No es necesario que me olvides

Los sueños son prodigios. Son las otras vidas que vivimos. Las cien mil vidas que vivimos siendo en esencia los mismos. Y nos transforman. Amanecemos distintos. Con la sonrisa o canto a flor de labios. Con renovadas palabras. Con vislumbres de felicidad permanente. Y en los sueños aparecen frases hechas. Para nadie. Solo el juego de palabras. Como sonidos ensamblados de palabras. Para la melodía que no existe. Y que se olvida en el despertar. Preciso ahora café. Arroz con leche. Y al despertar las pegadas y aladas palabras en los dedos de las manos. No es necesario que me olvides. Basta solo que no pienses en mí.

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