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Mostrando entradas de septiembre, 2019

José José, derechos reservados

Murió el ser humano José José el sábado pasado. Murió un gran cantante. De poderosa voz. También murió, para el capitalismo, el hombre que representa una mercancía, un negocio, una empresa de marca registrada. El negocio no muere. La mercancía sigue en el mercado. José José ha sido, es y seguirá siendo un ídolo admirado por su portento de voz y sus canciones amorosas. Queda la parte legal de herederos, de carta poder, de testamento. Más allá de buenos y malos. Se tiene que arreglar el asunto de acuerdo a la ley. Queda una esposa. Quedan hijos de dos matrimonios. Ahorita su cadáver está siendo preparado para sus funerales, que no son de cualquier tipo. Son de un ídolo internacional llorado por personas de muchos países. Y en ese estado, su cuerpo también es un negocio. Admiramos al ser humano que aprendió música. Educó su voz. Cayó tantas veces como se levantó. De luces sonoras y sombras muy humanas. Le llora su familia. Sus fans. Y ya lo extrañan las compañías de la industria del espec

Adiós septiembre

Adiós, septiembre, te vas. Patrio y todo. Efímero y fugaz.

Más que la noche

Mas que la noche. Mucho más. El día es del olvido. Por las tantas voces. Y luces. Las atracciones de las distracciones. La noche entonces es la del jubiloso recuerdo. Si tenemos miel en las manos. Recuerdos en la piel.

Sucede

Sucede la música. La vida. El tiempo. Buscamos asidero. A veces la amistad, el amor, el roce pedernal para el fuego. Sucede que uno se cansa. Salta y cae en el mismo lugar. Atisbamos futuro que es la nada. Así pasamos entre polvo y agua. Arrullados por palabras, cuentos. Y nos vamos de poco en poco. Despedida no les doy. No la traigo aquí. En la ruta la fruta. Ese sabor agridulce. En la ruta la rosa y espina. Y nos vamos silbando una canción de amor y guerra. Mira la luna allá y la estrella.

Quitaria

Quitaría lo que daña. La mirada de furia. La traición. La deslealtad. Todo tiene cura. El hambre es locura. La locomotora del progreso avanza. Quitaría el afán de lucro. Quede todo al natural. Quitaría la frialdad e indiferencia. En esencia toda la intrínseca maldad.

Me divierte

Me divierte el crepúsculo matinal y el del ocaso. Maravilla. Las tarde de lluvia. La caída de hojas ocres en otoño. Los susurro en el cine. Me divierte la vida toda. Las canciones en su letra y música. Yo quiero luz de luna. El sonido de todos los instrumentos. Me divierte caminar. Seguir acostado. Soñar. Yo sueño que estoy aquí. Me pregunto si hay algo que no me divierte. No escribo para eso. Me divierte la mariposa. El suave encanto de los pétalos de rosa. Nenúfares. Patos. Limones. Naranjas. Toronja. Duraznos. Me divierte el sendero que se bifurca o tri. La redondez de la esfera. El ajedrez. Me río de mi. De todo. De lo eterno. Por ejemplo. He allí todo.

Tu y yo

Somos lo interno y la percepción de lo externo. Aquí estás tú, que eres lo otro. La segunda persona. A la vez se intercambian las posiciones. Tú eres donde radica el yo, tuyo. Quien eres. Y así sucesivamente en cada uno. Para el diálogo son necesarios dos. Que están en todas partes. Cada yo supremo rcarga hacia el otro los errores. El otro siempre es el culpable. Pará todos los demás yo soy el otro.

Soy disperso (2)

Soy disperso. Paso de Ícaro a faquir. Fui monaguillo con ojeada a libros de Marx, sin llegar a El capital. Me pongo los tennis y no salgo a caminar. Me detengo en una flor. Y me subo a un tren. Pierdo la salida del autobús. Quiero bajar de peso y como mucho pan. Dejo libros sin leer. Y busco otros con afán. Para dejarlos igual. Cuando escribo empiezo por el final. Vamos a ver. Me dispongo a saltar. Me quedo dormido luego de despertar. Me da por cantar dos minutos. De allí paso a brindar. Miró libros. Sada. Sade. Poe. Sand. Cuando habló quiero callar. Cuando escribo aspiro a pensar. Digo alto y sigo elw caminar. Escribo verso por beso. ¿Has leído a Kozer? ¿A Dulce María Loynaz? En fin, habremos de empezar. Sí, disperso. El pólen es disperso. Nada que ver. Tanto por observar.

Maratón

Recorrer páginas de imaginación en palabras o carreteras y sudor. Entre maratón de carreras o de lectura, yo prefiero este. Quizá por mi natural flojera. Ancestral no, porque mis padres eran trabajadores. Lo ideal serían los dos. He de pensarlo, acostado, leyendo bajo la sombra de un gigantesco nogal.

Consejos

No soy yo el apropiado para dar consejos, los escuches y llegues a viejo. Pero dan ganas por curiosidad. Y decir, por ejemplo, que de vez en cuando camines por donde pega el sol. Y no te enfrentes al viento. Con el tiempo no te metas, de todas maneras le eres indiferente. Si no lo sabes, intenta, para que puedas aprender. En boca callada, boa encallada. Solo a jóvenes se les permite tragar el mar de un solo buche. No discutas, aún con razón. Un cuerdo hace la diferencia entre los locos. Juntos, solo siameses. Al pan, pan. Y al vino solo vino.

Soy disperso

Soy disperso. Se nota en todo lo que hago. Que es todo lo que pienso. Salto de aquí allá. De manera observable. Debe ser un síndrome. Como un ripio. O metáfora gastada. De rama en rama. No logro concentrarme. Debería. No me ocupo ni me preocupo. Me divierte. Me da suspiros. Y guiños. Es algo raro. O mágico. Hablo del colibrí. Y luego de la uva. Y de allí a las casas de cartón. Lanzó pestes de la usura. Y pido mi nieve de limón. Leo a Borges media página. Y pasó a Pound. Mientras cruzó el río ayudado pot un fantasma de perro. Digo adiós cuando llego.y buenos días, con permiso cuando me voy. Tengo guardado un disco y mi acta de defunción. Soy disperso. Busco un verso en ti.

Mi sombra

Mi sombra me acompaña fiel, a toda luz le corresponde aun en el cenit. Yo juego con ella agradecido. Sombra de mi aliento y alimento. Compañera de mis días en las pocas glorias y derrotas. A veces la tomo de la mano. La acaricio. Y a veces la sujeto por la solapa de su saco informal. Ella ríe. Me sabe su siamés de luz. Ella de la oscuridad. Me reta y se irrita. Yo le pico el orgullo y la amenazo de abandono. Ella ríe como I yo contará un chiste. 

Mi mayor riqueza

Mi mayor riqueza es la esperanza. Allí arriban mis sueños. Mis anhelos. En la esperanza, como una  ciudad, tengo mi espacio. Allí peleó  cuerpo a letras con las palabras. Para que no me rimen ni me remen. O me den el avión cuando las acoso. Pará que me den un verso amoroso. No me aparto de la esperanza. La transito por las mañanitas cuando a musgo y lama acarician el rocío. Vuelo un cometa por las tardes. Luego busco un libro. Con la esperanza camino y sueño.

Aquí estamos

Aquí estamos. En este vacío existencial. En este vacío de hoja. En la nada. En el suplicio del alma. Hormigas sin ruta. Espines sin brújula. Aquí estamos. En la llamarada. Combustible que se extingue. Sin posesiones. Sin posiciones. Sin cabos de atar. Con sueños inconclusos. Todos los son. Con utopías cercadas. Con avaricia rampante. Con dolo como lema.  Con la a como piel. Cocodrilos sin piel. Con dolor como caricia. Aquí y ahora. Nuestro tiempo.

Tiempo pasado no vuelve

Tiempo pasado no vuelve. Y pierdes valiosos estantes en pozos y decires. Desembarcas continuo en el pasado. Y paseas con las palabras todo tiempo fue mejor. No vuelve y añoras canciones que fueron moda. Y tratas de ponerle color a las fotos en sepia.

Amo los viernes al igual

Yo amo los viernes igual si fueran lunes o jueves. Trabaje o no. Disfrutando la vida. La diferencia no es la rutina. Es mi actitud. Y el tiempo es lo mismo. La rosa falaz o ciertaflorece. Y los peces ni se inmutan. Tampoco los pájaros. Su canto acaricia igual, independiente al tiempo. Amo los viernes igual a los otros días. Vaya yo o no a la estación del tren. Y miro absorto como la primera vez. Lividez de rostros. Miradas de esperanza. Alegrías por el regreso. Vier es a lunes es igual para quien no tiene jaulas abiertas como trampas en mente y corazón.

Juany

Me entero que cumples años. Y te felicito, Juany. Me gustaría hacerlo de manera con presencia. La distancia geográfica lo hace difícil. Así que va un abrazo de felicitación. Y muchas sonrisa. Ya ves que en la Normal estuvimos cercanos. Con esos sueños de amistad, como todos los jóvenes. Recuerdo mucho a tu familia. Siempre de buen humor. Siempre hospitalarios. A mi me llamó siempre tu sencillez, y alegría. Y también tu apellido Kunhagel. Lo extranjero en un buen corazón. Una buena familia. La vida nos llevó a distintos lugares. A conocer la vida rural de nuestro pueblo desde una escuela. Forjado nuestro espíritu para en la Normal, dedicamos nuestros años al diálogo permanente. Con sueños y adolescentes. Con padres de familia. Con autoridades de comunidad. Todo eso caminamos. Todo eso vivimos. Siempre de buen talante. Que bien. Todo esto lo comento, Juany, como pretexto, para hacerte llegar mi felicitación. Mis buenos deseos. De que tengas siempre salud, buen humor. Y que sigas con ese

Vale

Vale por unos ojos. Y lo que provoca la mirada. Sobre todo en el encuentro. Por un lugar que yo conozco y compartimos. Por un libro que es montaña. Si no viene yo acudo. Vale por las siete vidas del gato. Yo apenas tengo una. Es bella. Tuviera otras seis. Y las que siguen con la experiencia anterior. Vale por u a higuera, una hoja de parra y el jugo fermentado de la uva.

Carta de residencia

Carta de residencia. A quien corresponda. Resido en el corazón. En el mio, de nadie más. La nube es referencia. En el corazón que palpita al ritmo de canciones. Migramos para radicar a donde estamos. Y nos acompañamos en las cuitas y sonrisas. En las cimas y simas. Resido en cualquier parte. A donde me llevan mis pasos. A donde me abren los brazos. A donde la mirada es firme. La frente en alto. Y la dignidad como modo de vida. Resido en la memoria. Con la personal historia. Resido en mis emociones. Que son poco. Nada. En la palabra. En la tierra resido. Me he escindido un poco de ella y a ella he de volver. Como vuelve todo al olvido.

Evovaciones

Evocaciones. Refiero a los tiempos que se fueron y a los del porvenir. Los sueños y los anhelos. Ahora es otoño. Y hubo otros otoños. Así como los que vienen. Es septiembre y en la vuelta al sol vendrán otros. Indiferente la mecánica celeste al destino del hombre. Se evoca lo que se fue. Lo que pasó. Despedidas en centrales de autobuses, estación de trenes y aeropuertos. Hubo abrazos y besos. Y se evoca el futuro. Con cierta reminiscencia de lo que viene. Despedidas previas. Preludio de enfermedades y muerte. Otros nacimientos para otra nueva gente. Que vislumbran aún otros futuros. Todo es perfecto. En el devenir nada sucede al azar. Si coincides son milagros. Espacio. Tiempo. Miradas.

Yo anduve

Yo anduve a cuál más por la rivera. O saltaba bardas para escabullirme. Entre los árboles canté una canción desconocida. Anduve en lo alto de la cima. Solo jirafas y egos grandes eran mis cercanos. A risas y palabras quemamos nuestro tiempo. Anduve entre nubes pintando gatos y corazones. El fin de la utopía era lo cercano. Anduve de vago entre los ríeles. La vida siempre estaba en otra parte.

Te detienes

Te detienes. Miras a tu alrededor. Y pareciera lo mismo siempre. Llueve y paraguas. Basura en las alcantarillas. Todo se detiene. Las hojas de otoño detenidas como en fotografía. La vida es un arcoiris. La imaginación es motor de búsqueda. Nos damos la mano como hermanos. Vuela la paloma de paz. Cazadores la derriban.

Brindis

Brindar es agradecer. Estar contento. Y ver la luz y lo que devela. Entre lo tanto que existe. Brindo, por ejemplo, por la brújula que nos dio rumbo. Y por la bruja que en la infancia hizo volar con escoba a la imaginación. Sobre el caballo de madera. Brindo por la estrella fugaz que me enseñó el atajo al cielo con los pies en la tierra. Brindo por el insomnio, ese creativo, que me hace al pensar el ser vivo que soy. Por la espina clavada en el corazón, que duele pero se goza la vida. Por las piedras pedernal que en su frote se produce la chispa y desde luego el fuego. Brindo por el amor y la amistad, que son mis credenciales en la red. Por la literatura donde todo es posible y encarnan sueños. Por ese lugar fantástico  selva o playa que me traslada a cerrar los ojos. Por las hojas de hierba. Por el camino angosto que me ha hecho ver las cosas diferentes. Por este día y el ayer. Por el tiempo que el corazón palpita. Por todos los  ayer y de mañana.

A mi sombra

Usted es culpable de sentirme perseguido. Y a la vez acompañado. Le agradezco esa lealtad perruna. No sé me separa. De día a da en la justa estatura. De noche me abraza con sus grandes dimensiones. Sombra que me asombra. Por lo que sabe de mi. Desde aquellos primeros pasos. De aquellos pasos de baile. Y el vuelo entre tibios cerezos. Yo te abrazo. Y me sonrío contigo. Sombra con mi nombre. Sombra que es mi lumbre.

Nada personal

Ayer te vi cantando un bolero, Omara. De esos que llueven por nostalgia. En las cafeterías taciturna. Otoño. Tarde gris. Y yo esperaba las noches de Santiago. Pará esperar llegue el tiempo de pisar las calles nuevamente. Y la radio de bulbos vieja repetía melodías del adiós. Te escucho en el presente, Omara. Caminando por las calles de La Habana. Sonriente como recuerdo para una despedida de final feliz. Nada personal. Solo que tu nombre u otro, Omara, sigue sonando como clave en mi piel.

Vale

Adjunto a la presente el documento. Un vale. Por lo tanto recibido. Un tren de juego. Una guitarra victoriosa. Y las tantas risas. Una ola con sus respectivos holas. Y una salud a prueba de estornudos. Queda pendiente de la lista la historia personal. Los abrazos de madre y padre. Y la luna aquella vez cuando pedernales para el fuego. Una de dos. No hay vuelta de hoja. Soy el mismo. Solo que he recibido tanto. Viajo en la sonrisa al mil por hora. Tengo libros a montón. Y una vieja máquina de escribir. Algunas fotografías. Y algunas puertas abiertas en el corazón de la amistad.

Curriculum vitae

En ese pueblo de polvo, y frontera. Nací. Hace ya algunos pocos años. Allí amé a todo mundo. Entré a templos. Crucé la frontera. Y tuve frío. Luego vine al tropico. Lluvia. Sol. Moscos. Me pasó el tiempo como ferrocarril sobre vías. Sembré palabras. Coseché amistades. Volé con los pies en la tierra. Encumbré cometas personales. Y di la media vuelta donde no me sonreían. Hay más. Algunos me recuerdan. Inmune a las calumnias. Entono cantos para nadie. He ido y vuelto a la frontera. A donde me reciben con abrazos. Carne asada. Y nieve de sabores. Como asados con guacamole. Y oigo música. Todo bien ahora. El infinito, cielo o infierno no me desvelan. Seré polvo, un día. No me apresuro. Todo tiene su tiempo. Sacando cuentas, en paz, no me alcanza con la vida.

Escribir

Quiero leer y escribir todo momento. Leer no hay problema. Allí están los libros. Escribir, es algo muy distinto. No sólo es querer. Hay que tener algo ya en la punta de la lengua, por decirlo así. Sea en sueños o en lo real, las palabras pegadas ya para salir. Y si no, se olvidan. Y a esperar otro momento. Leer es capturar un libro al paso. Y sumergirse en aventuras y besos. O fantasmas del olvido, cartas de famosos, arrebatos. Poemas de sufridos y a negados poetas. Entredos de ideas en los textos de filósofos, verdaderos rompecabezas. Escribir es correr el riesgo de sentarse y nada. Nada por aquí o allá. Sentarse frente a la pantalla. Escri ir, borrar. Levantarse por un café co. O pretexto. Regresar a la pantalla. Y escribir tomo café y es domingo. Y no estar contento. En todo caso preguntar a los amigos escritores. Dime, Luis Deyá, como le haces. O a los de la Sociedad de Escritores. O a Ubaldo Bogar. O a Chávez Fócil. Hoy es domingo. Tomó café. Acudo a los recuerdos. Anotó algunas

La pasión

La pasión es una flor que se marchita. Bella. Rara. De significados. Cada vez que llegó un lugar, de luna o tierra. La busco. Y se resiste. No aparece. Solo de vez en cuando. Flor de la pasión. Pasionaria. Es una corona de espinas. Es la cruz y el cáliz. Es la última palabra en el abandono. Y de pronto maravilla. Una y cinco flores. Renacentista y moderna. Es magia de la naturaleza. Como toda la magia. Como todo el amor de Cristo. En esa ruta del Vía Crucis. La pasión humana.
Luna como colgada en la ventana abierta tenue luz reflejaba. Yo le decía suave eres templo. Mientras oronda untaba aceites de aroma en las curvas sinuosas de su carne. Templo eres. Templo. Repetía mientras era ignorado en el poema. Pasos solos de un tango lejano que hacían crujir el viejo piso de madera vieja del viejo templo. Austera habitación de convento abandonado. Limpio si. De paredes gruesas. Había café y emparedado con tocino. El templo carne Lucía victorioso. Mientras yo despertaba en todo el mundo nada. Una estatuilla de bruñido metal y brillo. Como prueba de la verdad del sueño.

En sueños

Si en sueños se cruzan conmigo, caminando encontrados. Háblenme, que ando ciego como topo o pez abisal. Sí, río, porque encuentro motivos internos. Más no diviso ni discierno rostros, que por nada identifico. Háblenme. La vida no es concurso para egos. Y peor si andamos legos o ciegos. O ebrios. Bueno, eso ya es otra cosa. Bueno, ayer decía.

A ti 2

A ti que vagas. Sueñas. Difuminas. Desde otro planeta. Sin dudas, nuestro tiempo. Que ríes cuál conversa irreverente y hereje. A ti que vas y vienes en los sueños, cuando menos. A ti vegetariana o carnívora. Solo sueños o poemas atesoras. A ti que vienes de brío y luz y buscas diccionario para ver brío lo que significa.

A ti

A ti, que desde la tumba sacra miras. El desvelo de los que aún en vida desfallecen. Por cuitas a causa de amores. A ti. Que aun nostalgias vida. Ya fallecido. Y que en la memoria guardas lo divino del néctar de las flores. A ti que extrañas nieve de sabores. Y abrazos. Las palabras de caricia. Los besos. Las lecturas de poemas. Crepúsculos. Y perros. A ti van estos versos. Despierta. Aún perteneces al mundo de los vivos. Y andas navegando en el futuro.

Puntualidad

Fanático de la puntualidad, me gustaría llegar tarde a mi funeral, o de plano, no asistir. Sin embargo, dicen, imposible.como cita de amor. O llamado a comer. Me dicen que, sin hacer nada, sin esforzarse, uno asiste, y puntual.

Cuando llegue el fin

Cuando llegue el fin. Al fin. Se hará balance. Pará saber de saldos. El fin tiene muchos desenlaces. Como tantas posibilidades. De cara al sol y con desvelo. Y como viaje a otro cielo. Distinto y distante. Otras risas. Otros guiños. El fin es dolor y alivio. Y a otra cosa, mariposa. El fin es salir del confort. Mirarte crítico al espejo. Donde ya no estás. Es dejar de lado la rutina o la luz que te ciega. Es migrar Madrid, Andalucía. El fin es descanso. Y bucear otros mares. Otras galaxias.

Cuando nos encontremos.

Cuando nos encontremos. Mamá, papá. Será vertiginoso el tiempo. El lugar. La circunstancia. No necesitarán ustedes mis perdones. Por ese abandono. O gestos. O palabras. No propias. Será día o noche. Con la claridad suficiente. Para mirar nuestras sonrisas. Y los abrazos eternos. Mis viejos. Los de este viaje. Para el encuentro. Cuando nos encontremos, Ernesto. Me contaras de tus peripecias en el norte. Tus andanzas. Y tomaremos cerveza. A aremos carne. Y escucharemos a los Alegres de Terán. Hace poco apenas que nos vimos.

Mañana gris

A toda mañana gris, de lluvia, la iluminan las sonrisas. Así de sencillo. Calvillo no lo podemos decir así. Ah, que raro. Entonces pon que al mal tiempo buena cara. Es lo mismo. Más la lluvia tiene otras sensaciones. Quede gris. Quede con lluvia. Y quede también con guiños, con sonrisas. Buen miércoles.

Hay un fantasma que me habita

Hay un fantasma que me habita. Se revela por las noches. Y entre la semioscuridad, cuando camino entre los muebles, en los pasillos de la casa, es el quien camina con mi cuerpo dormido. El fantasma en sueños viaja con mi conciencia. Por lugares desconocidos. Hoy lo he descubierto. El cuerpo muerto. El fantasma vivo ha vuelto a ver lo que queda ya  sin mi. Cuando me despierto se despide sonriente. El fantasma que me habita me susurra que regresa pronto. Es jovial. Risueño. Juguetón. Seguro.

Me escondo bajo la sombra

Me escondo bajo la sombra. Para que no me encuentren, si me buscan. Mi sombra es compañera y cómplice. Y alcahueta si se necesita. Me escondo tras una máscara. Que es igualita a mi. Pegada desde hace tiempo que parece mía. A veces intentan quitar mela. Y solo logran que me sangran. Me escondo tras una taza de café. Desde allí como en un púlpito disertó. Sonrió solo lo necesario y guiño. La Luna dice otras cosas. Me escondo tras un libro. O tras unas hojas de periodico. Me he acostumbrado a ello.  Aveces mi sombra o máscara me delatan. Y me señalan. Me indican. Me castigan.

Fluye

Fluye. Si. Como el agua. En el día a día. Déjate llevar. Sabía ella se acomoda a cualquier circunstancia que se le presente. En cono es cono. En el río corre como si cabalgara. Y a los obstáculos rodea. Fluir no es ponerte máscara según la ocasión. NNi fingirle a las personas. Es solo no chocar con nadie. Ni sufrir por lo que no vale la pena. Fluir es no andar de queja en queja. Si solo somos agua. Polvo. Si solo somos nada. El agua tiene memoria. Música. Transparencia.

Siempre me hace falta algo

Siempre me hace falta algo. A veces no sé. Es algo que olvido. Que exactamente no sé. Pero es algo. De eso estoy seguro. A veces es una llave. Un tornillo. Una palabra. Y pasan las horas. Cuando me faltan palabras. Me quedo callado. O suspendo lo que estoy diciendo. Me falta la palabra precisa. En otras ocasiones me falta una guitarra. Aquella otra. La que no tengo. La que pronuncia mejor su curva de madera. Que brilla. Que sus cuerdas reflejan. Mejor sonido. Y queda la sensación en la tarde de lo incompleto. Me falta un libro. El que no he leído. El que no está en ningún estante. El que no se ha escrito. Y lo busco en Librerías de viejo. En bibliotecas de pueblos apartados. A veces creo que es una idea sin fundamento. Quizá sea la falta de neurona. Falta de juego de palabras. Falta de una frita tropical y exótica. Cuando duermo me falta un sueño. Y cuento sueño siento que me falta una ciudad. Un planeta. O me faltó yo mismo.

En paz

Que simple es la paz. Conmigo mismo. Cierro los ojos. Y mi pensamiento viaja a la nube. Al pasado. A una ciudad que no existe. O que conocí en otras generaciones. En paz las fieras ocultas. Las de los extremos que se tocan. Los pies descalzos. En paz la fiereza del hambre. Nunca ha sido todo posible. Como ahora. Contigo. Con los otros. Conmigo. Ni reclamos. Ni recriminaciones.

Por si preguntas

Por si preguntas, si acaso. Sobre el rozor de labios. Batir de alas. Fricción de pedernales. Huimos del hielo cruel. Y superamos viscicitudes. La rosa de los vientos aclaró todo. El destino es un galimatias qu sólo Dios entiende. Las preguntas son manera de escudriñar las cien mil razones sobre origen y destino. Si afuera hay un mar. Allí los peces. Y la vida abisal. Si preguntas. Si acaso. Entre sueño y sueño comemos perdices.

Barca que se aleja del puerto

Como barca que se aleja del puerto. Dejando atrás la playa. Y el adiós en tierra. Atrás los recuerdos de un presente mítico y volcánico. Así siento este instantes previo al amanecer. Que deja de serlo para dar paso al nuevo día. A otros instantes que al igual se deslizan en el tobogán de lo efímero. Existes porque estás y eres. Y ya tan pronto en despedidas. Si acaso el ocaso tardará y el olvido fuera un mito. Poderoso, si. Pero al final mito. Solo. Ahora la barca ha desaparecido al campo visual. En los sueños todo es posible. Incluye boletos para el retorno azul pintado de azul.

Orquídeas

Qué orquídea atrapa tu suspiro. A cuál culpo por el destino y desatino. De los nombres paralelos. A eso refiere la tarde. Un pan duro como piedra es el olvido. Un pan que se aleja cada vez. Viento del sur. Agua de sal en la herida. Un discurso eterno sobre lo imposible. La negación de la negación. Al principio. Al final. Impera la nada. Lo posible no guarda rencor. Ni sirve al arrepentimiento. Solo el tiempo borra, cura, adormece. Qué orquídea reina en el jardín del alma tuya .

Anda

Tiempo de lluvia. Pon de música un vals. Toma café y suspira. Respirar no es tan común. Algunos ya se fueron otros ya se van. Suspirar en cambio es ascender. El movimiento de pies denota música por dentro. Ritmo. Y con la lluvia vienen en cascadas los recuerdos. Café con pan. Alguna película. Una voz.que son los fantasmas del Roxi que no te dejan en paz. Murmura a tu oído Serrat. La lluvia se calma. Y vuelve. En su eterno retorno. De tranquilidad y paz. Una razón, una nación, un pez.

Despedidas

Despedida no les doy. Porque no la he escrito aquí. Así me siento. Como el que se despide de los vecinos por cambiarse de barrio. Como el que cambia de trabajo y se despide de los compañeros. Como el que se cambia de ciudad o de país y se despide, con abrazos, risas, anecdotas. Como el que viaja para residir en o té o planeta. Que exagerado. Buen sábado. Un abrazo a todos.

60 rosas para el mago

Sesenta rosas verdes rojas y amarillas para el mago. Con sus chisteras en número igual. Para los tantos conejos. Ritual de calendario. Los tantos muertos en el cementerio. Todo comenzó en el cero. Y la serie de números en Correspondencia. Sesenta casas vacías. Basta con una. Sesenta mascaras adheridas. Sesenta animales prehistóricos. Estampas de la edad media. Caballeros. Castillos. Sueños. Sesenta caminos bifurcados. Alambre de oro. Tinta vegetal. Todo en esa pródiga cantidad. De canciones y emociones. Con miradas y suspiros.

Nada que decir

Nada que decir. Tiempo. Efímero. Viento. Y guardar silencio. Sie en el tiempo te vas. Si la rosa alucina. Si todo termina. Y al final todo en paz. Ni prisa. Ni escalera. O serpiente. Una voz desde el fondo de la noria. Que trae al presente historias conocidas. La tarea de siempre. Pasar un camello por el ojo del rico.

Sueños

Sueños. Ahora recuerdo un árbol al fondo del patio. Su sombra y hogar de pájaros. Una casa baja. Un sillón alto. Una bugambilia. Una fotografía en sepia. La lluvia. Sueño en días alegres con hojas verdes. Sonrisas como mar fe fuego tibio. Una rumba para el movimiento.

Te he soñado

Te he soñado espín. Y árbol. Suele suceder. Los sueños son así. Abigarrado. Barrocos. Musicales. Te he soñado piedra. Cueva. Rosacruz. Camino sobre un precipicio. Sin temor. Sin colchón. Te he soñado proceloso mar. Aire de huracán. Mis sueños son fantasmas amigables. Pulsión de vida. Son a veces gaviotas o gavilanes. Y miro aéreo. Me soñé en la cueva. Pintando rupestre la pared. Nómada. Esclavo. Siervo y señor feudal. He soñado con falacias. Fanáticos. Tentación. Con un eterno naufragar. Sin puerto a la vista. Sin playa por arribar. Y he soñado también con despertar.

Amanece y tomo café

Amanece. Tomo café. Es miércoles. Pleno de salud. Casi en los 60 y por terminar un ciclo. Sin ninguna enfermedad. Mi visión ayudada con lentes para vista cansada. Y es que no he dejado de leer. Mis otros sentidos bien. ¿Cómo dices? Suelo preguntar, y es que hablan tan bajito. Y bien con mi movilidad. Aún. Consciente de mi realidad. Sin saldos por testamentaria, ni deudas por cubrir. Y digo en lo general. Agrupé algunos libros y solté la sonrisa. Algo hecho, poco o mucho, no sé. Y algo de pendientes por hacer. Algunos perdón debo. Caminos por recorrer. Todo por leer.

En cuanto a mi no os prepcupeis

En cuanto a mi no os prepcupeis. Entre el vine y me fui sucedieron cosas. Bellas de por sí. Otras menos. Un barrio, los amigos, los libros, la palabra. Un encanto mayor por el amor. Amplio y general. A la vida. El universo. Y algunos versos. Dejó constancia de que vine. Constancia fugaz. Nada quedará al fin. A plenitud vivo, por no decir viví. Y En paz, de Nervo, me gusta releer. Por eso no os prepcupeis. Nada es obligación. Lo que es será. Lo que es algún día fue. Amar sin medida no significa gozar permanente y menos sufrir. En todo caso caso es tranquilidad y paz. Es aceptar el devenir como natural. Vine y me fui. Es un decir. Aún queda algo por hacer entre respirar y suspirar. Entre el ir y venir. Buen miércoles.

Anoche me soñé

Anoché me soñé. Prisas y destierro. Un hombre forja su destino en sueños. Se lanza en paracaídas. Y escribe en agua. Película romántica con final feliz. Escribe en tierra. Me soñé penumbra, hermano blanco, hermano negro. Me soñé faquir sin público. Mago sin chistes. Lámpara sin querosén. Caminé hasta el precipicio. Ya había pasado el canto de sirenas, el señuelo del amor. La paz y vida eterna. Anoche me soñé espejo que refleja nitidez de agua.

Anda

Anda. Aprovecha tu día. No sabes si tienes el siguiente. Da hasta que duela. Pan o agua al que lo necesite. Aliento al desalentado. Esperanza al desesperanzado. Bebe licor o poesía. O ambas. Colorea tu día gris de carmín o amarillo. Construye un sueño como barca. Cada instante como uvas de fin de año, vívelo con fruición. Saborea lo lentamente. Se irá y no volverá. Sea uva con semilla o sin ella. Pronuncia palabras que construyen. Las que destruyen cierra las como puerta de peste, con mil candados. Anda. Di que sí. Que no. Deja de lado el quizá el a lo mejor. Anda. El nuevo día está a tus pies. A tus órdenes.

A quien corresponda

A quien corresponda. A ti. A nadie. La historia tiene dos caras, como moneda. La de las victorias y derrotas. En todos los planos y niveles. Por eso mejor vuela papalotes. Juega. La risa no tiene valor en las casa de bolsa, ni acciones. Mas vale y te reporta en salud y gozo. Los Me da es buscarán lucro y oro. Lo que se gana. Lo que se arrebata. Ni salud de ríos ni mares. Ni árboles ni animales importan en sí mirada. Solo ego de cazadores. De dona un dólar para los niños con cáncer.

No obstante

No obstante, consta. El esfuerzo por centurias. De caminar erguido. De realzar la idea. Frente alta. De humanizar al hombre. No es tan difícil. Si así viene de origen. Si acatamos destinos. Si la esperanza se mueve en amaneceres. Fijamos puntos de vista. La arena de playa supo lo que supuso. Huellas digitales. Palabras escritas en la arena. Los castillos levantados contra viento y marea. No obstante el sacrificio, vislumbramos derrotas. Sobre ellas nos movimos. Tu mirada fue la fuerza activa para las nuevas batallas.

Quedan rescoldos

Quedan rescoldos. Calles de polvo. Casas deshabitadas. Plásticos. Y a la basura van también libros viejos. Discos. Y fotografías en sepia. Queda. Todo queda. Un viejo tocadiscos de vinilo. Funcionando con la misma vieja canción. Aroma de flor. Luz de miradas. Si habríamos de partir. Si somos extraños y otros. El abuelo rumia. Saca una armónica. Y toca unas notas. Una habitación con polvo. Una ciudad que no existe.

A no ser

Destinados a no ser. Como destino natural. Por breves instantes sí. De la nada. Ser. Y a la nada. A un ser multidimensional. Efímero el ser con nombre y apellidos. Registro. Pasos. Sueños. Microhistoria. Que se pierde en sepia. Irremediable destino. El no ser.
Hace ya meses  fuí a la SEP. La verdad llevaba un miedo terrible de poder ser avergonzada con una grosería ( como actualmente se estila de parte de personajes que ostentan un cargo) de parte de la persona que necesitaba que me recibiera para exponerle una inquietud que tenía en ese momento como docente. Me llevé una gran sorpresa al empezar mi travesía para ser recibida y ver la forma tan ordenada en la que trabajaban desde la sala de la oficina de recepción, más aún de la amabilidad con la que fuí tratada al igual que otros maestros que estaban allí conmigo esperando su turno. Cuando me tocó mi turno de entrar a esa oficina en la cual había un enorme escritorio, enseguida pensé que me atendería detrás de él, sentado en la silla giratoria de gran respaldo alto y de piel acoginado., tal fue mi sorpresa que me invitó a sentarme frente a él cual dos amigos que sostenían una larga amistad de antaño..., expuse mi inquietud y mi requerimiento que en ese momento necesitaba le dieran solución

Naila

Naila es una perra. Desapareció sin más ni más. Que cómo sucedieron los hechos. De cachorra pasaba de lunes a sábado con su dueño, un niño de 10 años. Los domingos conmigo. Y así fue creciendo. Llegaba yo con menudencias de pollo y le preparaba su caldo. Ella tan pronto escuchaba el run de mi auto y a echar galope los 200 m de su casa a mi encuentro. Movía frenética la cola. Sentado yo, ella a mis pies. Y dormía. Los primeros domingos la amarraba su dueño. Y ella ladraba a más no poder. Hasta que ya la dejaron libre. Café con blanco. Juguetona. Confiada. En el verano del 18 desapareció. Su dueño fue a vacacional a otro pueblo y la llevó consigo. Luego de seis domingos volvieron ambos a su casa de vecinos. Y todo normal. Sabía arrear ganado. Y en el campo vecino lo hacía para que yo la viera. El caso es que desde el inicio de las vacaciones escolares de verano recientes no ha vuelto. Se ruega información.

De noche los fantasmas

Música y fantasmas. Los que han marchado a otro sueño. A otros pesares. Y vicisitudes. Se presentan muy orondos. Pará ver si los cobijo. Vivos y muertos. Sin otro afán que el diálogo nocturno. Ya sin prisa. Ex combatientes de vida. Condiscípulos sonrientes. Compañeros de marcha en el desierto. Sol calcinante. Fotógrafos y faquires. Padre y madre que me esconden la llave. Juegan Rayuela. Y me dan vitaminas para la alergia por la alegría. Hay fantasmas boxeadores. Vecinos. Difuntas y difuntos. De otros amaneceres. Locos poetas del exilio. Borrachos. Locos de remate. Los fa tasmas del Roxi. Parlanchinos.

Tortuguitas de acero

Las has visto y sufrido. A las tortuguitas de acero. Son 1679 acomodadas en las carretera federales de tal manera que el auto da pequeños saltos como si temblara. Les llaman reductores de velocidad. A mi no me lo crea. Me dice un asesor de diputado federal que es una ley de puentes y caminos promovida por la Confederación de productores de amortiguadores. La Compamor, por sus siglas en español. A mi no me lo crea. Pero creo que puede ser cierto cuando paso por sobre esas líneas de protuberancias de acero. Y parece que mi carro y yo tenemos grave Parkinson.

Disfruta 2

Disfruta la vida. El sgus del mar. Calor o lluvia. Las habas y lentejas si andabas por allí. Libro, música y nieve. Rodea el muro, salta los obstáculos. Cruza el pantano. Las garzas son relevantes. Comprende el ambiente de los hospitales y cementerios. Comenta bien. Canta aunque no sepas. Baila con los pies de plomo. Escribas o no la vida se marcha. Camina hasta llegar al sendero que se bifurca. Toma uno u otro sendero. Ambos lo cruzan las mariposas monarca. Ubica el pez. La vida es demasiado efimera e intransferible.

Disfruta

Disfruta tu día. El amanecer. Lo blanco y lo negro. Tus pensamientos. El camino. El viento. La música. Las construcciones. Las plantas. No hemos venido a la vida a lamentarnos. Todo lo que sucede tiene un propósito. Disfruta tu edad. Las miradas. Los versos. El agua de lluvia. Todo es un viaje con destino final la muerte. Es crudo pero así es.

También me dijo mi padre

También me dijo mi padre sobre la cárcel. Abordamos mi amigo Víctor y yo, por el centro, calle quinta, un autobús. Era de los 2 de abril. Íbamos a la Col. Jardín. Tan pronto al subir vi en el asiento de adelante a un hombre calvo con gran parecido al cómico nacional Héctor Lechuga. Y se me salió decirlo fuerte. Lechuga, lechuguín. Tenía yo 13 años. Y Víctor 11. El señor calvo lo escuchó claramente. No nos reclamó, ni nada. Pidió bajada. Y más adelante un policía detuvo al camión. El policía subió con el señor. Nos señaló. Y el policía nos llevó a la cárcel. Allí estuvimos varias horas. Luego como a las 11 de la noche nos liberaron. Me dijo mi padre: si fuera por robo, no te sacaría. Óyelo muy bien, no se te olvide. Yo no seré padre de ladrones.

Mi padre me dijo

Mi padre me dijo un día. Ve al cine a ver la película Papillón. Steve Mcqueen y Dustin Hoffman. Me dio un billete. Estaba en el cine Elizondo. Yo tendría 12 años. Estaba en 1ero de secundaria. Trata sobre dos prisioneros de por vida en la isla francesa del mismo nombre. El tema de búsqueda permanente de la libertad. Nunca perder la esperanza. La vi sin comprenderla a cabalidad. Ahora, en la distancia. La ausencia de mi padre ya hace tres años. La entiendo a plenitud. La vida sin libertad no tiene sentido. Sin luchar por la libertad no vale la pena.

Mi padre me dijo un día

Mi padre me dijo un día. Andaba en Melancolía. Bájate de Amargura. Y súbete a Infierno. Este era un cabal caballo. Alegre y juguetón. Que daba vueltas por todo el campo gris pajizo. Amargura en cambio era mocetona arisca, seria. Aquel bailaba rutilante. Sentías cómo mecía en su cabalgar. Su trote suave. Su ritmo. Su andar. Tenía mi padre otros briosos potros. Imaginación y Pensamiento. Cielo nunca existió.

Mortales al fin

Mortales al fin. Tardamos en darnos cuenta. Que un día extrañaremos a los que se fueron. No valoramos a quienes están. Creímos inmortales a los cercanos. Incluso nosotros hicimos lo mismo. El día a día como si nunca habría de irse. Perdimos y matamos tiempo. Banal y superfluos actos en instantes. Ritos de paso sin conciencia. Lobos voraces. Zorros de traición. Monarcas mariposas del ego. Nos creímos mortales. Por eso resaltan algunos. Por su manera franca. Sencilla. Humilde. Conscientes de su efímero paso. Consecuentes en decir y hacer. Pocos. Pero hay.

Profesta

Al fin te encuentro, mi profesta. Caminaba yo y escuché de pronto tras de mi. Y al decirlo ya me tenía abrazado como con pinzas de cangrejo o jaiba. Yo apenas respiraba. Habían pasado años. Y he aquí que el presente impone nuevos retos. Era loca como siempre. Bien leída. Fuego calcinante. Pound y Whitman, sus lecturas. Y he aquí sonriente, casi nada. Años más. Si. El tiempo pasa indiferente. Dijo del café. Como pedir la copa. Mi profesta, repetía. Dónde estabas. Yo trataba de zafarme de sus garfios. Muy de cerca aromas inusuales. Y el discurso con mirada alucinante. De Neruda, bien recuerdo algunos versos, decía festiva. Y como loca recitaba entre la gente. Yo recordaba otros tiempos. Los del sueño. Y la lluvia. Y los volcanes.

Fuego

Donde hubo fuego, cenizas quedan. Cierto olor a carne asada. Y las tantas risas.

Un amanecer cualquiera

Un amanecer cualquiera será siempre fiesta y bienvenido. Solo por la oportunidad de reír de nuevo. Quiero un café. Un libro. Y amapola. Porque la alborada entra directo al corazón como flecha de presagios luz. Un amanecer es oportunidad de seguir la ruta. Comer la fruta. Y bailar en fiesta o solo. Es reto por mantener viva la flama y la especie. Jugo de memoria. Historia de un día mas. Un amanecer otro cuento. Rosa seca. Y a otra cosa mariposa. cualquiera también será del nunca más. De

Todos tienen sus poetas

Todos tienen en su patio frondosa flor. Como poetas. Un decir. Carne de pescado. Un polígono de palabras y versos. Porque les representan. Los poetas que se creen malditos, a los poetas malditos. Los de los túneles tipo topo. A los underground. Que celebran la belleza de los vómitos y la cama húmeda. Otros los del cañón y las balas. Pará hacer la revolución como respiración. Desde un café lanzan sus manifiestos poéticos. Y terminan sus versos con un arriba los de abajo. Y los locos tienen a sus poetas locos. Y los optimistas o loores pesimistas. Cada uno con su cada cual.

Ego

El ego te infla como un sapo bello en casa ajena. Es un globo que te eleva falso. Es el fracaso alterado. La mirada de la soberbia. Es un saltimbanqui de cuello blanco. Que trafica las palabras. Si lo ves sujetarlo del cuello. Y ponle el pie sobre su espalda. El e g o no se queja. Solo que a veces delira sobre su importancia en ti. En todos. Haz del ego tu esclavo. El peligro es viceversa.

Quiero como quieras

Frente al espejo digo. Quiero como quieras. Digno en la derrota. Huye del triunfo cual gacela. Ya no quiero mas prisa ni demora. Acaso caminar sin hastío. Feliz sí ante todo. Levanta polvo y faldas el viento. El espejo calla. Su silencio es daga brillante. El espejo mira. Sus ojos lanzan a veces rayos. El tiempo va en cada surco y cana. La despedida antes del andén es un gerundio. Uqe ya me voy. Que me despido. Que mi epitafío. Pamplinas. La vida tiene dulce licor de flor.
Fce editó en 2oo3 las Memorias tomo 1 del sacerdote poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Lo empiezas a leer con cierto morbo literario. Supones' que en algún momento develará el origen de sus epigramas amorosos publicados en el libro rojo de Siglo xxi. Y en efecto, lo cuenta a detalle en el segundo capítulo. El libro lo encuentras en la librería Fce del Cicom, Villahermosa. El libro de epigramas a que hago referencia ayuda mucho a los tímidos para decir bien lo que no pueden decir.

Me quedan sueños

Me quedan sueños por cumplir. En un santiamén despertar sin despedidas.y la muerte sea distintivo de suerte. Nada especial. Perseguir aún la utopía. De todos hermanos. De ser posible. Sueños todo de futuro. En un pasado que nunca más. Sueños por cumplir. La comunión. Aprender de la memoria. Tantas historias como sueños de directorio telefónico. Donde se cruzan las líneas. Por cumplir el viaje interior.

Lo que me llevo

Me llevo la risa. Y el abrazo fuerte de gente de bien. El canto fortuito escuchado de pájaros. La espina clavada en el corazón. La música escuchada. La memoria de la piel. El rumor en estrépito del agua. Cien mil imágenes. Y algunas historias ridiculas. La mirada breve. El fragor de la batalla. Me llevo una memoria de la utopía. Un puñado de sueños y anhelos. Algunos  abrazos.

Tocaron a mi puerta

Tocaron a mi puerta. Y con evasivas quise rehuir la charla. Uno tiene ciertas reservas. Ideas preconcebidas. Etcétera. Salí abrir. Una muchedumbre de hombres y mujeres sin cuenca estaban afuera. Aullaban quejumbrosos. Proferían palabras lejanas a mi entendimiento. ¿Quienes eran? Pronto me daría cuenta en sus intervenciones. Iniciaron con quejas. Una lista larga. Y también de quienes creían culpables de sus desgracias. Descarnada a locuciones de su paso por la vida. Amores rotos. Adioses reiterativos. Grises días. Yo los escuchaba en sueños como en sueños. Es decir. Me daba cuenta de que dormía y lo que parecía realidad era como un sueño.

Testamento

Te dejo mi furia. Mi histeria y mi historia. El libro. La playa y la playera. Te dejo mi sombra, mi nombre y mi lumbre. Te dejo el camino, la especie y la tierra. Mi humedad, mi soledad y mi edad. Te dejo mi tiempo. Mi loro y mi perro. Los grandes y pequeños sueños. Te dejo mi voz y la hoz. El esqueleto y la bicicleta. Mi caña de pescar y los anzuelos. Mi cuaderno y sus palabras. La escalera a la nube. Y mis lentes de las tardes. Te dejo lo que no viví. Mis miedos. Mis costumbres. Mi caos. Mis mapas. Te dejo los besos no dados. Las páginas en blanco. Y la mariposa disecada.

Algo oculta el sueño cuando es real

Algo oculta el sueño cuando es real. Se presentan los detalles. Una ciudad. Unos árboles y personas muertas. Vienen la interpretación. Ansias. Preocupaciones. Y pasas el día elucubrando. Escudriñas los datos. Los relaciones. Corres en sueños con un pie al revés. Caminas. Luego te elevas. El vuelo es algo mecánico y secundario. Hay un velo impenetrable entre el sueño y la realidad. Desolación. Un mal que viene. He soñado mar. Y lo relaciono con el origen. Y el canto de sirenas.

Borraré mi nombre

Borraré mi nombre de las fotografías. También del acta donde consta. Y de los libros que guardo subrayados. Borrarlo es un acto de balance. Ahora que vivo en despedidas. Si es mi madre de la responsabilidad de ser Antonio. Borrarlo es un acto de reconocer la nada. Lo quitaré de la libreta de apuntes y del diario. Que importa. Si solo de paso es un dato. De lo que no será. Lo borraré de labios y corazones. No será necesario en los otros fines. Si sólo así. Mientras tanto.

Trucos

Escrito está que al principio fue el verbo. Luego otros actos de magia, semejantes. Las palabras. Los cuentos. El poema. Trucos y más trucos. León Felipe dijo cuentos. Truco La esperanza. La amistad. El amor. Truco la canción. El tiempo pasado y el futuro. La vida y la muerte. La música. El infinito. Cielo e infierno. La humanidad tiene en sus cimientos los tantos trucos. Truco la filosofía. Las religiones. La moda. El arte.

No era Diógenes

No era Diógenes. Ni de nombre. Andaba con túnica griega en pleno centro de la ciudad de Villahermosa. Sí, lugar que conoces. Pero  al igual que el griego traía una lámpara encendida. Y era de día. Pleno día. Por eso le dicen el loco. "Ya hemos llamado al DIF", dicen los que andan cerca. "Para que se lo lleven. Pobrecito. Está loco", dice que trae la lámpara encendida porque busca hombres  honrados. ¡Hágame usted el favor!, exclamó una vieja sin dientes. Se llama Cástulo. Y estaba practicando teatro.

He visto a la esperanza

He visto a la esperanza, triste. Rodeada por todos, sola. Buscada por todos, y a la vista. La he visto casi desfallecer, y levantarse. Tiene el destino de morir a lo último, no nunca. Y prestarse al inquieto y quieto por igual. Al rebelde y al pacífico por igual. Mas la he visto triste. Porque los sumisos la tienen en espera. Y los del lucro la utilizan a modo, en comerciales. La esperanza camina por la banqueta. Y sale de la ciudad. La quieren bien en el campo. La espera de la lluvia para la cosecha. De que el hijo que estudia, vuelva, para el abrazo con los viejos. La esperanza muere a lo último. Y a veces parece que ya estamos instalados en lo último.

Pez de paz

Es un pez la paz. Parece que ya lo tienes y se escapa. No sabes qué carnada ponerle para atraparlo. Y te equivocas diez y cien veces. Miras nubarrones.presagian tormenta. Y tratas de coger el pez y se resbala. No es ni grande nada nchico. Tamaño medio. Muy bueno para la salud. Si ya lo tienes suéltalo. El pez es de agua. Un pescado es la guerra misma. Pará tener paz no lo atrape. No lo mates. Ni pongas en pecera. La paz es un pez en libertad.

El camino a la paz

El camino a la paz está dentro de uno. Y empieza con mirar dentro. Verse más al espejo. Y encontrar en la mirada un punto blanco. Allá afuera va el jabalí. Un lobo canta a la luna. El conejo se hace pequeño. Y el espejo está en tu despertar y antes de acostarte. Es la conciencia. Es uno mismo que se mira distinto, crítico. Lección del agua. Es transparente si viene bordeando la cañada. Bordeando en curva. Enfrentando a la piedra. Y del golpe dan ganas de lanzar chispas. Rayos. Truenos. Es entonces que callar es mérito. Y encontrar la paz en el hormiguero es asunto de personas grandes. Tiembla. Y sin embargo sigues en el juego del ajedrez. Mueves la pieza.

A ustedes

A ustedes. Bajad del Olimpo. Dioses de la poesía. Id a los hospitales con los enfermos terminales. A los prostíbulos con las prostitutas soñolientas y desmaquilladas. A los mercados con los vendedores de pásele usted señorita poesía. Id al arrabal con los lúmpen, con los miserables, aunque suene redundante. A las porquerizas donde los cerdos osan en el oro. La vida está en todas partes. No solo en el canto de los pájaros y el perfume de las flores. Entren a las cárceles con los asesinos seriales. A los manicomios que saben la historia de Pound en el Santa Isabel. Los capitanes de la usura están contentos que los versos rimen bien, que sigan las reglas de lo bonito. Que publiquen poemas o entrevistas en revistas que nadie lee. Y que no salgan de los cenáculos. Los jefes del lucro hasta financian libros y encuentros de poetas donde se leen entre ustedes. Luego van a un café o cantina. Cruzan la pierna y disertan muy orondos sobre la metáfora, la palabra pulida, el arte por el arte.