A razón de lo mismo

Una canción es un imán. Atrae. Y las tantas voces que la cantan, lo son también. Si hablamos de flor. De inmediato la imagen viene a nosotros. Y la sentimos real. O cualquier otra imagen. Un rostro amado. Un poema. O un solo verso. O la imagen aquella del beso y del abrazo. El primero o el último. A razón de lo mismo. Una sonrisa es un imán. Y la fruta madura. O la eterna flor nenúfar. En proporciones iguales. Nos vamos atrayendo al escuchar el canto de sirenas. Y nos atamos a la razón. La lógica. Y es cuando se rebela el sentir del corazón. Nos escribimos cartas. Llamadas. La ola al mar. Y vamos bajando o subiendo. Lo mismo da en el caminar. A razón de lo mismo. Un buen día la vida se va.

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