Pensar 2

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¿En qué edad tuvimos conciencia de la existencia? ¿Conciencia de que formábamos parte de los seres vivos, y que vivíamos en algo llamado planeta? En mi caso a los 9 u 10 años. Y se presentó cuando un amigo vecino ahogó un gato, lo metió en una cubeta con agua, lo sostuvo abajo, y al sacarlo, muerto, ya no respiraba. Pobre gato negro.  Por esos meses falleció mi hermanita penúltima de los nacimientos de mamá. Y vi llorar a mis padres y hermanos y hermanas mayores. Fueron esos hechos relacionados con la muerte, más lo que iba aprendiendo de historia y geografía en la primaria y luego en la secundaria, los que me dieron las primeras nociones de "mi" existencia como ser vivo. Los temas: sistema solar, universo, giros permanentes de los planetas alrededor del sol, las guerras con sus miles de muertos, etc.

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Quizá por eso cuando al salir de la secundaria me preguntaban sobre lo que quería estudiar, siempre decía yo que "Filosofía y Letras", y aunque el destino me llevó por otro rumbo profesional y laboral, siempre quedó en mí latente esa inquietud de estudiar la carrera que, sin utilidad de lucro y menos riqueza económica, intenta explicar del origen de la materia, sobre lo que somos, a dónde vamos, y para qué estamos, materia y espíritu, "a dónde van los muertos, quién sabe a dónde irán", etc.

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Ah, pero les cuento que a los 17-18-19 años teníamos un círculo de lectura de temas de filosofía. No era tarea, ni obligación. Era lo agradable de reunirnos entre amigos y amigas, y leer, y explicar lo que entendíamos. Queríamos saber sobre las razones de pobreza, miseria, riqueza, desigualdad social, marginalidad, centeo y periferia, mano de obra, gobierno y poder, revolución, etc. Así que bajo la generosa sombra de un árbol nos reuníamos los sábados (no había tablet, ni teléfonos celular, y si los hubiera no tendríamos por la situación económica de nuestras familias) y aprendíamos asimismo el movimiento de las piezas de ajedrez. Soñábamos con ilusorios jaque al "rey" Luis Echeverría y López Portillo. Y nuestro jaque a la reina era el acercarnos y conquistar con poemas a una muchacha amada y besarla. Los peones eran los obreros y campesinos asalariados, y así con las otras piezas.

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Cierto, en la Normal teníamos una materia que se llamaba Filosofía de la Educación, así que no andábamos tan desprotegidos, y luego ya en Tabasco, específicamente en Ciencias de la Educación, cuando la Universidad, llevamos la materia  "Historia de la Filosofía", donde hicimos un recorrido por los pensadores antiguos y no recuerdo bien hasta donde llegamos, quizá hasta los de la Edad Media. Pero continuaba en mí ese aguijoneo por estudiar de esos temas que nos llevan a pensar algo más lógico, pero sobretodo saber lo que somos, fuera del ego, de las búsquedas distintas en la vida. Luego vino el gobierno panista a nivel federal para, entre otros desgauisados, reformar los planes de estudios de todos los niveles y quitar por "inservible" las materias relacionadas con la Filosofía, es decir, con las que nos llevan a pensar y por lo tanto a criticar el sistema económico imperante, y los gobiernos que les sirven. Además de la corrupción desmedida, etc.

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A la Filosofía se la llama la "madre de todas las ciencias", y etimológicamente, por "Filos" y "sofía" se le llama "amiga de la sabiduría". Algo así como el conjunto de conocimientos que buscan dar respuestas sobre el Qué, Cómo, Por qué y Para qué de la existencia y en particular de la vida humana. Entre todo ello sobre la materia, de la cual ya se sabe que no se crea ni se destruye, sino solo se transforma. Pero si no se crea ¿cómo fue que empezó? ¿Y qué es el tiempo? Y todas las preguntas que usted pueda tener más allá de las respuestas que ya tienen disponibles las materias escolares en particular. Recordemos, la filosofía está más allá que cada una de las materias.

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A eso se refiere el título de esta serie de textos que iré publicando de nombre "Pensar". Y todo porque hace días empecé a leer un libro que se llama "Historia de la Filosofía I, Antigüedad, Edad Media y Renacimiento", del maestro alemán Johannes Hirshberger. Y a manera de ejercicio iré haciendo apuntes, e intentaré sean claros y sencillos, para compartir con algún lector que se interese por el tema; lo mismo si se interesa por el libro en pdf, se lo envío. 

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Es mi idea que estamos en la existencia para disfrutarla de la mejor manera posible, sin hacer daño a los demás. Y no solo para comer, dormir, trabajar, esperar el domingo, pagar la tarjeta, ser cliente de la usura banquera, y de los Coopel, Salinas y tantos otros semejantes. Si no qué chiste tendría este viaje de la vida. Pero para eso debemos conocer un poco más, un poco más, y esto solamente se puede alcanzar mediante la lectura, no de otra manera.

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Cada vez que voy a platicar con grupos de alumnos, en la madrugada me despierto para tratar de encontrar algo provocativo y /o llamativo para mis primeros cinco minutos frente a ellos. ¡Qué responsabilidad! Hace días fui a Comalcalco a este tipo de charlas, nivel bachillerato. Y mi planteamiento fue: "Hagamos de cuenta que estamos ante dos puestos de venta. Uno ofrece en venta "Pensar" y el otro "No pensar". Con el agregado en el primero de "se requiere esfuerzo", y en el segundo: "No se requiere esfuerzo". ¿Cual de ellos adquirirían, en el supuesto de que tuvieran que escoger uno que les sirva para vivir la vida? Les pedí que la respuesta se la guardaran, que la reflexionaran. Y que la primera tiene que ver con la lectura de libros de temas que les interesen, incluyendo bajo este planteamiento, y al referirse a "pensar", temas de filosofía en general. Y que la segunda su mismo nombre lo indica: no requiere esfuerzo, pero es la generadora de eso que le llamamos "mala suerte".

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Como si el pensamiento individual, y el pensamiento de las civilizaciones actuales, fueran un edificio, se requieren para su construcción bases firmes, de acuerdo a la altura de pensamiento que queramos darle a nuestro edificio particular del pensar. La historia de la Filosofía son sus bases, sus cimientos. Lo que pensamos hoy, contaminados o dañados en gran medida  por las ideas del poder para mantener la explotación, requiere que pongamos la mirada hacia el mejor pensar, y estas comprenden, por un lado el hábito de la lectura libre, y por otro, de estar en nuestro interés, los temas fundamentales de Filosofía. De lo contrario nos pasaremos la vida solo quejándonos. Y eso cualquiera.

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Eduardo Del Río, Rius, realizó mucho trabajo de divulgación, utilizando historietas. A ellas nos asomamos hace cuarenta años para indagar algo sobre Marx, Cristo, el Ché, Filosofía, alimentación, medicina tradicional, con el agregado de "para principiantes". Pues hay que seguir "principiando", para adquirir conocimientos que nos hagan abrir un poco más los ojos de las "entendederas". De nada sirve estarnos quejando siempre, si no hacemos algo, aunque sea una utopía, de contribuir al ejercicio humano y humanista de pensar para aplaudir cuando corresponde y no siempre y a todo, y callar cuando es necesario, que tanto tiene de valor la palabra como el silencio, y si no que lo diga la música.

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Que nuestros jóvenes compongan canciones en cualquier ritmo, sea reguetón y rap, ¿y qué? pero que le pongan sustancia y no solo sobre "soluciones" (leer al revés la palabra), que no está mal, pero estaría mejor con una temática variada. Filosofar es chido y chévere, porque sencillamente es pensar, y esto tiene que ver -hay que reiterarlo- con la lectura. Pues bien: no serán a diario los textos sobre "Pensar", pero por allí pasarán las ideas de los batos Leucipo, Jenófanes, Anaxágoras, Empédocles,  Demócrito, Heráclito, Pitágoras, Parménides, Zenon, Meliso, Platón, Aristóteles, etc.