Un fosforito

Encontré en el camino un fosforito. Estaba encendido. Se le desprendía una flama lo mismo pequeña proporcional a su tamaño. Y alumbraba como una luciérnaga al oscurecer. El aire bamboleaba la flama. Y me le acerqué para protegerlo con las palmas. Veía en él la imagen de la vida de los individuos. Comburente, combustible que de a poco a poco se va consumiendo. Yo veía la flama entre azulosa y naranja. Su resplendor no llegaba a diez centímetros de distancia. Conforme oscurecía se notaba más. Y sentí aprecio por ese pequeño espectáculo. De pronto las sombras de la noche nos cubrieron a plenitud. Y el fósforo se fue consumiendo de a poquito. Finalmente se apagó. Como la vida misma.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam