Libro, para escribir presentación (Texto aún sin corrección de estilo)

  

 

 

 

 

 

Cuentos de seres fabulosos y realidades aparte.

 

 

Juan Carlos Guzmán Rios.

 

 

 

 

 

                                  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Índice.

 

Presentación 

 

Parecía Volar ………………………………………………………..  2  

Orígenes de los superpoderes …………………………………..  5

El Buscador …………………………………………………………. 14

La cita de Juan Fernández ………………………………………… 22

Una extraña mujer y el arte de la pintura ……………………….. 36

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PARECÍA VOLAR.

 

Ronco, esperaba, en el lugar, que había acordado de verse con Horacio, era en el café “Casino” del centro de la ciudad de Villahermosa, Tabasco, la fama del lugar, se debía principalmente, a los años que tenía de ofrecer ese servicio, también por  la calidad y variedad de cafés que podía uno pedir, el café americano tenía una muy buena consistencia y buen sabor, el café lechero era exquisito, y el café express reviviría y animaría a la persona más agotada o desvelada que lo bebiera. A unas cuadras de ese tradicional lugar, fluía el rio Grijalva, majestuoso y sereno ese día, a principios del siglo XX y en algunos anteriores, en sus playas desembarcaban un sin número de mercancías, de la región y de otros lugares lejanos, y en las primeras décadas de ese siglo XX, se embarcaba el llamado plátano Roatán, conocido como el “Oro verde”, que se exportaba a New Orleans y a Europa, en aquellos tiempos esta ciudad capital, tenía por nombre “San Juan Bautista”.

Sí, Ronco, esperaba pacientemente, mientras leía los periódicos locales, especialmente tenía la costumbre de leer tres, y eran “La verdad del Sureste”, un diario de poco tiraje, pero que era el vocero, de las ideas, análisis, comentarios y opiniones de críticos al gobierno en funciones, otro era el diario “El presente”, en donde destacaba el columnista Diego Leñero, otro era el periódico “El Tabasco Hoy”, en donde se podía leer la línea más oficialista, con sus raras excepciones,  el mundo de los periodistas de Tabasco, estaba plagado por ciertas plumas que cobraban un buen dinero, por ejercer ese oficio, si el fenómeno del Chayote en la sociedad política Tabasqueña, es muy utilizado, podemos afirmar que si bien es cierto había un buen número de periódicos de cierta calidad, la cantidad de pasquines y periódicos pequeños que se utilizaba para golpear a cualquier persona y especialmente a los políticos, se puede decir, que eran demasiados, en esta ciudad de Villahermosa, se editaban diariamente, aproximadamente unos 48 periódicos, además de las revistas semanales, que tan solo leerlos brevemente, se daba uno cuenta a quien favorecía y a quien atacaban, aparte de estas cuestiones, en algunos periódicos, había su sección de sociales, donde aparecían principalmente los eventos de las clases sociales altas, como bautizos, bodas, fiestas de quinceaños, lugares del jet set local.

Otro producto que vendían en el café “Casino”, era la cerveza, la cual los parroquianos que asistían, la consumían en buenas cantidades, cabe decir que en ese lugar, se reunía alguna parte de la elite política y empresarial de la sociedad tabasqueña, sin faltar los periodistas, los cuales, algunos de ellos tenían cierta fama, comento con reservas lo de la fama, especialmente la buena, porque es algo que cuesta mucho reconocer en la cultura local, son muy marcados los rasgos de envidia en varios pobladores de Tabasco, estos son dados a manifestar expresiones, como las siguientes: “para que lo intentas, no lo vas a lograr” “¿para que estas estudiando?, mira yo sin estudiar, todo lo que tengo” “esa cosa que andas. buscando o encontraste, no es mejor de lo que hay aquí”, “Tú para que quieres hacer eso, no sirve para nada”, “ese logro su nombramiento, por ser recomendado o por tener un buen padrino”, “mira ese trae un coche último modelo y es un pendejo”, y el clásico “te lo dije, por eso te paso, lo que te paso”, y luego una larga lista de justificaciones para hacer las cosas como ellos quieren y la misma cantidad o más larga, para no hacerlas.

Ronco revisa y checa la hora en su reloj de pulso y justamente en ese momento, llego Horacio, se saludaron, tomo asiento, pidió un café lechero, y Ronco igual pidió un café americano, iniciaron una conversación.

- ¿Cómo estas Horacio?

- Bien mi estimado Ronco.

- Qué bueno que llegaste a la cita.

 - Me atrase un poco, una disculpa, no me gusta ser impuntual, considero una falta de respeto y de educación, el llegar tarde y un abuso por la consideración y del tiempo con la persona que se ha quedado en ver, pero dime ¿porque me citaste?

- Te quería informar, que me voy de Villahermosa, y que ya no voy a poder cumplir con el encargo que me has pedido, durante estos años, de la pequeña infanta Catalina Isabel, además ella ya ha crecido, y creo que ya no es necesario tenerla tan cuidada como hasta ahora, es una excelente persona, de buenos modales, aplicada en el estudio, hermosa y bella, y con una serie de valores bien inculcados.

- Caray, mi estimado amigo, no esperaba esto que me dices, y déjame decirte que  tu apoyo ha sido importante, mi esposa Beatriz y yo te vamos a extrañar, igual otros padres, para los que trabajas, tienes un prestigio muy bien ganado, todavía eres joven y fuerte, también siempre me has parecido inteligente y bien educado, por tu forma de expresarte, de vestir, eres una persona culta e informada, en serio te vamos a echar de menos.

- Villahermosa, me gusta, pero creo que ya cumplí, lo que tenía que hacer, por estos rumbos.

- Fíjate Ronco, que varias veces platicamos, compartimos el beber un café y un par de cervezas, pero estoy muy poco informado de ti, te concentrabas a cuidar a mi hija, no recuerdo a la persona que me sugiriera contratar tus servicio, si recuerdo que me dijo que no eras de Tabasco, que eras una persona muy responsable y discreta, lo que si percibí por tu tono de voz, pero nunca me atreví a preguntarte, cosas de tu vida personal, eres un poco mayor que yo, y ni tanto, es más no parece, y si eres, es por pocos años. 

- Te comento Horacio, que algunas veces, es mejor no saber el origen y el pasado de la gente, con la que nos toca relacionarnos, subrayo algunas veces.

- De acuerdo, pero en tu caso, me gustaría saber, con quien estuve tratando, más allá de saber que eres una gran persona y que apareciste en mi vida, en un momento que te necesitaba, pues yo trabajaba mucho y Beatriz igual, por lo que si necesitábamos quien nos ayudara a echarle un ojo a la pequeña infanta Catalina Isabel, guardando su sana distancia, para que ella no se sintiera incomoda.

- Era una labor, que me gustaba hacer, nunca la sentí como una obligación además tú, nunca quedaste mal con el pago y cuando necesita algo más, conté con tu apoyo, lo cual agradezco.

- Pero realmente, para lo que hacías no era un pago muy alto, tú nunca pediste más, yo era el que insistía, el aguinaldo yo te lo daba con mucho agradecimiento.

-No toquemos ese tema Horacio, el dinero nunca me ha interesado.

- Lo cierto, es que nunca he sabido, la dirección donde vives, y si ¿vives con alguien?, cuestiones que son importantes, para algunas relaciones sociales.

- Tienes razón, pero en nuestro caso, no lo consideré importante, pero te voy a platicar algunas cosas de mi persona, me gusta jugar ajedrez, iniciar con negras, mi juego depende del adversario, puedo ser ofensivo o defensivo, no me gusta jugarlo por tiempo y movimiento de pieza, eso sí, pieza tocada, pieza jugada, si lo acompañas con una buena copa de vino mejor, sino esta bien un café o un té, me gustan las fichas y tableros de buen tamaño, aunque a mi me gusta jugarlo escuchando música, respeto si mi adversario, prefiere que no escuchemos música durante la partida. No recuerdo, ni la persona, ni el lugar, donde lo aprendí.La música medieval de coros, es una de mis preferidas, los “Cantos Gregorianos”, “La Pasión según San Mateo”, son de mis preferidas, durante un tiempo estudie arte, pero mi gusto mayor de arte, es la pintura, las imágenes, el color, la técnica, el manejo de la luz, los cuerpos, el tema, que aplica el artista los admiro mucho, la escultura es otro arte que me gusta, menos que la pintura, pero me agrada, como cortan, como esculpen, como forjan, como diseñan, el material que usan, las herramientas, Rodin es soberbio, pero podemos citar a muchos otros.

He viajado mucho, perdí la cuenta de las ciudades que conozco, visitado y vivido, he estado en varios confines de la tierra, la aurora Boreal, La Patagonia, el Sahara, Siberia, Los Alpes, Los andes, conozco todos los continentes, no tengo preocupación de viajar en tren, en carretas, en auto, en avión, en autobús, en camiones, en trineo, en camellos, en caballo. Debes saber, que como de todo, pero las gastronomías nodrizas son mis preferidas, especialmente la mexicana, se me pasaba decirte que últimamente me gusta el cine, el que se proyecta en pantallas grandes, sé que a la pequeña infanta Catalina Isabel, igual le gusta, en mi caso, más si el film trata un buen tema, además me gustan las actuaciones soberbias; es más, si algún deseo quiero que se cumpla, es participar en una película, actuando, o ya de a perdis de extra, nada como tener en mis manos, un Oso de Plata, Un Trofeo de Cannes, una simple estatuilla del Oscar. Los autos igual me gustan, en especial los modelos Mustang, con respecto a la moda, lo que me quede mejor, también deja decirte que admiro mucho la cultura Maya, Egipcia, Inca, Azteca, las tribus apaches de Norteamérica, como los Siouxs, Moicanos, en México, los Tarahaumaras, los Huicholes, y por supuesto los Chontales, los considero culturas llenas de sabiduría y amor.

En ese instante, Horacio observo, como alrededor del cuerpo de Ronco, se dibujaba una iluminación, un aura, y vio sus ojos directamente, se dio cuenta que su color era un grisaceo azul muy especial, de los cuales se podía ver, como brillaban, y todo lo que narraba lo hacía de una manera muy ecuánime, clara y entretenida, siguió escuchándolo. 

-Pues si mi estimado Horacio, te he platicado todo esto, porque me di cuenta de tu curiosidad, de política solo te puedo decir que soy liberal y demócrata, además creo en la familia, creo en un poder superior, espero que con esto que te compartí te encuentres satisfecho, porque ya llego el momento de despedirme. 

Se levantaron, se dieron la mano, un fuerte abrazo, Ronco, le dio un par de palmadas en el hombro izquierdo, puso un billete sobre la mesa y partió.

Horacio se volvió a sentar, y vio cómo se alejaba, se asombró, al ver que su forma de caminar, era muy especial, parecía que volaba, que no tocaban sus pies el suelo, entonces recordó, a la persona que se lo recomendó, y nunca más lo había vuelto a ver, recordó que Beatriz, nunca hablo directamente con Ronco, y que la idea de que trabajaba para otros padres de familia, solo era una suposición, continuo viendo su andar, y efectivamente flotaba, es como si volara, entonces, se dio cuenta que Ronco, era un espíritu, era un ángel de la guarda.

 

 

 ORIGEN DE LOS SUPERPODERES.

 

La tripulación de la nave Sócrates, se encontraba al borde de la desesperación, pues los comestibles se estaban agotando, además la avería que tenía el motor principal llevaría todavía un tiempo considerable su reparación, esta situación exigía tomar decisiones importantes de sobrevivencia, para los pasajeros de esa nave intergaláctica. El capitán de Sócrates, es el Chino Liou, lo que significaba que los demás tripulantes, están supeditados a sus órdenes, es decir, el piloto Amable Alegría, el jefe de control y comunicación Cien Suspiros, el jefe de mecánicos  Mala Mañana, el medico Lucas, la cocinera Grecia, el comandante Cienfuegos, y el teniente Ausencia de Malicia, el encargado de limpieza  Pulcro, jefa de almacén  Lola, la administradora  Jackie, el jardinero Tulipán, Asesor del capitán Mente de Maestra, además una larga lista de tropa, son los que realizan este viaje, y que antes de esa descompostura, todo había sido un éxito, logrando llegar a lugares totalmente desconocidos, a incursionar en otras galaxias, igual exploro ollos negros, tuvo contacto con otras especies, y lo mejor, la posibilidad de transportar el vital liquido a la tierra, extraerlos de otros planetas, si esta expedición, había encontrado yacimientos y fuentes de agua, tan natural como la de la tierra, en distintas formas en lagos, lagunas, ríos, océanos, lo que brindaba una verdadera esperanza de sobrevivencia de la especie humana, pero ahora tenían el problema, no solo de la falla mecánica de la mítica nave, también era el desabasto de provisiones, los alimentos ya eran insuficientes, para lo que faltaba por recorrer en el regreso a la tierra.

El Chino Liou, había convocado a una junta, para designar, a los tripulantes, que usarían el Da Vinci, para salir a explorar, un planeta cercano, en donde los drones que se habían enviado, detectaron posibles fuentes de alimentos, en ese explorador, solo podían viajar tres personas, con tareas especificas que desempeñar, la reunión duro poco, el tiempo apremiaba, el capitán se auto propuso, y sugirió que lo acompañaran Lola que era una excelente piloto y un soldado raso de nombre Calamidad. La propuesta fue aceptada, después de eso se dedicaron a preparar y equipar al Da Vinci, lo cual realizaron en muy poco tiempo, al estar listos, partieron al planeta, donde pensaban encontrar alimentos o fuentes de energía para la tripulación, al planeta se le había designado el nombre de Carrujo Grueso.

Despejaron de la plataforma C1-Venus.m.

Ya en el vuelo, el Capitán pregunto a Lola.

- ¿Cómo te sientes en esta misión?

Ella contesto.

- Bien, aunque tengo la preocupación, de que no encontremos, materias o sustancias que nos sirvan, para tener algo de comer, y nos ayude a regresar a la tierra, ahora que ya encontramos agua.

El capitán le comento.

-       Tranquila. El estudio que se hizo, sobre el planeta Carrujo seguro, nos dio información de que encontraremos algo para sobrevivir.

Calamidad, comento.

-        Esperemos que sí, no queremos tener una tragedia, al no encontrar nada, no solo por nuestra sobrevivencia, es importante, que hagamos llegar, todo lo que hemos acumulado en nuestro recorrido, en las diferentes galaxias, de los universos que hemos realizado, también es importante arreglar las fallas del motor del Sócrates.

El vuelo, no tuvo ningún contratiempo, el explorador Da Vinci, viajaba más rápido que la luz, en un par de horas, estaban llegando a su objetivo, y carrujearon, en una superficie desde la cual se podían ver grandes extensiones de ese planeta, ya carrujeados, instalaron un campamento y un laboratorio para hacer pruebas de las posibles fuentes de alimentación.

Lola pregunto a Calamidad.

-       ¿Es tu primer viaje largo?

Calamidad le contesto y después le continuó diciendo.

-       No, yo soy, muy viejo, solo que mi físico, pequeño y delgado, hace verme más joven, de lo que soy, he realizado mas de una docena de viajes interplanetarios, más de la mitad con el Capitán Chino Liou, y ¿tú cuantos viajes en el espacio has realizado?

-       He viajado a diferentes planetas, a otras galaxias, he sido una de las primeras en volar en universos desconocidos, en varios he sido el piloto de mando en esas misiones, pero por indisciplinada no me asignaron este, me habría gustado pilotear a Sócrates. 

El Capitán Chino Liou, solo escuchaba, él ya tenia esa información, terminaron de instalarse, decidieron comer algo ligero, para poder descansar y empezar a incursionar y explorar algunos lugares, donde recolectarían muestras de las materias que encontraran y ver si estas contenían sustancias para alimentarse y condiciones de ser consumidas. Luego los tres limpiaron sus trastes, se lavaron su boca, se metieron en sus compartimientos para dormir, activaron el campo magnético, que los protegería de cualquier tipo de ataque, y su radio de protección, cubría todo el campamento y al pequeño laboratorio que habían instalado, también a la Da Vinci, antes de hacer todo esto, ya se habían comunicado con los tripulantes de Sócrates para informar que estaban bien y mañana iniciarían su exploración.

Lola que no conseguía dormir, y que su apellido era Mentó, pensaba y se hacía varias preguntas relacionadas con el Chino Liou, pues igual que Calamidad, ya había viajado varias veces bajo su mando, pero no sabía mucho de él, en lo que respecta a Calamidad este roncaba y se podía uno dar cuenta que estaba profundamente dormido, igual el Chino Liou, dormía plácidamente.

En efecto, pocos sabían donde había nacido el Chino Liou, algunos decían que en Pekín, otros en Xiang, lo que si se sabía, era que había crecido en la ciudad de México, y vivió en una casa de la calle de Dolores, cerca de la Alameda Central, con unos chinos, que lo habían acogido en su hogar, lo habían encontrado abandonado, a un costado del Palacio de Bellas Artes, envuelto en una cobija mugrienta y deshilachada, con unos calcetines rotos, unos calzones de adulto, y una camiseta que le quedaba chica, encima un suéter agujereado, con una nota que decía, “Cuiden lo, yo no puedo hacerlo, estoy a punto de morir. Bendiciones”.

Desde niño el Chino Liou, trabajo y estudio, fue un buen estudiante, con un enorme gusto por la lectura, el cine y la ciencia termino estudios de Física e Ingeniería, en las dos se titulo con honores, la tesis con la que logro el título de Físico, trato el tema de la energía y en Ingeniería, se título con una tesis en donde propuso alternativas de construcción de viviendas ecológicas, era poliglota, además le gustaba practicar defensa personal y fue parte del equipo de Tae Wan doo de la UNAM, logró varios triunfos y campeonatos nacionales e internacionales y en su mejor momento una medalla olímpica, antes una panamericana y fue ranqueado como el segundo lugar a nivel mundial. Su formación militar era un enigma, pero muchos sabían que era muy buen tirador, además de ser un excelente piloto, su aspecto físico, no era corpulento, pero estaba marcado, se veía atlético y muy fuerte, era un exitoso empresario, inversionista atrevido, su fortuna era incalculable, siempre le daba por construir en grande, grandes aeropuertos, grandes estaciones espaciales, grandes hospitales, grandes escuelas, grandes autopistas, todos sus proyectos eran en grande, por eso acepto y aposto a la búsqueda de H2O, que por cuestiones del cambio y la contaminación, escaseaba en la tierra, si por eso acepto la invitación de las potencias mundiales para dirigir esta misión, que había encontrado buenos resultados, pero con la avería de la nave, por una lluvia de asteroides, además de la escases de alimentos, insuficientes para sobrevivir de los tripulantes de Sócrates, la ponía en serio peligro y a un paso del fracaso de esta misión.

Calamidad se apellidaba Salinas, y había estudiado sus posgrados en Harvard y en el caso de Lola Mentó estudio en Brasil y Cuba sus posgrados, los dos hablaban perfectamente Español, inglés, el francés, mandarín, alemán, y comprendían algunos códigos de otros planetas, los dos fueron estudiantes destacados, de excelentes promedios, fueron becados por el Consejo de Ciencia de su país, y fundaciones nacionales e internacionales, Calamidad Salinas era muy ambicioso, Lola Mentó era una enamoradiza, en su traje de astronautas, llevaban un traductor y decodificador modelo TKGO1000VCES, que tenía la capacidad de entender cualquier lenguaje, código de comunicación, que se generará en las diferentes galaxias, universos o planetas que existieran, era fácil de manejar pues estaba directamente conectado con las ondas de energía del cerebro, de quien usara ese traje intergaláctico, y ciertamente la comunicación, la información, la sociedad red y del conocimiento eran los puntos nodales de los grandes avances científicos que habían despegado ya hace unos años con la llamada Cuarta Revolución Tecnológica, el mundo de internet se volvió un agente de transformación e innovación, con una dinámica veloz y no pocas veces ya incontenible, siendo muy joven, el Chino Liou , pudo ser testigo de algunas experiencias de rebeldía y fuertes críticas al poder, desde sus entrañas, las cuales en su momento impactaron el sistema financiero y el sistema bélico, los Hacbkers, los Wilipedia, especialmente Anonimus y otros héroes desconocidos, lograron dinamitar esos espacios autoritarios de control, elitistas, con nula sensibilidad por el bien común y la distribución social de la riqueza, esos tiempos que tenía en su memoria el capitán Chino Liou, fueron momentos llenos de conflicto y confrontación con los poderes de aquellos tiempos, pero ahora la punta de iceberg de secretismo, manipulación y exclusión exhibía toda la descomposición de ese modelo, era claro que o se salvaban todos o no se salvaba nadie, la tragedia ambiental no era nada excluyente, eso no era motivo de discusión ahora en estos tiempos de la humanidad, había en varios lugares una crisis alimentaria, lo que había puesto en jaque a la humanidad, lo que obligo y provoco que las potencias pactaran y tomaran acuerdos, para buscar opciones para sobrevivir, eso tenia muy claro en su memoria el Chino Liou, y no dejaba que todo eso se hundiera en el olvido.

Iniciaron muy temprano, se dividieron por cuadrantes la exploración, llevaron instrumentos y herramientas para recolectar, lo más que se pudiera, el cuadrante que daba al frente del campamento le toco a Lola, el cuadrante que estaba del lado derecho del campamento le toco a Calamidad, el cuadrante de la izquierda le toco al Capitán Chino Liou, quedando para el final de la jornada el cuadrante de la parte de atrás del campamento, el cual lo cubrirían entre los tres, las exploraciones para la recolección duraban 4 horas, se detendrían a almorzar, para continuar otras 4, pararían y comerían, después de comer se dirigirían al cuadrante que quedaba de explorar y recolectarían, solo 2 horas, luego regresarían al campamento, vaciarían sus registros, los compartirían, almacenarían sus muestras, al terminar, se darían un baño, y se reunirían antes de dormir para cenar y aprovecharían para intercambiar impresiones y planear el trabajo del día siguiente, uno de los tres, se quedaría analizar las muestras de lo recolectado, para clasificar lo que pudiera ser considerado como alimento, con contenido de proteínas y vitaminas, también ver si se podía aprovechar algo de esas materias, después de ubicar las potencialidades y propiedades, ellos mismos las probarían, para observar los efectos en sus organismos.

En el cuadrante que le toco explorar a Lola, entre lo que recolecto, encontró unas variedades muy similares a las Solanum tuberosum, y que comúnmente se les conoce con el nombre de papas o patatas, habían recolectado de diferentes tamaños y colores, igual en sus registros de temperatura del lugar era templada, alcanzando alrededor de 15 grados centígrados, en lo que respecta a Calamidad, encontró una especie de árboles, que les colgaban unos frutos, parecidos a la Psidium guajava y que comúnmente se conoce como guayaba, había recolectado bastantes, además había mucha, igual habían registrado que desde donde se encontraban podían visualiza una especie de jabalíes, y otros que eran muy raros una mezcla de venados con cebras, con pelaje de mamut, estos animales eran descartados pues en la dieta de la tripulación no se consumía carne, el capitán Chino Liou, encontró una especie de plantas parecida a la Matricaria recutita, conocida como manzanilla, también recolecto otras hojas, que parecía servirían para preparar té y otras infusiones, habían recolectado otras, entre la que llamo la atención fue una especie de Bryophyta, conocido de forma ordinaria como musgo, y en algunas partes brotaban algo así parecido a los Psilocybe cubensis, y que se conocen como hongos, de tamaños diminutos, de colores exóticos, donde prevalecía el color verde, luego el gris, el guinda y el azul.

Durante los siguientes días comieron lo que consideraron que se podía consumir, a partir de los análisis que habían hecho en su laboratorio, logrando excelentes resultados, en especial al consumir la mezcla de musgo y hongos, se quitaba el apetito, era más efectivo si se comía en estado natural, solo lavándolos o hirviéndolos, otro efecto que tenían es que elevaba el sentido auditivo, igual el tacto, lo cierto es que era muy revitalizante, pero a la vez, relajante, su sabor no era nada desagradable, además algo que sorprendía a los tres era que al Chino Liou, cuando lo comía, le generaba otros efectos; es decir, le daba mucha fuerza, le permitía volar y lo volvía indestructible, cosa que no provocaba en Lola y Calamidad, si el musgo con hongos, al Chino Liou, lo volvía más veloz, más lucido, con este especial hallazgo, y con lo demás recolectado susceptible de comer, calcularon la cantidad que podían transportar y que cubriera lo que se necesitaba para alimentar a la tripulación y que alcanzará para volver a la tierra, después de levantar su campamento, abordaron el explorador Da Vinci y regresaron a la nave Sócrates.

 

 Este cuento, lo empecé a escribir en Nautla, Veracruz, los días 3 y 4 de enero de 2019, y lo concluí en Villahermosa, Tabasco el 8 de enero de 2020. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL BUSCADOR.

 

Eran unas condiciones muy difíciles, parecía que en esta ocasión Jacinto Kent Pérez, no lograría encontrar, el celular perdido de ese jeque árabe que lo había contratado, por medio de un enlace nada amable en el trato, solo se identificó como Jazet, y en el bajo mundo era conocido como el mago, si la platica entre ellos fue muy breve, le entrego un adelanto del 50% en euros, por el trabajo, y le indicaron el lugar donde este multimillonario petrolero, había perdido su celular, en efecto el lugar era en una parte del Sahara, cuando Jacinto llego con todo su equipo, de aparatos, computadoras, radares, drones y sus dos mejores perros, llamados Puntilla y Ciclope, además de todo su grupo de apoyo y  equipo de acampar, sin faltar nunca la compañía de su fiel compañera y esposa Rosario.

El hombre que le hizo llegar el adelanto del pago, y que destacaba por su mutismo y ser osco, algo le pareció bueno de Jacinto, en ese breve tiempo; es decir, le había caído bien, y se atrevió a informar, una cuestión que le habían prohibido, y le dijo.

-       Le informo qué de igual manera, pero con un pago menor, habían contratado a su más acerrimo y cercano competidor, como buscador de celulares, conocido con el mote de “Chiquito oscuro”.

   

Si ese pequeño ser, era un excolaborador y ayudante de Jacinto, cuyo verdadero nombre es James Burton, un hombre de tamaño pequeño y piel oscura.

Jacinto le agradeció, que le diera esa información, inmediatamente el hombre se fue.

En verdad, las condiciones eran totalmente adversas, para lograr encontrar ese teléfono celular.

Jacinto Kent Pérez, tenía un origen muy particular, su padre era el Conde Robert Kent, un aristócrata británico, que se había interesado por conocer, la cultura Maya, por lo que preparo una expedición y se traslado a Tulum, pero paso primero a Puerto Progreso, donde se quedó un poco de tiempo, luego vivió en Merida, en una de las residencias del famoso y bello Paseo Montejo, en donde conoció a Jacinta Pérez Chan, quien era la hija de la cocinera de esa casa de ricos yucatecos, de origen español, si en esa casa se hospedo el Conde de Inglaterra, le gusto mucho la capital de ese estado, y desde el primer día que vio a esa india maya llamada Jacinta, no pudo dejar de percibir su belleza, hasta se olvido por un buen tiempo, de la expedición que había venido hacer a Tulum, Chichen Itza y Calakmul.

Jacinta Pérez Chan, era hija de un Español, que se jactaba que su tatarabuelo, había sido aquel tripulante, de la nave en la que venía Cristóbal Colon, llamado Juan Pérez, aquel que grito, desde lo alto del mástil de ese barco.

-Tierra a la vista, Tierra a la vista.

Luego al paso del tiempo, uno de sus descendientes, Manuel Pérez Alvarado; es decir, el padre de Jacinta, se dedico a comerciar tabaco y alcohol, con lo cual junto una fortuna nada despreciable, y estando en tierras mayas, se enamoro de una india maya, quien llevaba por nombre Eumelia Chan Canto, una mujer muy sabia, que le había enseñado todo lo referente a las artes culinarias, remedios y hechizos de la cultura maya, además su padre Manuel Pérez, nunca dejo de repetirle, la historia, de que si bien es cierto, su tatarabuelo, había sido Juan Pérez, aquel marinero de alta mar, que había viajado con Cristóbal Colon, aprovechando la oportunidad para dejar de ser presidiario, eso no le quitaba los conocimientos que había tenido, como fue el saber leer y hablar perfectamente el latín, el buen manejo de las armas, y que entre sus antepasados se encontraban templarios, lo cual había sido el motivo para encarcelarlo, pues un aristócrata español, se apropio de los bienes de esos guerreros, si un aristócrata con línea directa con el sumo pontífice de aquellas época.

Algo que distinguía a doña Eumelia Chan, recordaba su nieto Jacinto, de su abuela, era que había aprendido a cocinar, la más deliciosa torta española, que jamás ha vuelto a comer, pero su madre Jacinta también era insuperable en el arte culinario, mezcla de la cocina española y la maya, de una calidad y sabor que provocaba un gusto por comerla sin aspavientos, sin mesura, además del buen sentido de saber elegir los vinos. Una locura del paladar la que había en su casa de origen.

Jacinto Kent Pérez,  había empezado poniendo un servicio como detective privado, donde trataba casos de infidelidad, de homicidios, de fraudes, herencias, desaparición de tesoros, de obras de arte, búsqueda de ollas con monedas de oro, de baúles enterrados con preciados metales y joyas, y casos especiales en donde familias de abolengo, por arte de magia o por desgracia se veían en estos enredos por fortuna o desgracia, también en algunas ocasiones lo habían contratado para ir en busca de personas, especialmente de Padres de familia desobligados, igual por mujeres que no tenían corazón al abandonar a sus hijos a la buena de dios o con sus parientes mas cercanos, casi siempre abuelas o abuelos, que se hacían responsable de esa bola de vástagos, pequeños niños o niñas, que demandaban cuidado y atenciones, debido a su corta edad.

Su primer local, lo puso en Mérida, pero los tiempos cambiaron a una velocidad sin precedentes, las formas de comunicarse y de relacionarse de las gentes dieron un gran vuelco radical, aparecieron los teléfonos celulares, los aparatos móviles, llego el momento, que ese medio tecnológico, se volvió fundamental y crucial en la sociedad globalizada, en las redes sociales de internet paradigma central, en la llamada sociedad del conocimiento, entonces Jacinto Kent Pérez se dio cuenta que en estos tiempos las personas preferían un moderno celular, que a una persona junto a ellos. Era tal la necesidad de ese aparato, que el amor era una cuestión de mayor distancia, por eso Chinto había triunfado, como el mejor buscador de celulares perdidos.

No había sido nada fácil, ser el mejor buscador de teléfonos móviles del mundo, tuvo que irse ganando la preferencia de la clientela, algunas búsquedas fueron importantes, para que su fama trascendiera, ahora no solo tenía, el sencillo local con el que inicio en el centro de la ciudad blanca, se había expandido y tenía un local en las Vegas, otro en Roma, y estaba por abrir uno en China, no se decidía en que ciudad abrir su local en este gigantesco país, era tal su éxito, que trabaja por temporadas en cada lugar, Jacinto confesaba que si el Papa, tenía sus residencias, de primavera, verano, otoño e invierno, el de igual quería tener sus casas para disfrutar las diferentes estaciones del año, además, cuando llegaba ya habitar, sus viviendas, imponía su propio gusto, él no era como esos magnates enloquecidos por las mansiones ostentosas, pero carentes de buen gusto, alejadas de intentar llevar una vida familiar lo más normal posible, su gusto manifestaba tendencias al minimalismo, pero no tan radical, nunca faltaba la palapa, los hamaqueros, en los lugares en que residía.

La fama de Jacinto, se debía por los deslumbrantes casos, que había podido resolver en su búsqueda de celulares extraviados, perdidos, robados, sus clientes eran desde estrellas de rock, ministros, empresarios, entre los que más destacaban era el haber encontrado el teléfono celular del jefe de seguridad de la mayor potencia militar y poderosa del mundo, si el funcionario lo había perdido, en un viaje que realizo a Brasil, en uno de sus incursiones en la selva del amazonas, gracias a la ayuda y apoyo de la jauría de perros buscadores, logro encontrar ese móvil, que contenía importante información de secretos de estado, los mejores de todos esos perros, sin duda, eran Puntilla y Ciclope, animales con un olfato muy agudo, fuera de lo común, podían olfatear, zinc, oro, plata, aluminio, plástico, todo tipo de cables, cristal, cerámica, si estos canes olían de todo, y lo más sorprendente, es que su búsqueda la podían seguir bajo el agua, dulce o salada, fría o hervida, congelada o vaporizada, eran unos perros de búsqueda extraordinarios, otro caso famoso, de su búsqueda de celulares, fue cuando un empresario de esos que aparecían en revistas como Forbes, perdió su celular, y los datos que contenía eran referentes a lo que comerciaba, y esa información no solo lo comprometía a él, sino a sus socios, que pertenecían a personas de familias de alto linaje y de corte aristocrático del mundo, pero de igual forma lo logro encontrar Chinto (cabe comentar que a Jacinto, la gente común y cercana a él, lo nombraban Chinto, y eso le gustaba) y el efecto fue que dio inicio a una nueva faceta como buscador de celulares, teniendo contratos muy buenos, recuperar y encontrar era importante, porque en ellos había datos e información que evidenciaba a las personas que eran sus dueños, que los perdían y muchas veces querían mantener su reputación.

Un detalle que llamaba la atención, era que si bien es cierto Chinto, estaba al tanto de las innovaciones que se aplicaban en los móviles, él era una especie rara en estos tiempos, era resistente al uso del celular, lo usaba poco, solo para las cuestiones mas elementales y algunas en relación a su empresa, el tenía estrictamente prohibido el uso de celular, en sus reuniones, cuando comían, no solo con su familia, sino con algunos invitados que compartían por momentos los alimentos, en esos casos pedía que apagaran sus celulares y en casos extremos,  solicitaba los depositaran en una recipiente y al terminar las reuniones, se les devolvía, a Chinto le costaba trabajo entender como mucha gente, perdía lo más hermoso de la vida, y lo dedicaba a estar usando y viendo su celular, descuidando su uso del tiempo, y mejor aplicarlo en actividades de mayor trascendencia y de mejor calidad, como convivir con sus personas queridas, atender a su gente, practicar y realizar actividades que les guste, como hacer deporte, compartir momentos importantes con sus hijos.     

Es importante, señalar que ya tenía un buen tiempo, de estar buscando este celular, del multimillonario árabe, se podía tardar el tiempo que fuera, pero lo podía encontrar antes que él, su adversario “Chiquito Oscuro”, en este rastreo aplicaba la utilización de sus radares, también aparatos que podían tomar fotos satelitales, igual sus Drones, también herramientas manuales para detectar metales, además sus sabuesos. Destacando sus propias capacidades, pero hasta el momento todo había sido inútil, cabe recordar que Chinto tenía una genética donde se mezclaban la sangre India, Ibérica y Británica, pero algo fundamental era su herencia cultural y espiritual, lo había dotado de poderes y formas espirituales, mágicas, que le permitían hacer desprendimientos de su espíritu de su cuerpo, como los antiguos mayas tenía la capacidad de realizar viajes astrales, logrando con esto hacer viajes a lugares muy lejanos, a espacios y territorios fuera de este universo y que ni la propia NASA los había logrado visitar.

La prolongación de esta búsqueda le generaba stress, preocupado por no haber podido hasta ese momento encontrar ese celular, aun con todos los avances tecnológicos, científicos, que tenia y sus energías espirituales que poseía, además de tener cerca de su campamento y desplazándose en la zona de búsqueda a “Chiquito Oscuro”. Él cual parecía que en esta ocasión le ganaría, en eso estaba pensando, cuando apareció su mujer Rosario, ella se le acerca y le sugiere.

-Regresa a tu iniciación, a tus orígenes, a tu esencia, relájate y concéntrate, no importa ya el resultado de la búsqueda, suéltala y vuelve a disfrutar lo que haces, aunque pierdas, no olvides que tus derrotas han sido templos de sabiduría, tus fracasos enciclopedias de enorme experiencia y conocimiento, has las cosas como empezaste, aplicando no solo lo que piensas con tu cerebro, igual aplica lo que siente tu corazón.

Chinto se quedo en silencio y le contesto.

Esta bien Rosario, te voy hacer caso, pero antes voy a dejar, algunas herramientas y apagar unos aparatos, darle de comer y agua a los perros, luego voy a darme un baño, después voy a comer y por ultimo voy a dormir, voy a continuar la búsqueda mañana.

Ella solo le comento.

-Muy bien querido Chinto, así se hace.

Se logró dormir muy temprano, logro tener un sueño muy profundo. 

Al otro día se despertó muy temprano, todavía no aclaraba el amanecer, se levanto con calma, fue al baño orino y defeco, se dio un baño, se puso un pants, una playera, tomo un tapete, salió de su tienda lo extendió sobre la arena del desierto, del oasis donde había instalado su campamento, se puso encima de él, se sentó y se puso en posición de loto, respiro y aspiro, dio inicio a su meditación la cual duro, desde ese amanecer, hasta el anochecer, teniendo un par momentos de interrupción para comer fruta y una sopa caliente de verduras, fue al baño, al después de terminar, se limpió las manos, luego continuo con su ejercicio, por momentos logro levitar, se veía como su cuerpo se separaba del tapete y por momentos logro mantenerse levitando por mas de una hora, termino y solo le pidió a Rosario que le diera de beber agua simple, se fue a dar de nuevo un baño y se dirigió a su tienda, y se volvió acostar a dormir.

Al amanecer del día siguiente, Rosario ya le había preparado un café, se lo llevo, el ya estaba levantado, ya se había bañado, calzado y puesto una camisa y un pantalón, tomo el café, ya quería partir, pero ella lo obligo a desayunar, después de terminar de ingerir sus alimentos y dar gracias, se dirigió a tomar su gorra, unos lentes, su cantimplora, les acerco agua y alimento a sus sabuesos Puntilla y Ciclope, luego fue a tomar sus instrumentos de trabajo, y le encargo a Rosario que avisara a su equipo de apoyo que en cuanto se levantaran, pusieran a trabajar todo su equipo de tecnología, computadoras, drones, y herramientas y otros grupos de búsqueda y usaran herramientas manuales para detectar metales, y por supuesto celulares, desde que inicio su búsqueda, pudo ver a pequeña distancia a “Chiquito Oscuro”, quien por ser, el mas cercano competidor de Chinto, y haber encontrado algunos celulares de gente importante, tenía ya su propio prestigio, si ellos habían encontrado móviles de diferentes marcas, de diferentes diseños, costosos, muy caros para el publico en general, que contenían programas de comunicación muy avanzados y mayor capacidad de almacenamiento de información y programas muy avanzados de celulares, el cual había rebasado el uso de computadoras y laptop, competían por la supremacía de símbolo de éxito, con los automóviles, no tener un celular en estos tiempos, en algunas esferas públicas, era como si al cuerpo humano le faltara algo.

Chinto ya había buscado personalmente durante los días de su búsqueda en por lo menos  50 kilómetros  a la redonda, bajo el sol y un clima inclemente, agotador, recorriendo lomas, pendientes y planicies de arena, ese día ya llevaba por lo menos 5 horas de búsqueda, el sol empezaría arreciar, ser calcinante, ya había pasado por lo menos dos o tres veces por un terreno que le llamaba la atención, y en el momento que se pensaba cambiar a otra parte, se concentro en observar y revisar una pequeña zanja, que apenas se notaba, se acercó, empezó a revisar con minuciosidad el espacio, empezó a escarbar, Puntilla y Ciclope hacían lo mismo, y en efecto, en ese lugar estaba el celular que buscaban, lo habían encontrado, Puntilla y Ciclope ladraban y daban enormes saltos muy seguidos, el esfuerzo había valido la pena y entonces el mito de Jacinto Kent Pérez siguió aumentando, al ver en sus manos, Chinto, si ese aparato tecnológico que había cambiado el uso del tiempo y el espacio, en muchas personas de la tierra, no pudo dejar de pensar que en ese aparato varios usuarios presumían comer asquerosas hamburguesas y otras atrocidades.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA CITA DE JUAN FERNÁNDEZ.

Muchas personas, tienen una enorme facilidad, para olvidar a las gentes que en algún momento, fueron claves en el rumbo que tomo su destino, por suerte Juan Fernández, no era una de esas, él tenía muy claro varios recuerdos de momentos importantes de su vida, y justamente parado donde se encontraba, y la bella vista que se posaba ante su persona, a través de los enormes cristales de esas ventanas, plagada de montañas, bosques y un horizonte iluminado con los rayos del sol, le provocaban una sensibilización especial y eso trajo a su memoria, algunas situaciones en el recorrido de los años de su existencia, la sala donde se encontraba, tenía sillones muy cómodos, con diseño de moda actual y con colores que manifestaban un gusto por la sobriedad, además los dos cuadros que estaban puestos en una de las paredes de ese lugar, expresaban el espíritu de la mexicanidad, también el piso de caoba, cubierto con un fino tapete, tejido en algún lugar de Oaxaca, como el autor de las pinturas ya citadas.

Le habían ofrecido algo de beber, y solo pidió un vaso con agua simple, con un hielo, el cual se lo habían dejado sobre una de las mesas, que estaban a un costado de uno de esos sillones cómodos, siguió viendo ese hermoso paisaje y que al fondo se podía ver al Popocaltepec, y a un lado el Iztlazigualt, y ya en ese momento rodeado de nubes y el cielo azul sobre ellos, en ese momento, decidió ir a sentarse, para continuar esperando que lo recibieran las personas que lo habían citado, él había llegado puntual y le extrañaba que no lo llamaran, en eso se sentó, se acomodó en el sillón , tomo unos sorbos del agua que había pedido y en eso su memoria y su memoria no paraba de traer a su mente muchos recuerdos, pero a la vez, no dejaba de preguntarse ¿Porque lo habían citado?, él mismo se respondía, pensando que de seguro le harían saber que recibiría otro de los diplomas que en otras ocasiones ya le habían otorgado o pedir alguna donación para alguna causa que están apoyando.

En efecto, en los recuerdos de Juan Fernández, apareció el día que hablo con su padre, para decirle, que él ya no quería seguir estudiando, que lo que él realmente prefería hacer, era ya dedicarse a trabajar, si él, aún era un niño de 12 años, que estaba por terminar la primaria, su padre lo escucho con atención, los argumentos que le expuso a su corta edad, resultaban interesantes, decía que el sentía que estaba perdiendo el tiempo, él quería dedicarse más a atender algunas de las tareas de los negocios de él, su padre, en lo que él dijera, la responsabilidad que le asignara y le aseguraba que la realizaría lo mejor posible, igual que el pago era lo de menos, pero que si le asegurara un salario, pues quería empezar a ahorrar, para que en un futuro el pusiera su propio negocio, y que su sueño era tener una tienda de abarrotes donde se encontrara y se vendiera de todo, de la mejor calidad y que los productos, que trajeran fueran originales, no copias, dándole prioridad a productores locales y de regiones cercanas, si su padre. Lo escucho con mucha atención y con una observación profunda y aguda en su gesticulación, lo veía parado junto al diablito que se utilizaba para mover a veces mercancías como cajas que contenían latas de atún, y que se trasladaban a algunas de las tiendas donde hacían falta, y que tenían en la ciudad. 

Después de escucharlo le dijo.

-       Por favor, acompaña al chofer, entrega las cajas, y que te llenen el comprobante de entrega, dile lo que vale cada lata, que me tienen que entregar la cuenta de la venta el próximo sábado, de lo que se allá vendido, igual por favor, te regresas, y me entregas el recibo, sino estoy, me esperas, ya te escuche, es necesario que sigamos platicando, sobre tus planes, pero tengo igual yo algo que decirte.

Juan Fernández le comento.

-       Ésta bien papá, hago lo que me indicas y regreso.

Llevaron las cajas, las entregaron, les firmaron el documento de entrega, al regreso el conductor le dijo que tenía hambre, se detuvieron en un lugar, donde vendían unas tortas de pierna de cerdo, muy ricas y tomaron un refresco Titan, el chofer lo pidió de naranja y Juan Fernández de grosella, terminaron de comer la torta y de tomar los refrescos, cada quien pago su consumo, se volvieron a subir a la camioneta  y regresaron a la bodega, donde había quedado de verse con su padre, en lo que llegaba su progenitor, recorrió la bodega, checo que las mercancías estuvieran en su lugar, además de hacer un conteo rápido las que había, fue a revisar los baños, la pequeña cocina, donde comían su lunch los trabajadores, a un lado había otra oficina que observo desde fuera, se encontraba el contador y dos secretarías, haciendo cuentas y cortes de las finanzas del negocio, en eso se dirigió a un lugar, donde tomo una cubeta, y otros utensilios y se puso a lavar la camioneta que habían usado para llevar las cajas.

Para la edad que tenía, era un niño alto, delgado, con una mirada alegre, y era el único varón, de la descendencia de su Padre, tenía 3 hermanas, además de ser el menor, su hermana la mayor se llamaba Evangelina le llevaba 20 años de edad, la segunda se llamaba Rosa y le llevaba 18 años de edad y Joaquina la tercera le llevaba 10 años de edad.

Estaba terminando de lavar la camioneta, cuando le dijeron que lo llamaba su padre, Don Cristóbal Fernández, esto lo obligo apresurarse a terminar de limpiar la camioneta, regreso a su lugar, los utensilios que había ocupado y se dirigió a la oficina de su padre. Al llegar frente a la puerta, espero un momento, para que su padre terminara de hablar con el contador, y luego poder pasar y no interrumpirlos, la puerta casi siempre se mantenía abierta, además a los lados tenía unas ventanas muy grandes, las cuales casi nunca tenían corrida las cortinas, porque también a través de esos cristales podía ver claramente como se desarrollaba esa platica. 

En esa oficina, se discutían cuestiones importantes de esa empresa, en eso salió el contador Ragued Neme, se saludaron, Juan Fernández, volvió a esperar un momento, inmediatamente escucho como Don Cristóbal Fernández le dijo que pasara.

-       Pasa por favor, y siéntate.

Se levanto de su asiento que tenía frente a su escritorio, y jalo una silla, que puso frente de donde se había sentado su hijo, se instaló en la silla que había jalado y le continuó diciendo.

-       Estoy de acuerdo, que tengas interés de progresar, debo advertirte, que en la vida no todo es dinero, pero nunca tengas una pelea con el dinero, nadie te va hablar bien del dinero, si nunca lo ha tenido y logrado dominar y desprenderse de ese metal o papel, debo insistir, en que más allá del dinero, se encuentran otras cosas importantes en la vida, como es la salud, el buen animó, tu paz interna, tu familia, tus amigos y lo más esencial el amor a la vida, igual debo decirte que no vas a dejar de estudiar, vas inscribirte en una secundaria nocturna, para continuar tus estudios, también quiero que sepas que vas a contar con todo mi apoyo, para que te apliques a trabajar en la empresa, te voy a empezar a pagarte un sueldo, pero vas a empezar como conserje, aquí en esta bodega, luego de ver tu desempeño , veré que otra responsabilidad  te asigno, insisto no debes de dejar de estudiar, aunque sea una profesión corta o carrera técnica, eso te va a servir, siempre saber algo o tener un oficio, te abre puertas, nunca sale sobrando un título, no olvides que eres mi único hijo varón, tus hermanas ya se han casado y están haciendo su propia vida.

Privo un largo silencio entre ellos, después de escuchar a su padre, y entonces Juan Fernández le dijo.

-       Te agradezco papá, espero no defraudarte, se despidieron, se dieron la mano, un fuerte abrazo y su padre le dio un tierno beso en la mejilla.

Todo eso lo recordaba claramente Juan Fernández, y siguieron viniendo muchos recuerdos en su memoria.

Se acordó que termino sus estudios de primaria, y luego se inscribió en una secundaria en horario nocturno, lo que le permitiría trabajar, además de ser el alumno más joven, sus compañeros de clase eran mayores de edad, esto no impidió que se integrara con su grupo, es precisamente cuando conoce a su amigo Marco Aurelio Mendoza León, el cual era unos cuantos años mayor que él, además  alto, corpulento, con un rostro de rasgos finos, ojos azules, cabello castaño claro, y lucía un buen corte y afeitada su barba, su forma de vestir era sencilla, pero muy elegante, denotaba buen gusto para elegir su calzado, su reloj de pulsera que expresaba fineza, nada de extravagancia, y lo que más sorprendió a Juan Fernández, era su perfecto dominio de algunos idiomas como el Inglés, Frances, Italiano, Alemán y Chino, igual supo que vivía en una de las zonas de mayor exclusividad de la ciudad, con el tiempo y su convivencia vio que era muy bueno para jugar Ping-Pong, y practicaba 30 minutos diarios de natación, además algunas veces llegaba en un coche deportivo, a tomar clases en esa escuela secundaria nocturna, razón de asombro y que consideraba una extravagancia, pues era una escuela para trabajadores, aunque pronto se dio cuenta que eso no era motivo de petulancia o presunción, esto debido a que con el trato se fue dando cuenta que lo que más distinguía a Marco Aurelio Mendoza era su sencillez y buenos modales, si esta persona, vivía en la casa de su tío, el cual era un buen amigo de su padre.

Desde el primer día, se hicieron amigos, y su amistad se afianzo durante esos tres años de estudio, y continuo durante sus estudios de preparatoria, ya en ese entonces entablaron una relación laboral entre ellos dos, debido a que Juan Fernández al terminar la secundaria y con el ahorro que hizo esos tres años abrió su primera tienda de abarrotes, invitando a Marco Aurelio Mendoza, para que trabajara con él, este acepto con mucho gusto, Otro evento importante de la vida de Juan Fernández es que ese mismo año se casó, tenía 16 años, con quien contrajo nupcias fue con Yolanda Díaz Kraft.

Con la experiencia que ya tenía desde sus primeros años, viendo los negocios de su padre y trabajando en ellos, desde los puestos de abajo y luego desempeñando otros, le imprimió a su tienda su propia dinámica, asumiendo tareas que no tenían que ver con él, desde limpiar baños, acomodar y etiquetar mercancías, atender clientes en forma directa y cubrir tareas donde hiciera falta, el llevaba su propio cuaderno de contabilidad, que registraba meticulosamente a diario, entradas y salidas, compras y ventas, pago de sus trabajadores, que al inicio solo eran, él y otros cuatro, de esos eran su esposa, otro Marco Aurelio y dos excompañeros de secundaria una era Rosa Sánchez y el otro era José del Toro, mejor conocido como chispa.

La tienda estaba muy bien surtida, el mostrador siempre lo mantenían limpio, a pesar de la gran cantidad de clientes que llegaban, era muy amplio, los productos eran de una calidad extraordinaria, para eso era clave Marco Aurelio Mendoza, era el encargado de conseguir, lo mejor, dando prioridad a productos locales, pero sin descuidar tener en los aparadores productos originales hechos en el extranjero o en algún otro lado del país o del propio estado, si en la tienda llamada “La Fortuna”, encontrabas el mejor aceite de oliva, las mejores aceitunas, el chorizo de Toluca, mole de Puebla, chiles Xalapeños, Jamón Serrano de Perote, quesos de la Joya, Nueces, ciruelas pasas, almendras, alcaparras, Cacahuates de la India, Pistaches, Duraznos en almíbar, chiles chipotles caseros, atún, sardinas, mantequilla, avena, arroz, frijol, azúcar, harina, Chocolate en barra, chocolate en polvo de Tabasco, un surtido de laterías bastante extenso, ostiones ahumadas, caviar, sardinas, jamón, atún, no faltaba ninguna de las especias, pimienta, clavo, orégano, laurel, había vinagre, varios tipos de sopa de pasta, pero lo mejor surtido eran los licores, resultaba extraño, pues Juan Fernández era extremadamente moderado para beber, igual Marco Aurelio, acostumbraban tomar su copa de vino, a la hora de comer, y los sábados a medio día un par de cervezas y no más, Chispa se plegaba a ese consumo y a Rosa Sánchez  solo le gustaba el Tequila, la Señora Yolanda era de tomar rompope y de vez en cuando toritos de cacahuate, pero en la tienda se vendía licor, encontrabas Whisky Escoses, Ron Cubano, Tequila de las mejores casas destiladoras del país, el Mezcal de lo mejor, además Vodka, Brandy, Coñac, Anís, Champagne, Vino tinto, Vino Blanco, estos eran Franceses, Españoles, Italianos, Chilenos, Argentinos, también encontrabas buena Caña, y no faltaba la cerveza alemana, inglesa o de USA, por supuesto la cerveza mexicana, se vendía Tabaco, puros, cigarros de diferentes marcas, artículos para la limpieza, de la casa, para el lavado de ropa, si la tienda estaba muy bien surtida y excelentemente atendida, además atendía lo que llamaban encargos especiales, con entrega a domicilio, esos encargos especiales tenían que ver con la entrega de Salmón de Canadá, Fideos Italianos, Salsa de tomate, dulces artesanales, bebidas exóticas o regionales como el Verde de Xico, se vendía café de Colombia y otros productos como el Jamón Serrano de Perote, la tarea de mantener surtido de esos productos al establecimiento, era la tarea principal de Marco Aurelio Mendoza, eso le gustaba, él desde de niño había viajado a varios lugares de América, Europa, África, Asia, el mismo decía que eran pocos los lugares que no había visitado, como era el caso de Australia, su padre fue un gran explorador y viajero, hasta que murió.

La vida para algunos, se vive muy aprisa, antes del año de casado Yolanda Díaz Kraft y Juan Fernández, tuvieron a su primer hijo a l que llamaron Leopoldo, dos años después nació la hermosa Ricarda, al siguiente año nació un bello bebe que nombraron Donato, después y de nuevo al año nació Penélope y a los 12 meses siguientes nació Pompeyo, si a la edad de 23 años Juan Fernández era padre de tres varones y dos mujeres, Yolanda tuvo que poner orden, si no la mata seguiría dando, la caja de los muñecos servía bien, y su esposo era todo un semental, además durante esos años, prospero el negocio, abrieron un par de tiendas en otros lugares de la ciudad, en las que participaban otras firmas comerciales, y nuevos proveedores, pero la esencia era la misma, ofrecer buenos productos, dar un servicio y un excelente trato al cliente.

Una cuestión que llamo la atención, durante ese período a Juan Fernández, era el par de temporadas que Marco Aurelio Mendoza se desaparecía, por una semana, como si tomara unas vacaciones, dos veces al año, sin contar los viajes que tenía que realizar por sus labores comerciales, esto era tolerado, pues más allá de la relación laboral, era manifiesto que existía una fuerte y consolidada amistad entre ellos.

Por eso, cuando Juan Fernández cumplió 27 años, Marco Aurelio, le comento

-       Mi estimado amigo, no toda la vida es trabajar, debes saber qué para algunos, el trabajo, es la mayor esclavitud de los hombres, tan es así, que por eso te tienen que pagar para hacerlo.

Juan Fernández, lo escucho con atención y asombro, nunca le había oído decir algo así. Marco Aurelio continuó diciendo.

-       Por eso el arte, es el acto más libre, que alguna persona puede hacer, por eso los artistas son admirados, envidiados y muchas veces incomprendidos, por su libertad.

Juan Fernández, solo le alcanzo a preguntar.

-       ¿A que viene todo esto que dices?

Marco Aurelio Mendoza no contesto, se despidió y se fue en silencio, no sin haber sembrado una profunda duda en Juan Fernández.

Es importante informar, que la vida de nuestro protagonista era envidiable, tenía una hermosa familia, una buena salud, había adquirido una excelente solvencia económica, amaba a su esposa, adoraba a sus hijos, lo que lo hacía inmensamente feliz, si ya desde aquellos primeros años que empezó a fundar su empresa , con respecto a la comunidad donde vivía, especialmente en fechas en donde se conmemoraba algo, nos referimos al día del niño, al día de la madre, al día del padre, al santo patrono de la colonia donde vivía, la navidad, y el día de los reyes magos, donaba cosas o daba dinero, también tenía la costumbre de dar apoyos a instituciones y a la iglesia, esta conducta la había aprendido de su padre, Don Cristóbal Fernández, el cual en aquellos años, acababa de quedar viudo. Lo que provoco, una fuerte tristeza, y fue la causa de que al poco tiempo alcanzara a Doña Angela; es decir, también muriera.

Recordó que un par de días de que se terminará el novenario, de la muerte de su padre, un abogado lo cito a su notaría, igual a sus hermanas, les pidió que estuvieran solo ellos, el motivo era leer las decisiones que había tomado su papá, al decidir su herencia, ese día les leyó el testamento, el mayor beneficiado era Juan Fernández, y que para sus hermanas no resulto una sorpresa, él siempre había mantenido una relación de mucho amor con su progenitor, igual con su madre, nunca perdió la oportunidad de convivir y estar atento de ellos, ésta perdida tan rápida impacto mucho en él, en la profundidad de su alma y en los sentimientos de su corazón.

Seguían viniendo muchos recuerdos, de aquellos tiempos, en donde sus negocios se consolidaban y además con la llegada del capital que heredo, en dinero y en propiedades y algunas inversiones, esto no lo desequilibro, realizo una justa distribución de esa riqueza con sus hermanas, las cuales quedaron satisfechas, y los más contentos fueron sus maridos, que sin dar un solo golpe, gozarían de una riqueza nada despreciable, por lo menos uno de ellos, le cayó como un respiro a su situación financiera. Los otros dos cuñados llevaban una vida no ausente de lujos, pero sin excesos, por eso Evangelina, Rosa y Joaquina, estuvieron de acuerdo y no hubo reproches, por las decisiones que en su momento había tomado Don Cristóbal Fernández.

Si de nuevo recordó que pasaron días, semanas y meses, cuando Marco Aurelio, se acerco de nuevo y le dijo.

-       Te parece, que dejes de trabajar unos días y vamos a un lugar que me gustaría enseñarte.

Claramente recordó lo que le contesto-

-       Si.

Entonces agrego Marco Aurelio.

-       Vamos a prepararnos para el siguiente fin de semana, salimos el viernes en la noche y regresamos el domingo, igual en la noche, por lo que considero avises a Yolanda, y ver a quien dejas de encargado.

Desde ese momento, Juan Fernández se puso a preparar esa ausencia de su trabajo, le encargo el registro en su cuaderno de contabilidad a Yolanda y la supervisión del funcionamiento de la tienda a Rosa Sánchez, igual recomendó que se apoyara en chispa.

Llego el día, partieron y al otro día amanecieron en la capital del país, se hospedaron en un hotel de lujo, muy cerca del Zócalo, sus habitaciones derramaban buen gusto, el desayuno fue delicioso, igual la comida, la cual consistió en una sopa de flor de calabaza, con trozos de queso, un filete de res, acompañado de pure, ejotes y un poco de lechuga, y como postre un exquisito flan napolitano, esto fue acompañado con guacamole, frijoles refritos, una rica copa de vino para abrir el apetito y luego, cada uno toma un par de cervezas de marca mexicana, después pidieron café, exigieron que el café, fuera de una cosecha de las matas de Coatepec, Veracruz.

Cabe comentar, que tanto en el desayuno y la comida, no paraban de platicar y narrar algunas cuestiones sobre su vida y sobre sus gustos personales. En la noche se prepararon para salir, Marco Aurelio le sugirió que se vistiera con ropa elegante, pero no ostentosa, igual le informo que pasaría un chofer por ellos, para llevarlo al lugar que había elegido.

El chofer, paso por ellos, los traslado sin contratiempos, al llegar al lugar, Juan Fernández se asombró, nunca imagino que su mejor amigo, lo llevaría a un lugar donde  se realizaban apuestas, si llegaron al Hipódromo, pagaron su entrada, hicieron fila para apostar, esto bajo las indicaciones de Marco Aurelio, mostrando que sabía todo sobre las cuadrillas de caballos y sus jinetes, tenia registrados los campeonatos que habían ganado, la raza, la casa donde entrenaban, quien los entrenaba, y las últimas competencias donde habían participado, era sorprendente su manejo de información sobre las carreras de caballos, esa noche, ganaron varias apuestas, cobraron el dinero ganado, luego salieron y le pidieron al chofer que los llevara a un bar del centro de la ciudad, de preferencia cerca del hotel, no bebieron mucho, cada quien un par de whisky Escoses, en las rocas, acompañado con un vaso de agua mineral, conversaron sobre las carreras, mientras contaban el dinero del triunfo en sus apuestas, era bastante, lo repartieron en partes iguales, se lo escondieron dentro de sus ropas, estuvieron un breve tiempo más y se fueron a descansar al hotel.

El domingo se levantaron tarde, ya no fue desayuno, más bien fue almuerzo, ya casi a las 10 am, los dos pidieron un caldo de pollo, con su limón, su cilantro, cebolla y chile picado, antes su jugo y fruta, una buena jarra de agua de limón, sus tortillas calientes, después de eso Marco Aurelio, le dijo que harían una visita, pues quería que conociera y presentarle a un amigo pintor, muy estimado por su familia y él, y que del cual sabía, que su abuelo, en algún momento de su vida, convivio y compartió aventuras y parrandas con ese pintor, en algunos burdeles de Paris.

El pintor los recibió con mucho gusto, tanto que los invito a quedarse a comer, y resulto que la comida estaba soberbia, era una rica sopa aguada, arroz blanco con dientes de elote, unos chiles rellenos fríos, acompañados de frijoles refritos con queso, tortillas a mano y de postre unos higos, además de un buen tequila, vino tinto seco, sin faltar el café, además de disfrutar  la presencia de un par de modelos del pintor, una hermosa mujer, con un cuerpo muy generoso, y otra mujer con un cuerpo muy estilizado, las dos con rostros con rasgos muy marcados y brutalmente bellos, labios, cejas mentón, nariz, pestañas simétricamente perfectos. Durante el tiempo que fue la visita, conversaron anécdotas, vieron parte de la obra del pintor, de la que estaba en su taller, hablaron de precios, y Marco Aurelio escogió una que le regalo a Juan Fernández, después de todo esto, se despidieron, se dirigieron al hotel por su equipaje, posteriormente fueron a tomar el transporte de regreso al lugar donde vivían.

Si la memoria, de Juan Fernández, lo sorprendía, al tener el registro de fechas, datos, lugares y debido a eso no olvidada que esas idas de fin de semana se repitieron unas tres veces al año, Juan Fernández, él fue adquiriendo el gusto por los equinos y los cuadros de pintura, de estos últimos empezó a adquirir algunos de pintores locales, después nacionales y por último de varias pinturas firmadas por artistas de prestigio mundial, igual empezó a comprar caballos y formo su propia cuadrilla, tuvo que comprar un terreno para hacer un establo, en esto fue muy bien asesorado por Marco Aurelio, el cual le recomendó comprar caballos pura sangre, razas árabes, cuartos de millas, por supuesto ganadores, y entre estos un bello corcel que le regalo a su esposa Yolanda Díaz Kraft, la cual toleraba esos escapadas de fin de semana, y esos gustos de su marido, el cual nunca perdió contacto con sus hijos, a los cuales siempre dio un buen ejemplo, se afino su altruismo, por lo que ella se dio cuenta de que Juan Fernández, carecía de egoísmo y tacañería.

Recordó, otros momentos de su vida, cuando de nuevo Marco Aurelio, lo convenció, para conocer otros lugares, ahora no solo de apuestas, también de juegos, en los cuales corría mucho dinero, si fueron a las Vegas, Nevada, lugar de desbordamientos y sin limites para muchas personas, en ese lugar jugaron Poker, ruleta, principalmente, si su amigo le enseño algunos trucos, para jugar fuerte y ganar mucho dinero, algo raro le provoco a Juan Fernández, pues recordaba que no fueron muy asiduos a asistir a ese lugar, pero cuando asistieron ganaron mucha plata, al grado de que en algunos lugares , no los dejaron jugar o apostar más; es decir, les prohibieron entrar, esas visitas solo se prolongaron dos años y en ese tiempo visitaron Montecarlo, en donde de plano fueron vetados, y no les permitieron apostar, su fama ya era de dominio público. 

Lo cierto, es que lo que Marco Aurelio le enseño, para ganar en el mundo de las apuestas, lo guardo como un secreto, y no se lo transmitió a nadie, solo en alguna ocasión Yolanda Diaz Kraft, le pregunto.

-       ¿Cómo le hacen para ganar tanto dinero en esos juegos de apuestas?

 

Juan Fernández le alcanzo a decir, brevemente.

-       Es aplicación de pensamiento matemático y un poco de suerte.

Luego recordó, que después de esas escapadas, Juan Fernández, junto con Yolanda Diaz Kraft, programo viajes, de vacaciones con sus hijos, realizando viajes a diferentes lugares de México, Puerto Progreso, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Miguel de Allende, Tulum, Chiapa de Corzo, La Paz, Cañón del Cobre, Campeche, Tula, Palenke, San Cristóbal, Monterrey, Zacatecas, Real de Catorce, Orizaba, Puerto de Veracruz, Acapulco, Manzanillo, Mahahual, Tapachula, Ciudad Juárez, La ciudad de México, Toluca, Cuernavaca, Teotihuacan, Leon, Naolinco, Xico, Coatepec, Tijuana, Mazatlán, Obregón, Hol Boch, Quetzalan, Juchitan, Bacalar, Cozumel, Xalapa, Martínez de la Torre, Nautla, Tuxpan,     igual a otros lugares fuera de su país como Lima, Nueva YorK, Madrid, Barcelona, Paris, Roma, Bruselas, Praga, Amsterdan, San Francisco, los Angeles, Londres, Rio de Janeiro, Grecia, Egipto,  Sidney, Pekín, Moscú, Lisboa, Venecia, Buenos Aires, Sevilla, Santiago, Asunción fueron vacaciones muy bellas y donde fue inmensamente feliz, pudo convivir y compartir con su esposa, sus hijos, alejados de su cotidianeidad, visitaron lugares arqueológicos, Museos, exposiciones, asistieron a espectáculos, conciertos y gozaban de las gastronomías locales, además del arte y las artesanías de esos distintos lugares que visitaron, como todo, estas vivencias pasaron, los hijos crecieron, dos de ellos les gusto el negocio de su padre, se casaron un tanto jóvenes; es decir menores de 20 años, igual una de sus hijas se casó, la otra no, eligió el sendero del arte, igual otro de sus hijos se inclinó por el mundo de la música, si ahora él que en estos momentos esperaba que lo llamaran, esas personas que lo habían convocado, y en esta prolongada espera, le habían venido muchos recuerdos, no solo de felicidad y alegría, también recordó pasajes de dolor especialmente la de su mujer y la de su mejor amigo, si perdidas muy duras, muy dolorosas, quedo viudo a los 38 años, al año siguiente Marco Aurelio falleció, duros golpes en su corazón, experiencias profundas, para revalorar la hermosa vida y conocer lo inútil que es la soberbia, la envidia y la vanidad humana, en donde el destino le enseño, que nada es seguro, nada es para siempre, que todo es relativo, y que las cosas son muy simples, pero también en otros momentos son complejas, el con la  edad que tenía en estos momentos, no era viejo, pero había recorrido un buen tramo de su vida, se aficiono a los caballos, disfruto el arte, había ayudado no solo a sus hijos, también a otras gentes, el directamente sin intermediarios, Juan Fernández tenía ahora 42 años, y en ese momento continuaba a la espera que lo llamaran.

No pudo evitar recordar y extrañar la compañía de su esposa, que vinieran a su mente y cuerpo, recuerdos de momentos amorosos vividos con ella, si con su amada esposa, de nuevo recordó el día de la muerte de su amigo, todo fue tan rápido, y que hasta esa fecha, supo que tenía un par de hijos, ya grandes, y que aparecieron en ese sepelio con su madre, una mujer de origen gitano, aun con su dolor, él pudo ver lo hermosa que era esa mujer, y con respecto a los hijos vio que uno se parecía a ella y el otro era un clon de Marco Aurelio, era demasiado el parecido, por no decir idéntico, todos ellos se quedaron unos días más, para atender algunos tramites y que les leyeran el testamento de Marco Aurelio, el cual fue muy generoso con ellos y ella, después de eso no los ha vuelto a ver.

Juan Fernández, vio su reloj, y en efecto, ya había pasado bastante tiempo de espera, y justamente cuando estaba por irse, no sin antes avisar, llego una mujer y le dijo que pasará a la sala de junto, donde ya lo estaban esperando, además le pidió disculpa por el retraso de la reunión, explicándole, que dos de los asistentes acababan de llegar, y que se habían atrasado por problemas en su vuelo, el cual abordaron con tiempo considerable de retraso, él se dirigió a la sala donde se encontraban esas personas que lo habían citado, la mujer lo acompaño en ese breve recorrido, le abrió la puerta y Juan Fernández se dispuso a entrar.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

UNA EXTRAÑA MUJER Y EL ARTE DE LA PINTURA.

 

Las frutas, que podía ver en ese puesto del Mercado “Los Sauces”, estaban frescas, llenas de colorido, había piña, melón, sandía, mamey, guayaba, naranja, guanábana, mango, durazno, limones, mandarinas, toronjas, tunas, lima, plátano, de este encontrabas roatán, dominico, macho igual había mango manila y mango petacón, fresas, de verduras, se veían chayotes, papa, zanahoria, tomate, jitomate verde, tomate de bola, ejote, chícharo, espinacas, acelgas, cebolla blanca, cebolla morada, cebollines, aguacate, chile poblano, chile xalapeño, rábanos, pepinos, jícama, sin faltar el epasote, cilantro y perejil, además especies como el laurel, el clavo, la pimienta, a un costado del puesto había una mesa donde podías encontrar queso añejo, queso fresco, queso enchilado, queso botanero, queso Oaxaca, y ahora ese día, el que lo atendía era el hijo de Don Braulio.

Alejandro empezó a tener recuerdos de él, en ese lugar, junto a ese puesto, se encontraba un local, en donde, cuando era niño alquilaba revistas, por la módica cantidad de 20 centavos, si las llevabas a casa, si las leías en ese mismo lugar te costaba la alquilada 10 centavos, había unas sillas para que te pudieras sentarte a leer, además vendían refrescos, licuados, dulces y tortas, eran revistas de series, de personajes y héroes, por supuesto había periódicos de notas rojas, que con solo agarrarlos escurría sangre, revistas de relaciones cachondas, de traiciones y decepciones amorosas, igual de finales felices, sin faltar las de vaqueros, las de deportes, si en ese puesto, él había podido leer números atrasados y actuales de sus series y héroes favoritos como Fantomas la amenaza elegante, Chanoc, Kaliman el hombre increíble, Memín Pinguin, con su malinda, Doña Eufrosina, sus amigos Carlangas, Ricardo y Ernesto. La otra era El Payo, y la insuperable la del Santos, el enmascarado de plata, recordó que en su casa llegaba el Selecciones Readers Digest, además en su casa se compraban las historietas de “Los Agachados”, “Los Supermachos” de Rius, y sus textos dedicados a temas sobre “El Capitalismo” “La panza es primero” “El Che” y otros temas que ahora no recordaba, junto a estos recuerdos, vinieron a su memoria otros momentos, cuando lo enviaban a comprar tortillas a los puestos de este mercado, pues eran tortillas a mano, y no de máquina, también le encargaban otras cosas, enfrente de esta plaza, compraba la leche que consumía en su casa, y cerca a un lado, estaba un puesto donde vendían estampas, de álbum que se coleccionaban en aquellos tiempos, los niños y jóvenes de esos barrios, o estampas para planillas, pretexto para que se juntaran chamacos igual que él, con sus rollos de estampas repetidas, que servían para cambiar entre ellos, por otras estampas que no tenían, también para jugar volados, motivo varias veces de riñas, entre los participantes, el chiste era llenar el álbum o la planilla, esto permitía, cambiarlo por un premio, que había en los aparadores de esa tienda, atendida por un viejito mal encarado.

Alejandro esa mañana, andaba en ese lugar, porque se le había antojado preparar para comer un arroz con chicharos, un caldo de verduras con pollo, acompañado con sus frijoles, tortillas a mano, aprovechar comprar unos chiles rellenos de queso y de picadillo de pollo, además poder preparar una agua de sandía, también su postre, el cual ya lo tenía en el refrigerador, y consistía en un par de bolas de nieve de chocolate, y sus galletas, efectivamente había ido al mercado “Los Sauces”, a comprar algunas cosas que le hacían falta, cuando logro conseguir lo que necesitaba, regreso a su casa, en la que en aquellos meses vivía, la cual estaba en una estupenda ubicación, en el centro de la ciudad, tenía su cuarto, una sala, su cocina, un tapanco, dos baños, dos cuartos más y un bello jardín en el centro de la construcción.

Si, el ir a esa zona de la ciudad de Xalapa, le traía muchos recuerdos, como sus primeras clases de catecismo con doña Leobita, que tenía a la entrada de su casa un loro con un plumaje muy bonito, y muy cerca estaba la casa de su abuela Catalina, se encontraban los Billares “Xalapa”, y la parada de los camiones a Coatepec, Teocelo y Xico, a Alejandro le gustaba vivir solo, tener su privacidad, y poder organizar su espacio y su tiempo, además en Xalapa, aun se podía respirar un aire de provincia, el cual se resistía a desaparecer de su ambiente, termino sus compras y regreso a su casa.

Al llegar, donde vivía, saco la llave de una bolsa de su pantalón y abrió la puerta, entro, fue a poner lo que utilizaría para hacer su comida, sobre una base que tenía junto al lavadero de trastes, abrió el refrigerador, acomodo otras cosas, también en la alacena, se puso un mandil, lavo sus manos y empezó a preparar sus alimentos, el arroz le gustaba rojo o blanco, ese día lo prepararía blanco, usaba muy poca sal, herviría los chicharos, después los pondría a escurrir, en una coladera manual, de tamaño mediano y color rojo, también pondría hervir las verduras, una zanahoria, una calabaza, un chayote, una papa, ejotes y dos piezas de pollo, los frijoles los sacaba del refrigerador y los ponía a calentar, sacaba las salsas y las ponía en la mesa, a él le gustaba preparar sus salsas, especialmente una que le había enseñado hacer su mamá, de chile seco, a los chiles rellenos les daba una calentada en un comalito, donde calentaba sus tortillas, cortaba unas rebanadas de sandía, la cortaba en trozos, los vaciaba en el vaso de la licuadora, le agregaba un poco de azúcar, vaciaba agua, lo licuaba y la vaciaba en una jarra, a la que luego le ponía unos cubitos de hielo, la ponía en medio de su mesa, ponía su tapete, sus platos, su vaso y cubiertos, las servilletas, y cuando ya estaba recién salido lo que había preparado para comer, lo empezaba a servir, a él le gustaba comer la comida caliente y recién hecha, ya casi cuando terminaba de comer, ponía a hervir un poco de agua en un vaso de peltre, esperaba que hiciera ebullición y le vaciaba un par de cucharadas de café en polvo, lo dejaba reposar, luego sacaba la nieve de chocolate, y se servía un par de bolas en un plato, tomaba unas galletas de una caja que tenía y las ponía junto a ese rico postre. Se servía su café y los consumía, disfrutando mucho todo esto y dando gracias a su Dios, por poder comer estos ricos alimentos.

Al terminar de comer, recogía los trastes de la mesa y las demás cosas, dejaba un frutero y el servilletero en el centro, lavaba los utensilios que había ocupado, los secaba, los acomoda en sus respectivos lugares, se dirigía a su cuarto y dormía su acostumbrada siesta, luego se levantaría, a leer, a estudiar un par de temas que le interesaban, para seguir elaborando un ensayo que estaba escribiendo.

Durante el tiempo que dormía su siesta, volvió a tener ese sueño, donde él aparecía, con un pantalón como los que usaba para entrenar Karate, no tenía camisa, se veía desnudo con su marcado abdomen, su pecho y fibrosos brazos, estaba descalzo, con sus manos sostenía y blandía una espada, la cual tenía una empuñadura hermosa, con una águila dorada labrada devorando una serpiente y bañada en oro, con incrustaciones de jade y diamantes, la espada brillaba, en sus movimientos dirigía la punta de esa arma hacia el frente de él, su mirada la dirigía a una fila de personas que se encontraban a escasa distancia delante de él, veía sus rostros, ellos lo miraban, con sus brazos a los costados, en posición de descanso, en eso él ponía la punta de la espada sobre el piso, en orden de uno en uno avanzaban esas personas dirigiéndose a él, cuando estaban cerca de él, rápidamente levantaba la espada, la blandía y les cortaba el cuello, haciendo volar su cabeza, y haciendo brotar muchos chisguetes de sangre que alcanzaban a mojar su rostro, su pecho y otras partes de su cuerpo, luego volvía apoyar la punta de la espada en el piso, la sostenía con firmeza con sus dos manos, al frente de él, avanzaba otra persona de la fila, se acercaba a él y de nuevo ¡Zas!, le cortaba el cuello y otra vez volaba la cabeza, cayendo rápidamente al piso, y estallaban los chisguetes de sangre, que igualmente volvían a bañar su rostro, cabello, pecho, brazos, y otras partes de su cuerpo, manchando su pantalón blanco, él no movía los pies del lugar, se mantenía erguido, firme, potente, repitiéndose ese acto muchas veces, reconociendo a las personas que les volaba la cabeza, hombres y mujeres, que en su vida real, le resultaban nefastos, insoportables, corruptos, malignos, unos verdaderos hijos de puta, Alejandro gozaba ese sueño, le producía un enorme placer, al despertar, estaba muy relajado, lleno de energía y de muy buen humor.

Se levanto, se puso un suéter, pues la tarde estaba fría, afuera caía una fuerte llovizna, acompañada con neblina, si de a medio día que llego del mercado, ahora en la tarde, el clima había cambiado, si esa era Xalapa, ubicada en un territorio encantador, con un clima privilegiado, luego se dirigió al baño, se lavo la cara, para despabilarse, aprovecho y se lavo los dientes, se preparo un café, puso música y se sentó en una silla frente a su mesa de trabajo, reviso unas fichas, y unos apuntes que tenía, para empezar escribir un ensayo, que le había pedido su amigo el poeta Arthur Glessman, el cual le caía muy bien, y era cosa rara, originario del Sur de Veracruz, de una ciudad petrolera que se llama Minatitlán, le gustaba su elegante estilo de vestir, su rebelde cabellera negra, y sobre todo su talento, su poesía y su exquisita forma de expresarse, además tenía una pareja muy bella, con nombre de actriz de cine Brigitte, si ese amigo, le había encargado un ensayo, para una revista, del cuál era el director, y donde publicaban un grupo de escritores, investigadores y académicos, no solo locales, también de otros lugares nacionales e internacionales.

Alejandro, observaba ese ambiente, de escritores, de poesía, cuentos, novelas, reseñas, ensayos de publicaciones en periódicos, en revistas y algunos artistas, académicos e investigadores, le resultaba divertido, las pugnas por los premios y reconocimiento, eso generaba exclusión o inclusión en estos círculos o grupos, y en el caso de Xalapa, era un lugar espacial, pues no solo sucedía en este universo de escritores, igual pasaba con los pintores, los músicos, los periodistas, los académicos, los investigadores, las cuales conformaban sus clanes, sus tribus, con sus propios ritos, y manías, en eso pensaba, luego fue a servirse un café, regreso sentarse, y cuando le daba el primer sorbo a su café, atrás de su mesa, enfrente de él, apareció un ser extraño, su imagen lo hacía ver alto, delgado, un rostro de finos rasgos, el cabello lo tenía alborotado, y los ojos brillaban, con un brillo que hacía que resaltara su color azul claro, sus manos eran delicadas y brazos delgados, tenía puesta una especie de túnica, y de zapatos unas sandalias, aunque él podía ver que claramente flotaba sobre los mosaicos del piso, pensó que esto que veía, era producto de una alucinación, puso su taza sobre la mesa, y ese ser extraño no se movía y este igual no lo dejaba de observar.

Hasta ese momento, se dio cuenta, que ese extraño ser, era mujer, el sin dejar estar intranquilo, le pudo preguntar.

-       ¿Quién eres?

Ella le contesto.

-       Eso no importa saberlo.

Inmediatamente, Alejandro le pregunto.

-       ¿Porque has venido?

Brevemente esa extraña mujer, le dijo.

-       Pasaba por aquí, y me llamaste la atención.

Alejandro le dijo, pues vaya forma de presentarte, sin tocar la puerta y no saber ¿Quién eres?

Ella tomo la palabra y con una voz pausada le contesto.

-       Ya te dije, que no importa quién soy, además hace mucho tiempo que no toco las puertas, ni aviso cuando voy a llegar, en mi mundo, el tiempo y el espacio, es verdaderamente relativo, hoy puedo estar aquí frente a ti, luego no se a donde voy a dirigirme, donde yo quiera.

Aun a pesar, de la calma y la prudencia con la que se expresaba esa mujer, Alejandro no dejaba de estar inquieto, esto lo noto, debido a que su corazón latía muy rápido, y le sudaban las manos.

Ella volvió a tomar la palabra y le dijo.

-       Tranquilo, no vine hacerte nada, me puedes decir ¿sobre que vas a escribir?

Alejandro le contesto.

-       Sobre el arte de la pintura.

Ella le dijo.

-       Un tema muy bello, muy enriquecedor, los humanos avanzaron mucho, por medio de esa expresión artística.

Alejandro tomo la palabra y dijo.

Si los humanos, plasmaron y dejaron testimonio de su pasos y de diferentes momentos en este mundo, por medio de este arte, de la pintura, en esas obras, podemos ver como van logrando avances, no solo en las técnicas, las herramientas que utilizaron para pintar, también sirven para ver el progreso de las sociedades, la cultura, la tecnología y otros procesos, aunque a mí, me gusta poner atención en ver las herramientas e instrumentos que fue utilizando para pintar, desde un pedazo de carbón, las cenizas, las ramas de un árbol, las raíces de las flores y plantas, la elaboración y mezcla de tintas naturales, el celo con que guardaban los secretos en el manejo de técnicas para pintar y dibujar, también otros mas con los saberes de elaboración de materias o productos para pintar, por ejemplo los Flamencos, guardaron con mucho celo la elaboración del uso y elaboración del óleo, por cierto, algo que admiro en forma especial de los pintores del renacimiento, es la elaboración de sus propios materiales de trabajo, otra cuestión que llama mucho mi atención, es el manejo de la luz y la proyección de los cuerpos, de los objetos, también de los pintores me gusta como elaboran sus propios pinceles y el tipo de pelo o cerda que usan, además de espátulas o otra herramienta, la propia construcción de sus bastidores, usando madera, tela, clavos y las sustancias que preparan para cubrir las superficies donde van a trazar, dibujar o pintar, en general su trabajo me resulta admirable.

Considero una calamidad, la ausencia de mujeres, en el ejercicio de este arte, y solo tuvieron participación, hace unos siglos, fueron excluidas de esta expresión y creación artística, es un error que no se debe repetir, ya se que me pueden decir que eran otros tiempos, otras épocas, que ahora son otros tiempos, pero es preciso que debemos recordarlo, para no olvidarlo y no volver a cometerlo.

El arte de la pintura, tiene que ver con el talento, pero influye mucho el oficio del artista, como en otros campos, otras profesiones, otras artes, para esto en algunos momentos los talleres, las escuelas, los maestros, han sido fundamentales en la consolidación de este arte de la pintura, en la creación de las grandes obras de la pintura hay mucho trabajo, mucha expresión artística, talento y técnica, disciplina, innovación, experimentación, disciplina, conocimiento científico, por ejemplo en el dibujo y el trazo de los grandes murales, ya no se diga en el manejo del color, los matices, los tonos, la tesitura y por supuesto los detalles de cada uno de los artistas.

En ese momento, se detuvo de hablar Alejandro y vio que esa mujer, ahora estaba acostada en su cama, sin dejarlo de observar, escuchar, es decir, continuaba poniendo su atención, con esa mirada brillante y que él se dio cuenta que le gustaba mucho por su gran luminosidad, continuó hablando sobre el contenido del ensayo que tenía que escribir sobre el arte de la pintura.

Volviendo a subrayar.   

-       A mi me gusta, mucho el arte de la pintura, cuando veo el retrato de un paisaje, que esta plasmado en un cuadro, me genera gozo, me gusta también el arte abstracto, las pinturas solamente de  blanco y negro, además las diferentes formas como pintar al pastel, al óleo, con acuarelas, al carbón,  ni se digan los murales, igual los bodegones y las pinturas sobre los cuerpos humanos, me encantan, mas si expresan lo sublime, lo erótico, lo sensual, y dibujan especialmente el cuerpo de la mujer, es fascinante para mí, las formas femeninas que visualizo son uno de mis mayores placeres.

Alejandro, paro de hablar y  vio con mayor atención, a esa extraña mujer, la cual ya se había acurrucado, junto a una de sus almohadas de su cama y ya no se le veía ese hermoso brilló de color azul de sus ojos, los había cerrado, había colocado sus manos para recargar su fino rostro, cuya expresión, manifestaba calma, se acerco y vio la fineza de sus labios, su nariz, pudo percibir un olor a manzanilla y menta. 

En eso él, tomo su café que se había enfriado, se dirigió a su cocina a calentarlo, procuro no hacer ruido, para no despertar a esa mujer.

Regreso, ella continuaba durmiendo, tomo unos sorbos de su rico café negro, se sentó, tomo su pluma y empezó a escribir su ensayo, seguía con la duda por donde empezar, pues se dio cuenta que no le había platicado a ella, que el tenía entre sus máximas admiraciones entre las personas que habían destacado en el arte de la pintura, tenía sus preferencias, destacando entre sus pintores predilectos y favoritos, se encontraban varias pintoras mujeres, y entonces se dispuso a empezar a escribir ese ensayo, que luego pensó sería el inicio de una gran novela, y el arte de la pintura seria sustancial en el contenido de esa futura obra

 

 

       

 

              

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?