He visto a la esperanza
He visto a la esperanza, triste. Rodeada por todos, sola. Buscada por todos, y a la vista. La he visto casi desfallecer, y levantarse. Tiene el destino de morir a lo último, no nunca. Y prestarse al inquieto y quieto por igual. Al rebelde y al pacífico por igual. Mas la he visto triste. Porque los sumisos la tienen en espera. Y los del lucro la utilizan a modo, en comerciales. La esperanza camina por la banqueta. Y sale de la ciudad. La quieren bien en el campo. La espera de la lluvia para la cosecha. De que el hijo que estudia, vuelva, para el abrazo con los viejos. La esperanza muere a lo último. Y a veces parece que ya estamos instalados en lo último.
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