Cría ojos
Fue como en un sueño. O no. Real en el sueño. Realidad como sueño. Lecciones en escuela sobre guerra. Manejo de armas. Educación para perros de "raza". Domesticación de cachorros. Juegos infantiles vinculados con el desprecio a los otros. Pierdo un zapato. "No os preocupéis", me dice Javier, que llega, cordial, a ofrecer desayuno. Jugo de naranja. "Utiliza ese otro zapato", me propone seguro. Y yo me pongo ese otro zapato. Me queda. Uno negro. El otro café oscuro. Todo tan real. Miro entre las maestras de inicial a amigas, ex compañeras de estudio. Un saludo desde lejos. Y miro con atención los detalles de esas prácticas lecciones para la guerra. La defensa y ataque. Encuentro al fin mi zapato extraviado. Cría ojos para que se especialicen en ver los cuervos.
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