Lo que pudo ser y no fue Ok
1
En todo caso conocemos el destino a como nos fue sucediendo. Pero hay otras rutas inexploradas de lo que pudo haber sido. Y aunque estemos seguros que lo que conocemos como el hubiera no existe, sí es interesante y novelístico imaginar sobre el camino de las otras rutas, si hubiéramos caminado hacia el norte en lugar de hacia el sur, si hubiéramos tomado un camión en lugar de otro, y si hubiéramos sonreído diez minutos después y no en el momento en que lo hicimos.
2
Mi padre salió una mañanita de San Felipe Torres Mochas, Guanajuato, cargando sobre sus hombros -compartido el peso con mi madre- una familia integrada por dos hijos y el porvenir le deparaba un destino en el ir y venir de ciudades estadounidenses a la frontera donde finamente se quedó a radicar a regañadientes, y fue allí donde nacimos mis hermanas, otro hermano y yo. Pero me pongo a pensar lo que hubiera sucedido si se queda en San Felipe. O si la vida le ubica en un pueblo rural del sur racista de Estados Unidos.
3
Otro es el camino en mi caso que se hubiera dado si en lugar de entrar a la secundaria me hubiera ido en la ruta del trabajo informal con apenas el conocimiento de primaria. O si terminando la secundaria me hubiera dado por cursar de mojado a los Estados Unidos. O si terminando la Normal -la que sí estudie- me hubiera seguido en ruta a trabajar en los lugares de la Guelaguetza en Oaxaca, o en los Altos de Chiapas, y hubiera entrado a la dinámica de la CNTE y los municipios autónomos promovidos por el movimiento del Sub Marcos.
4
Dichoso con lo que tengo sí, pero me pongo a pensar en todo eso de los mil destinos que estaban disponibles (y no). Nadie muere en la víspera, dice el dicho (y de juego decimos que solo el guajolote muere en la víspera de Navidad), mas pudo darse el caso que quedara en aquella carretera de San Luis Potosí, donde íbamos en raid en una camioneta que quedó a centímetros de chocar con un autobús ADO luego de que este saliera rebasando en una curva, y el chofer de la camioneta en la que íbamos frenó (lo mismo el chofer del ADO), alegrado en que las llantas en su fricción con la carretera sacó mucho humo u quedaron a centímetros del choque. Pudo ser que allí se terminara mi historia muy breve a los 17 años. Una cruz en el cementerio de quien pudo haber sido y no fue.
5
Y recuerdo, cómo no, cuando las patronas de mi papá le decían que les regalara ese niño tan bonito de ojos verdes, para crecerlo en otro ambiente, y mi papá terco que no, y ella insistían que ya venía diciembre y las fiestas de navidad, y hasta podían utilizarme como Niño Dios en el nacimiento, para bendecirme como regalo. Y mi padre reía. pero sí otro destino hubiera sido. Aclaro que no sé si mejor o peor, pero sí distinto. Solo porque la imaginación juega, y podría darle el sentido de hacia uno u otro sentido.
6
¿Y si el camino seguido hubiera sido cura? ¿Buscaría serlo siempre de un pueblo de montaña o parte del clero bonachón o fiero? ¿Estoico o disfrutando en el goce del placer mundano, pero apegado a los cánones, sin salirme del marco de ley. O si mi ruta era irme nómada con un circo de pueblo en pueblo. O si me hubiera casado a los 19 con aquella novia primera que conocí en la secundaria, que merece capítulo aparte.
7
Me acuso de perder el tiempo en estas divagaciones, que de cierto nada resuelven, y es posible que nada se pueda crear con ello, solo una manera de ejercitar la imaginación, dudar del destino, entrar a laberintos sin salida, recorrer el infierno de la duda, de esto o lo otro, sabiendo que a ningún punto se llega, ni se conquista un lugar nuevo, ni se crea un nuevo movimiento, ni se seduce al amor platónico, ni se toma la verdad de los cabellos, ni a Dios por sus barbas, ni se realiza lo que se sueña. Solo que pensar es bueno, ejercicio de la lógica, y divagar en la imaginación es darle justificada razón al vacío de las horas rutinarias.
8
Recuerdo sí, a Edipo Rey, de Sófocles, trágico griego, quien muestra la manera en que el destino se cumple a chaleco, por más intentos, todos ellos vanos, por burlarlos. Cuando él nace, sus padres acuden con el oráculo de Delfos para que vaticine su futuro. Lapidario este ente mitológico responde: "Matará a su padre y cogerá con su madre". Ante esto sus padres lo envían a lo alto de la montaña para que lo coman las fieras nocturnas y lo rematen las inclemencias del clima. Solo que el sirviente de confianza se apiadó del niño ylo regala a una pareja que no pudieron tener niños. Y oh, destino infausto y cruel que lástima no siente por lo trágico de la vida de los individuos en este Valle de lágrimas. Y de adulto, el joven Edipo mata a su madre y cohabita con su madre en el tálamo nupcial.
9
Hay quienes encontraron la muerte, ni antes ni después. Solo que entraron en el camino equivocado de cama ajena, carro ajeno, actividad ajena, carretera peligrosa, actividad de andar siempre con cuidado ya. la defensiva, y apareció la bala con dedicatoria o perdida, o lo confundieron como objetivo, puesta ni modo, o se cruzó en su mala suerte un trailer sin frenos, o un beodo conductor que le chocó con los resultados conocidos de la muerte sin deberla ni temerla.
10
Yo me vine al sur para ir al <norte y venirme contento, a encontrar pan y sal y saborear el pozole y el agua de coco, el dulce de papayita, y el agua a raudales, grandes amistades, muchos conocidos y unas historias por contar en papel blanco donde expongo mi interior a través de las palabras. Y me gusta cantar tomando un café negro que es grato coincidir, habiendo tanto tiempo y tanto espacio en el universo y su discurrir eterno.
11
Resulta que hubiera sido filósofo, de esos que pernoctan en la calle, ya decir dos o tres cosas para reflexionar, como dicen que lo lograba Diógenes con su lámpara prendida de día, como un loco cualquiera, que sin embargo respondía cuando le preguntaban de esa razón tan extraña por no decirle ridícula y loca, él respondía que andaba buscando hombres honrados en Atenas.
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