Es posible
Es posible. El amanecer nos lo afirma contundente. Vemos el amanecer y seguimos de paso maravillados. Una flor. Un canto. La sonrisa. Mientras tanto, el amanecer y esa luz radiante. Y la oscuridad de las noches y otro nuevo amanecer. Entonces es posible. Lo que imaginamos y soñamos. Lo que sentimos, el anhelo. Que bien puede ser pan de vida. El agua límpida. La belleza en su esplendor. El templo del que te hablé en otras ocasiones. Ese preciso templo. Es posible. Desde todos los puntos de vista. Pero sobretodo viendo el amanecer.
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