A veces me distraigo

A veces me distraigo. Y olvido mis documentos de identificación. En mi propia ciudad me siento extranjero. Es decir, bien, ante lo nuevo en el viaje. Evito hacer fila en el supermercado. Y para distraerme tomo un libro de ayuda cuando busco uno de literatura. Me distraigo y no encuentro las llaves bien guardadas. Todos me señalan por distraído. Y yo guardo sereno silencio para no gritar en mi defensa. Mal plan discutir por todo. Si el distraído soy yo. Bien consciente estoy de ello. Olvido los cumpleaños. Las fechas memorables. El preciso instante de coincidir en la sonrisa, en el guiño. Olvido los nombres o autores de canciones. Cien años de soledad es de GGM. Hamsum, autor de Hambre. En literatura algo así me defiendo. Mas en la vida cotidiana desespero. No contesto cartas. Las llamadas las dejo al olvido. Me preguntan por alguien y es nombre que no recuerdo. Hechos. procesos y procedimientos. Borrado todo eso. Bienvenidas esas notas musicales que no coordino. Palabras de familias distintas para los nuevos textos. El piano suena bien. Cerca del corazón.

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