La oscuridad del martes
Buenas madrugadas, martes. Lunes te hereda la esperanza. Te deja en el dominio del tiempo la responsabilidad de los minutos para las alertas, los desvaríos, los delirantes sueños. Un juego es el tiempo con la carne. Un juego en el que cubre de gloria con elementos pasajeros para decidir sobre destinos con sus desatinos y aciertos. El martes ni se inmuta hecho piedra en las repeticiones periódicas. Tiene otra oportunidad cada semana en el curso de los meses y los años. El martes hereda la esperanza del guiño, del abrazo. No es casual la oscuridad, donde anidan los desvelos para los mejores sueños. La luz de la mañana destierra los miedos que están en nosotros que intentarán regresar mandones, soberbios. La luz viene siempre reparadora, alentadora, mientras el amor permanece, gigante, señorial. Bienvenido martes.
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