Un perro canta la canción "Melina"
1. Soñé a un perro que canta. "No me lo van a creer", me dije también en sueños, creyendo el sueño real. Y fue cierto. Nadie me creyó cuando lo contaba. "Lo hubieras grabado", me dijeron, para creerme. Pero era un sueño, de todas maneras no era realidad, aunque lo hubiera grabado. ¿Qué puede ser más cierto que un sueño? Porque es cierto que lo soñé. Y es cierto que el perro cantaba. Era "Melina", canción de Camilo Sesto.
2. He visto en videos a perros que aúllan, tratando de cantar. Casi estoy seguro que ellos no han de saber qué es cantar. Ellos ven que su dueño o dueña emite sonidos, de alguna manera agradables por lo armónicos. Y entonces ellos aúllan. Y allí ven a una persona que canta y un perro aullando. Graban el video y se hace viral. En las películas sí hablan, pero eso es literatura.
3. De niño escuchaba la canción "Casas de cartón". La mía era de madera vieja y techos de cartón enchapapotado. Y en la radio El Buki, con grupo del mismo nombre. Marco Antonio Solís cantando: "Qué triste, se oye la lluvia, en las casas de cartón..." Yo de niño me imaginaba la lluvia y su efecto en el cartón. Y sigue el Buki: "Usted no lo va a creer, pero hay escuelas de perros que les dan educación, pa´que no muerdan los diarios, pero el patrón hace muchos, muchos años, que está mordiendo al obrero..."
4. En el sueño era ya de noche, pero no oscura. Había claridad evidente a causa de la luna llena. Estábamos en esas reuniones de amigos, donde hay uno de ellos que es el líder, que viene de lejos, y uno no se quiere quitar de la reunión, aunque estemos cansados. Solo que ya es tarde. Y un amigo empieza a caminar para irse. "Espera, yo también ya me voy", le digo. Y en efecto, me espera, y empiezo a caminar para alcanzarlo.
5. En los sueños todo cambia de momento, sin explicación alguna. En lugar de ser un amigo el que se va, es una amiga. El amigo es cierto que vive en la misma ruta. La amiga no. Pero en los sueños todo es posible: cambios de geografía, personas muertas están vivas, son una persona u otra. Al fin sueños.
6. Es amiga la que empieza a caminar. "Espera, ya me voy". Y era cierto, ya me iba. Pero me decidí a quitarme hasta que ella empezó a caminar. Antes de alcanzarla -porque me aventajaba unos cien metros, como una cuadra- es que miré al perro cantar. Le marqué a su teléfono, para decirle la maravilla que había en mi camino un perro cantando. "No lo creo, grábalo", me dijo.
7. En la vida real mi amiga tiene un perro, tuvo otro más antes. Perros grandes, fuertes, bellos. Me los presento en su momento. Perros bravos, que ella los tenía que amarrar en otro lugar, para que no me fueran de peligro cuando yo iba de visita. Nos poníamos a platicar por horas. Y el perro de lejos viéndonos, olfateando. Como decir "no hay peligro".
8. Yo he tenido perros. Me gustan los perros. El primero que recuerdo es una perrita pastor alemán. Murió de frío. Me lo había regalado mi amiga Juany (teníamos 16 años). En la casa no había espacio dentro. Y una noche ,de crudo invierno, murió. He tenido una pareja de dálmatas. También un husky siberiano que daba el gatazo, aunque era cruce. Un dóberman sepia, alto, noble, manso, bello. A este lo llamé Alí (por el boxeador leyenda de peso pesado). Al parecido en cruce husky, le puse Salinas, por Carlos.
9. Hace días tuvimos una tocada en un dueto en el que estoy integrado.Nos contrataron a cambio de risas, charla y comida. Y nos explayamos cada quien con sus canciones. Yo las mismas diez de siempre, no tengo otro repertorio. Una que nos pidieron fue la del "Perro negro", de Don Julián, canción de José Afredo Jiménez. Mataron Don Julián, que andaba de querendón con la Lupe. El perro negro murió sin despegarse de la tumba de su amo. Son leales, o más bien apegados al dueño.
10. Yo nunca había soñado perros, hasta ahora con el perro que cantó "Melina" (has vuelto Melina, tus ojos reflejan el dolor y tu alma el amor..."). Mi madre nos decía que había que tratar bien a los perros. Que ellos nos iban ayudar, cuando muriéramos, a cruzar el río Jordán. Ese río, decía. Que nos estarían esperando. Eso nos lo decía de niños. Ya de grande le preguntábamos que por qué nos decía eso. "Lo aprendí de niña de mis padres. Eso nos decían". La leyenda habla del valle del Mixtlán. El río tiene de nombre Chiconohuapan. De que si tratamos bien a los perros, nos ayudarán a cruzarlo para llegar al inframundo. En caso contrario, no. Nos dejarán cruzarlo solos, y es peligroso. Y era un xoloscuintle, al que sacrificaban. Pobrecitos.
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