Tertulias con guitarra




1. Entre tanta prisa y pesadumbres, hay que hacerse un alto y reunirse. Sean unos pocos, para escucharse. Sean unos pocos para cantar, con guitarra y recordar canciones, o cantarlas a la mitad, o ayudados por una hoja, o buscar la letra en internet y poder seguirla. Me dirás que no es posible para todos. Porque no hay guitarra. Porque nadie del grupo sabe tocar. No importa, entonces invéntate otro modo de pasar una tertulia. 

2. Ayer publiqué en el muro una lista de diez canciones. Escribí "Hoy tocada. Cover gratis. Dirección en inbox". Parecía broma, pero era verdad. Ya dije una vez que uno de mis sueños era cantar ante un público. No importa si son tres o cien.  Ayer fue la segunda vez. De evidencia está la foto. Voz aguardentosa. Letra que en algunas canciones se olvida. No sentir pena. La edad, lo justifica. El adelantado Alzheimer. Risas. La primera vez canté en el CICOM. Eran tardeadas que organizaba Glenda en la ex Casa de tabasqueña de escritores.

3. Recuerdo que llegaba yo, hace ya once años, a una fonda en Zaragoza, frente al parque Los Pajaritos. El ritual, preguntar qué tiene. Escoger un platillo. Y entre agua de piña o papaya, escoger una. "Sin hielo, ¿verdad?, para cuidar su garganta." "Así mero", le respondía. Eso era de todos los días. Yo le había dicho desde el principio que sin hielo "porque canto". Y ella se reía. Yo pedía sin hielo para que fuera más agua de fruta en el vaso. Hasta que una vez Doña Marina no se aguantó la curiosidad. "¿Y donde canta es ante mucha personas?" "No Doña. Apenas ante diez o quince personas. Son lugares chicos, cafeterías, principalmente". "Ah, ya decía yo", respondió ella triunfante.

4. Hasta que una vez pasé el ritual de seleccionar guiso y agua, sin hielo. Y no me aguanté. Era un lunes, 6 de mayo de 2014. "¿Qué cree Doña marina? ¡Canté ante cinco mil personas!", le dije eufórico. Y ella. "Ah, felicidades. Cuando sea famoso ni va a querer venir a comer aquí", dijo un poco seria. Suele suceder en la mayoría de casos. Lo que no le dije es que había cantado el Himno Nacional Mexicano en una convención del amarillo partido.

5. Alégrese. Procure condiciones de alegría. A lo mejor no es fácil, como yo afirmo. pero se requiere decisión y actitud. No tiene que ser como yo lo hago. Sino como usted considere y de acuerdo al grupo del que forma parte. A veces es tomar un café y platicar. A veces en una carnita asada. Un círculo de lectura. Un taller literario. Y que abunden las risas. Acuda a exposiciones de arte. A una presentación de libro. Yo no pude ayer asistir a la presentación de Navegante de la memoria, de Asunción Cobos. Celebro la publicación. Solo que los viernes en la tarde y sábado en la mañana estudio aún.

6. La alegría nace en uno mismo. Y se encuentra con las alegrías de otros que también nacen en el interior de ellos. Y como dicen, cada quien hace lo propio ene se tema. Ser triste no es opción. No en mí. A veces solamente me siento en un parque y miro personas, mis semejantes, mis prójimas o prójimos, e invento historias que solo sueño escribir y quedan en el aire. Algunas me saludan y correspondo. Ven, vamos, tomemos un café. La vida se nos va de todas maneras. Yo tengo un boleto para viajar. Y los libros allí están para leerlos. Ten libros aunque no los leas. Siempre estarán a la mano por si te decides. Fugaz, única, intransferible, la vida.

7. Yo prefiero cantar con guitarra. Yo solo canto. Mi publico soy yo mismo. Y nunca me aplaudo. ¿Y por qué te obstinas en cantar?, me digo a mí mismo. Y responde el otro yo: "¿Y por qué te obstinas en respirar?" Y empatan ambos. Cuando hay karaoke no le hago el feo. Y me sumo a la algarabía donde cantamos casi todos. Siempre hay alguien que no. Tan variados son los gustos, que algunas cantan las de Paquita. Otras las de Selena. Gloria Trevi. Entre ellos, De Vicente o Juag Gabriel. No fallan. Y hast hay quien intenta cantar de Serrat, Silvio o Aute. Y en la exageración hay también hay quienes buscan en karaoke música que les acompañe en ópera. Lo juro.

8. Es viejo el chiste de la esposa y el esposo de nombre Tomás. Siempre juntos para todos lados: sepelios, fiestas, carnitas asadas, quincenos y bodas. Inseparables. Alegres ambos. pero no de esos que exageran. Él no tomaba. Y ella no quería quedar mal, quizá ante él. Pero una vez llegó sola a un velorio. Y todos extrañados, cuando ella se acerca le preguntan: "¿Y Tomás vino?". Y responde ella, alegre, "Sí tomo vino, y también cervecera, si está fría, claro". Decía yo, alegrarse. Baudelaire recomienda embriagarse. Sea con virtud, poesía o vino.

9. Agradezco la invitación para la tocada de ayer. Era en familia. Era la tertulia con guitarra y canciones. Atención de primera: plató de carnes fríos. Un vinito exclusivo, de botella numerada, de los que producen emprendedores en empresas familiares (no lo probé porque ando tomando pastillas medicinales. Y un sabroso puchero. No canté yo solo. Cantó DG también. Sus canciones son las que han recorrido el campo, con ideas sociales, de reivindicaciones, de Athaualpa. De Zitarroza, de Gabino Palomares. Yo en cambio canciones tristes de nostalgia, de amores perdidos, de amores esperanzados. pero la alegría de compartir humanidad con semejantes.

10. De "La carreta argentina": "...Que naides quede enfadau si aconsejo como siento/ El hombre vale por dentro que lo de afuera es prestau/ Por plata que haiga juntao, no te sientas cordillera/ Pues en la vida rutera aquel que se cree muy grande/ Se pone al lado de los Andes y es un enano cualquiera/ Aunque vivís entre ruidos de motores y engranajes/ No cometas el ultraje de hablar a los alaridos/ Poné los cinco sentidos en lo que estás conversando/ Y si algo te va alegrando, ríe, que la risa es vida/ Pero hay risas parecidas a caballos relinchando...". Canta DG

11. De Serrat. " Son aquellas pequeñas cosas/ Que nos dejó un tiempo de rosas/ En un rincón, en un papel O en un cajón/ Como un ladrón/ Te acechan detrás de la puerta/ Te tienen tan a su merced/ Como hojas muertas/ Que el viento arrastra allá o aquí/ Que te sonríen tristes y/ Nos hacen que/ Lloremos cuando nadie nos ve." Canté yo. 

12. Pero no se crea que solo de esas canciones no comerciales cantamos. También De piedra ha de ser la cama; Qué te ha dado esa mujer; El rey; Ella; Paloma querida; Yo sé que nunca besaré tu boca. Que inútil te venero. Y cosas por el estilo. El repertorio es amplio. El canto es en tertulia. Amigos. Información inbox.

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