Yo te bendigo, vida

1

Se vive en el día a día. Y más precisamente en los instantes que lo conforman. Y allí sucede todo que bien puede mostrarse como una gama amplia de matices entre los extremos de lo bueno y lo malo. En un instante la vida, en otro la muerte. Y de ese tino del destino no escapamos. A veces carcel el cuerpo, a veces la familia, a veces el Estado. A veces cielo, paz y armonía, y el amor ni se diga en el consuelo con la dicha, y con un abrazo fuerte la amistad, que nos ubica en el espacio correspondiente. Ni menos ni más.

2

Que si reí o lloré, diría la canción, valoro lo vivido hasta este instante, ya se verá lo que venga en adelante, y valorarlo también, como ilusión del vivir. A veces me pongo pesimista y siento lanostalgia de marcharme, como una larga despedida, y en otras ocasiones, se siente que somos parte de lo eterno, sobretodo cuando la felicidad toca a la puerta. Y nos asomamos por una rendija, para ver si es engaño, o realidad. Y le abrimos la puerta, con la sonrisa y el pase usted.

3

Si acaso terminé de leer cinco libros, entre los earca de cien que empecé, y que de vez en cuando los busco y abro, para seguir avanzando, sea en uno u en otro. Como cien me han comido las termitas, de una plaga que hay en la casita. Y no las puedo acabar. Pero si me descuido, ellas sí acabarán con el papel comiendo poemas, cuentos, novelas, y con los textos de filosofía; a los de historia y ciencias no le entran, sepa Dios por qué.

4

Que hice poco ejercicio, por causa de mi falta de constancia. No tengo justificación, más que la flojera, que debo superar, no en que sea más, sino en que sea menos. A falta de ejercicio, se hace más lento uno, como que pesa más, y el peso hace caso y se acumula para dar veracidad a lo que dice la báscula. Cierto, me gusta caminar, y en el balance, por este año que se va, queda en negativo, número rojos, dirá el contador.

5

Me queda la alegrías y -por lo tanto- satisfacción, de haber escrito cada día, amor y melancolía, aún que lloviera o hiciera en extremo calor, entre 6 y 10 de la mañana, quedó a diario un texto de entre tres y cuatro cuartillas, con las limitaciones propias del oficio en uno, y de lo que uno imagina, o juegaa con las palabras, uno entre cien quedó mejor, y es ganancia.  Esos uno entre cien los iré sumando, para que aparezcan en libro, no por ego, sino para que quede algo cuando yo ya no esté en este plano, y alguien diga, lo conocí, lo traté, y esa vibración cósmica me llegue a donde se encuentre mi alma.

6

Si mal hice fue inconsciente, cortar un fruto sin pedir permiso al árbol generoso, escarbar un hueco sin pedir permiso a la tierra, y cosas así por el estilo. Si hice bien, no lo aseguro, no me acuerdo que´, cuándo ni a quién. Sucede sí, a veces, cuando ando deambulando que alguien me saluda, o se me acerca otro alguien para decirme que tal fecha, en algún lugar nos conocimos, y que hice algo por él, y yo la verdad no me acuerdo, pero me da pena, y hago como que sí. Y a veces una mujer se me acerca para decirme que fuimos amigos, y yo le digo que lo seguimos siendo si quiere. Y le agrego que la amistad, y sin duda el amor, son los sentimientos que mueven al mundo en la parte humana, y que el odio también, pero en otro sentido, etcétera.

7

Viajo poco, el bolsillo no es boyante. Casi no uso la tarjeta de crédito, por el horror a pagar a plazos, como una cadena que amarra. Y sí, me gustaría andar por otros lugares, más allá de Matamoros, mi tierra natal, a donde vuelvo cada vez que puedo. "Pero eso que gastas para ir a tu pueblo te puede dar para viajar al extranjero", me dicen amigas. Y puede ser, pero soy un pueblerino que lee, así que prefiero Guanajuato, Oaxaca, Yucatán, por nombrar algunos de los estados de mi México querido. Y me consuelo bien consolado, de que viajo en las lecturas, de la tierra a la luna, y que navego en góndolas de Venecia, y por Atenas me encuentro a los filósofos y poetas, lo mismo en la Roma de aquellos años, de la gracia y esplendor. Y así puedo seguir. Hay un lugar que se llama Matamoros, en el Noreste del país, donde tengo amigas y amigos, y mis familiares directos, hermanas, sobrinos y sobrinas,  primos y primas, el polvo de mi padre, madre, cuñados y mi hermano Mariano, el más reciente.

8

Siento paz al acostarme, y en esos minutos antes de dormir hago recuento de lo que hice en el día. A veces me desesperaba por no haber hecho suficiente -la vida se va- hasta que escuché al poeta arquitecto che artista Luis Porter, mi amigo, mi hermano mayor, que me cuenta sobre la importancia de no hacer nada y disfrutar el paso, lo que miramos en colores y formas, lo que tentamos, los sonidos que escuchamos, y que nos baste para alimentar nuestro ser. El tiempo de todas maneras nos lleva. Y disfrutar la vida haciendo o no, solo contemplando, bien vale la alegría. Gracias, Luis, por la buena la aclaración sobre esta obligatoria tarea autoimpuesta de hacer como todo sentido de la existencia.

9

Y pido perdón por supuesto a quienes ofendí sin querer o queriendo (esta palabra en gerundio es más bien por ritmo que la escribo, no porque haya sucedido que yo haya querido dañar a alguien), cierto, a veces por imprudencia, algo que dije, no algo que pensé (esto no daña), o si a mi paso pisé alguna planta, o si una palabra escrita -independiente- dijo lo que yo no quería decir, en fin, que me enredo en aclarar. No pido perdón por pensar diferente, eso es cada cual en su derecho. Si alguien "amigo" me pidió un favor (anda, yo sé que si se puede, todos lo hacen, tú que no me quieres ayudar, ahora si lo que quieres es dinero, y tu negativa es para que sea más, te entiendo"), pero eso significaba violar la Ley, lo perdono yo. Pero sé que no era mi amigo en verdad.

10

Mi balance es positivo, entre los colores y sinsabores, porque hay un equilibrio que me genera paz. Tomo café y es alegría mayor. Porque hay palabras. Hay diálogo. Mezcla de la embriaguez de la poesía, la narrativa y la vida misma. En paz, yo te bendigo, vida; y espero sea aún no muy cercano mi ocaso.

 


 



Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam