Dicen que lloverá
Lloverá. Caerá suficiente agua para llenar otro mar. Y sería de agua dulce con algo de ácido. Unos cuantos poemas húmedos vienen bien. Caminaremos bajo la lluvia. Y cantar es muy probable. Lloverá. Propicio para la suerte de encontrar rescoldos de dicha en la humedad. Nos hemos dicho tanto. La muerte ha estado al acecho. La vida única se va. Y sin embargo nos sentiremos cercanos con la lluvia. El pronóstico anuncia copiosa lluvia. Y recordaremos aquellos cantos para atraerla. Cuando la sequía levantaba polvo. Había grietas. Resquebrajada la tierra del semidesierto. Las planteas resecas. Las hojas casi muertas. Y nosotros clamábamos con risas y gritos fuertes para que lloviera. Y de pronto se empezaba a nublar en coincidencia. Y caía en conciencia la lluvia. Y al día siguiente radiantes las hojas. Los frutos casi a punto de madurar. Y nosotros felices como pequeños dioses que creíamos tener el poder de bajar la lluvia. Copiosa lluvia anunciada para mañana. Y a cantar la humedad de vida.
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