Toda palabra

Toda palabra es un discurso. Todo silencio lo es también, al igual que cada gesto. Hay palabras que son homenajes a la vida. Y hay las que destruyen como misiles. Las palabras son amas del universo. Y brincan. Saltan. Se agachan. Acuestan. Duermen. Sueñan. Las palabras son ladrillos para construcciones y sirven también para golpear al hombre ego y al hombre vanidad. A veces se presentan ampulosas, como la divina garza. Y las más de veces sencillas, como el hombre que amasa harina para el pan. Las palabras me acompañan, y aunque a veces se resisten, por lo regular se prestan para que escriba sobre amor, odio, guerra y farsa. Ahora, cuando digo "te amo", me aseguran que se escuchan falsas. Y es cuando me rebelo y las castigo, no las dejo salir, y entonces me atan o me matan.

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