No oyes

No oyes. No me oyes. Porque estás en el limbo, penumbra que no se entiende. Yo miro por ejemplo los gusanos y hormigas que recorren tu piel y la mía. Como si fueran letras en palabras que nos recorren. Pecesillos de asfalto y sangre. Que hacen referencia a nuestro origen de agua. Perseverantes mutaciones poéticas y mágicas. Como si nada debiera tener explicación. Porque además no oyes. No oyes.

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