Alma

Sensible y leal. Ligera de móvil pensamiento. Luminosa y festiva. Vas en mí y conmigo. Donde estés estoy. Y en el viaje nos alegramos en reciprocidad. A veces te siento con peso. Y te pongo a dieta en la espiritualidad. Es un decir. La bruma de la tarde nos envuelve. Y viene la nostalgia. Y cambiamos a la risa, nuestro alimento mejor. Es tarde y navegamos en sueños. Tan lejos como el tiempo da. Y volvemos a la realidad del presente. Donde nos instalamos trashumantes. Alma mía. En ocasiones me pongo a pensar. Lo afirmo. Sobre nuestra necesidad. Y expongo las penas al sol. Para que se oreen. Y en otras ocasiones me olvido del aquí y allí. Y hago borrador de mi teoría del vivir. Recuerdo otros años. En ese furor permanente. De andar aquí y allí. Con responsabilidad personal. Y con letras por lo social. Y me atempera el tiempo. El imperativo del hoy. Me gusta tu volar. Y allí voy en sensación. Y me detengo en esta nube o aquella a observar. Alma mía. Va por ti mi tranquilidad. Que es soñar, cantar. Y dialogar.

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