José José, derechos reservados

Murió el ser humano José José el sábado pasado. Murió un gran cantante. De poderosa voz. También murió, para el capitalismo, el hombre que representa una mercancía, un negocio, una empresa de marca registrada. El negocio no muere. La mercancía sigue en el mercado. José José ha sido, es y seguirá siendo un ídolo admirado por su portento de voz y sus canciones amorosas. Queda la parte legal de herederos, de carta poder, de testamento. Más allá de buenos y malos. Se tiene que arreglar el asunto de acuerdo a la ley. Queda una esposa. Quedan hijos de dos matrimonios. Ahorita su cadáver está siendo preparado para sus funerales, que no son de cualquier tipo. Son de un ídolo internacional llorado por personas de muchos países. Y en ese estado, su cuerpo también es un negocio. Admiramos al ser humano que aprendió música. Educó su voz. Cayó tantas veces como se levantó. De luces sonoras y sombras muy humanas. Le llora su familia. Sus fans. Y ya lo extrañan las compañías de la industria del espectáculo, estas con sus lágrimas de cocodrilo. Adelante. El show debe seguir.

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