Agradezco la invitación para presentar esta antología poética, de nombre "La palabra provocada", editada por el Instituto Cultural Iberoamericano. Como ustedes saben, toda antología es como un bufett, en la que se nos presenta una amplia variedad de textos de distintos autores. Y uno la va leyendo, encontrando textos que son más afines a nuestros conceptos literarios, y otros menos, pero me refiero a uno mismo como lector, no a los autores. Sin duda alguna todos los y las autoras, tienen una obra cimentada en su quehacer como escritores.
En este caso son un total de veinte autores, en equilibrio de diez y diez. Cada uno con dos poemas. Y cada poema es breve. Como, aún con la metáfora del bufet, como el postre, que si es mucho, empalaga. Y con la afirmación vieja, que si lo breve es bueno, es entonces dos veces bueno.
Como muchos de ustedes saben, he sido coordinador de talleres literarios durante muchos años. Entonces mis lecturas siempre irán enfocadas a motivar a seguir escribiendo, a seguir leyendo, a darle cauce a nuestras inquietudes creativas. Y en este caso, cada uno de los y las autoras, les manifiesto mi reconocimiento a continuar en esta ruta de conformarnos, cimentarnos en el oficio literario, y específicamente poético. Escribir es desnudar el alma y mostrar lo que somos dentro.
De este grupo conozco a Celia, a Liliana, a Lorena y a Lorna. Todas ellas destacadas integrantes del gremio cultural de Tabasco. Son inquietas. Son promotoras culturales, pero sobretodo son creadoras, son creativas. Y hablaré de una por una. pero antes permítanme vagar y divagar sobre el título de la antología: La palabra provocada.
Y empiezo con su antípoda, la palabra silenciada, la palabra dormida, que no es lo mismo que el silencio. La palabra no es solo sonido, exteriorizada. Sino también forma parte de las que pensamos en la reflexión, en el análisis. La palabra nombra a un concepto. Así si decimos la palabra “palabra”, nos estamos refiriendo tanto a una agrupación de sonidos, como a esa haerramienta que nos permite nombrarnos y concebirnos comos seres humanos. Y provocada refiere a que la palabra hay que despertarla para que nombre lo que debe nombrar, y no quede adocenada, adoctrinada, enajenada.
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