sin saber para qué, por qué. Y que repiten los mismos irrazonables movimientos.

10. El hombre empezó con miedo y termina con miedo su existencia. ¿A qué? No lo sabe. Si lo supiera dejaría de sentirlo. ¿Y cómo evitarlo? No hay manera. No hay fórmulas. El intríngulis de la existencia es la angustia, el miedo, la incertidumbre. ¿Y si esa fuera la puerta que nadie abre, porque hay que abrirla uno mismo? La clave sería encontrar esa puerta.

11. La puerta está siempre frente a ti. Es la muerte. Es el ingreso a la nada, al vacío. También es la puerta al amor. Eres tú mismo el que te encuentras afuera, por eso buscas formar parte de la masa. Toca tu corazón. Toca tu razón. Tu alma. Y verás que con eso es más que suficiente para comrender esta mañana en que te encuentras con los ojos abiertos. Y apenas vas despertando.

12. Cada apartado de este texto debe llevar el título y uno o dos versos de una canción. Sin tener temor si esa canción es popular o no. Si es simple y repetitiva o no. Si es compleja e incomprensible para la masa. Si son solo notas armoniosamente agrupadas. Si es el canto simple de pájaros.



 


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