Hace estragos el tiempo

Hace estragos el tiempo. A mil por hora. Desdeñando sueños de lozanía y juventud eterna. Nunca breve ni confuso. El tiempo es metódico y firme. Incansable. Mete preocupaciones por olvido y pliegues nuevos en la piel. Carnicero persistente y devoto. Resequedad en labios que ni besos humedecen. El dictador tiempo es paciente. Rumia amaneceres. Modela el día. Y en las noches de sueños transitan los ecos del recuerdo y el olvido. De pronto ha pasado el tiempo nuestro. Entre divagaciones y necedades. Aquí vamos, piedras rodantes. Cuerdas rotas de guitarra. Y altavoces vendidos como chatarra.

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