Elogios

1

Tuviste la seguridad de ser torpe en uno u otro tema. Por ti y por el dicho de otros. No se sabe quién primero. Y luego así te negaste a entrar a esos temas de aprendizaje. Solo que hubo que romper paradigmas. Torpes somos todos en unas cosas y hábiles para otras. Así de sencillo. Lo importante es descubrir la frontera frágil entre ambas.

2

Moverse torpe en un ambiente, no es más que la oportunidad que se tiene para dominarlo. Es analizar con rapidez la respuesta que hemos de dar ante la presunta probabilidad de hacerlo. Y decir que eso también hemos de vencer. Esa torpeza inicial la podemos ir venciendo poco a poco. La decisión nuestra va también de acuerdo a nuestro interés, a nuestros anhelos y sueños. Si te dicen torpe, solo es el reto que tienes delante de ti, para mostrar que tu mano izquierda lo que necesita es tiempo para dominar el potro. Lo importante es que te decidas a tomar las riendas de tu vida.

3

El fracaso es nuestro. Y es un aliciente del pasado, como testimonio de que algo hicimos, mas no se dieron los resultados que esperábamos, lo que se conoce como triunfo. Solo que este raramente se da en el primer intento. Ese puede decir que esto sería mala señal, porque sería de poco aprendizaje. Se requiere recibir el golpe de la vida, sea el viento que nos de en la cara, la caída por el intento de equilibrio en la bicicleta, quemarse los labios en el primer beso que sabe a dulce cobre. El fracaso es el marco del triunfo, el pasaporte al desarrollo personal. Solo que se requiere insistir y persistir.

4

Elogio el enojo, solo con el fin de encausarlo de manera positiva. Si nos quedamos en el maldecir la causa, sin pensar en las circunstancias de modo y tiempo que los origina, entonces nos han´daño. En cambio si le sacas la vuelta y lo rodeas, si transformas esa sed de revertirlo con el golpe mismo y más de lo recibido, seguro que te ahogara en las noches y será causa del insomnio. En cambio decir: sí, me cambiaré de acera, me concentraré en lo mío, no responderé con sal a la sal, ni con gesto adusto a esa mirada de puñal filoso, poco a poco la circunstancia cambia a nuestro favor. Y hay miles de ejemplos de ello. Cada quien tenemos el propio.

5

Elogio el silencio. Porque abarca el pensamiento todo. El pensar en un tema y otro, en las tantas salidas del laberinto, en dejar la incógnita de que nadie sabe lo que uno piensa, ni en los pasos que darás, ni en la estrategia. El silencio es estratagema, es estrategia, es el cerrojo a la palabra que evidencia, debilidad, fuerza, ruta, rumbo, intenciones. Callar es tan importante como hablar. Solo el sabio sabe la diferencia del momento oportuno para uno u otro. Que dicho está que el pez por la boca muere, y asimismo el que calla otorga. "Nunca se lo dije, que la quería". Pues no. Fin del cuento.

6

Elogio del dolor. Viene a cuento del dibujo que los niños y más los adolescentes hacen, en el que un corazón se le ve atravesado por una flecha, se supone de Cupido, con gotas de sangre al caer, dos o tres. Y se entiende que el amor algo de eso tiene. Solo que el dolor nos recuerda que el cuerpo existe, que cada una de sus partes es importante, que cada parte interna existe aunque no la veamos, y por tanto nunca la cuidemos, hasta que no los hace saber por medio del dolor, como fuente del deseo.

7

Elogio la mentira. Quizá sea más fácil dar razones en elogio para la verdad. Precisamente por eso me enfoco en la mentira, que no es contraria a la verdad y menos complemento. La mentira es el pan de la vida, sopa elaborada con miradas y guiños, agua para saciar la sed del que requiere entretenerse en algo que lo salve de la rutina, fórmula para enfrentar la realidad de catástrofes y sinsentidos. La mentira no es la otra cara de la moneda donde se una por siempre con la verdad. Es ella sola una y otra cara mas el canto de la moneda que entretiene y mantiene en suspenso a la verdad del vacío. La mentira es la fábula, la literatura, el poema, la filosofía. Es la carne de todas las ciencias. Se le denigra porque contiene todas las explicaciones hasta la fecha conocidas sobre origen y destino del hombre.

8

Elogio al café, el mío, el tuyo, el nuestro. El que bebemos con gozo. El eue nos despierta y sublima. El que nos eleva por sobre el promedio. El café es nuestro remo, el del impulso a idear, soñar, anhelar, seguir y perseguir un camino, único, de diálogo, de silencio, de verso, de vuelo. El café en sus mil y una manifestaciones, con sus sabores de origen, con sus saberes ciertos e inciertos. El café es a la ve dulce y amargo, nunca neutro. Es fórmula para las mejores causas y cauces. Es orilla y centro, es elemento central del universo, síntesis de todos los elementos. Ese es el café nuestro.

9

Elogio al libro, porque nos hace libres. Si solo es por eso es más que suficiente. Solo que también nos divierte y entretiene. Nos muestra lo pequeño y grande del hombre, y la relación minúscula que tenemos con el universo. Es viaje con sonrisas. Es viaje de conocimiento. Es asimismo brújula y astrolabio. Es razón para justificar la inútil búsqueda del todo, para enfrentarnos a la nada. Elogio a lo previo. El manuscrito. Sea en cuaderno o servilleta, hoja simple, papel para envolver pescado y tortilla.

10

Elogio al agua. Vuelve a llover. Nos concentramos en agua. Es ella la que nos integra y congrega. Nos convoca con voces antiguas. Y contiene la fórmula de nuestro futuro. Con ella vamos a todas partes. La contenemos y nos contiene.  Nos sostiene en el placer y dicha del vivir.

 




Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?