Por las mañanas

Por las mañanas, no sé usted, uno de las mejores referencias es un aromático café. Afuera amenaza la lluvia con lo nublado. Y el café afina el gusto por la vida, la emoción por lo que deparan las horas. Evoca uno. Como entretenimiento. No para anclarse en recuerdos que a nada conducen. Por eso la risa. La búsqueda de palabras. Y el café. Los noticieros no se andan por las ramas. Los entrelineados a veces son silencios, omisiones deliberadas. Mas la realidad se impone. Con ideas e ideales. La metáfora nombra dos realidades distintas unidas. La sed de andar por los caminos a pesar del plomo. De las piedras. Atentamente. Por las mañanas nos ponemos la sonrisa nueva. Y transitamos el día. Siempre con la esperanza del camino, la aventura, elementos para leyenda.

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