Pensar (1)

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Un tal Tales, nacido en Mileto,  consideró que era el agua, la parte sustancial origen de todo lo que existe, lo conocido y lo desconocido. No se anduvo por las ramas ni andaba tan equivocado cuando pensaba así hace más de dos mil quinientos años. Nosotros, cuando niños, habíamos escuchado en la escuela primaria que nuestro cuerpo, el del ser humano, este que habitamos fugaz, está integrado casi por un 80 % de líquido. 

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En el registro de la historia de la Filosofía, Tales junto con otros cuales, Anaximandro y Anaxímenes, son llamados los presocráticos (cómo se pensaba antes de Sócrates, el maestro). Y a Tales de Mileto, se le llama con justeza, el Padre de la Filosofía. ¿Y qué había antes de él en el pensamiento ya humano? Estaban los mitos fundacionales. Todo ese conjunto de historias que se contaban los primeros hombres para explicarse lo que no comprendían. ¿Y ese rayo? ¿Y esa lluviaa? ¿Luz y oscuridad con el día y la noche? ¿Vida y muerte? Los mitos explican todo eso de una manera como en el inicio del pensar se explicaban los hombres. Eran los albores de la humanidad. Recordemos que no había ciencia. Se la explicaban con mitos, se creía a los mitos, porque no necesitaban demostración. Y además era lo único que había. 

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El logro de Tales no fue esencialmente que haya considerado al "agua" como el principio de todo, dice Aristóteles, sino que haya concebido el concepto, la idea, de que hay "un principio" de todo, que ha generado todas las cosas, de allí proviene todo lo que existe, todo lo que conocemos, y todo lo que no conocemos, pero que asimismo existe. Es el concepto de donde parte la Filosofía, "¡la madre de todas las ciencias!" y por lo que se le llama a Tales "El padre" de la Filosofía, es precisamente por eso, el haber concebido el concepto del origen. A nadie se le había ocurrido.

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Demos un salto al 2022. Todos tenemos la capacidad de pensar, sí, claro, por supuesto. Generalmente nos ocupamos en pensar solo en lo inmediato, en nuestras "urgencias". Y estas refieren a la casa, a nuestro trabajo, al tráfico, a las posadas, a las vacaciones, a descansar, a lo caro que está todo, a que el IFE no se toca, a que el IFE sí se toca, etc. Y refunfuñamos y no pasamos de allí. Y si todos tenemos esa capacidad de pensar, muchos filosofan, pero muy pocos son filósofos. De hecho, la capacidad de pensar es innata al ser humano; de filosofar le es natural al niño, solo que luego cuando crece, le cortamos esas alas. 

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Le pongo de ejemplo, porque lo recuerdo bien, una ocasión que una de mis hijas llegó del kinder. Me dijo que la maestra les había explicado sobre el origen del hombre, y que Adán y Eva habían sido los primeros seres humanos de la tierra (mito). "Y yo me pongo a pensar, papá: ¿Quién les daría su biberón?"

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Volviendo a esos tipos que empezaron a pensar, Anaximandro consideraba que hay algo "indeterminado" e "indeterminable". Ante estos conceptos, de algo que no se puede saber, según las mismas palabras, pero lo importante es el concepto en sí, de que hay algo donde se origina todo. A partir de allí, de eso que no se sabe, habría empezado todo: a separarse lo uno de lo otro, lo caliente de lo frío,  lo húmedo de lo seco, la luz de la oscuridad, etc. Y en un proceso gradual (muchos, pero años después se hablaría de la evolución) se originaría el universo. O lo que aún hoy conocemos como universo.

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Solo para completar la triada de pensadores tilesios (por lo de Tales) en el origen, llamados los presocráticos, nombro a Anaxímenes, alumno leal a Anaximandro. Este, aunque hay pocas referencias de él, pero las hay, consideraba que era "el viento", el origen de todo lo que existe. Y a manera de simplificar, decía: "el aire enrarecido se torna fuego; condensado, viento; después nubes; aún más condensado: agua, tierra, piedra, y de allí todo lo demás". De los tres, Tales, Anaximandro y Anaxímenes, se les puede acaso considerar físicos y filósofos de la naturaleza, pero el solo hecho de buscar razones para explicarnos el origen de todo lo que existe, se les llama filósofos, y están considerados los primeros en este andamiaje del pensar con ciencia de la humanidad.

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¿Cómo llegaron a esas conclusiones los presocráticos? Porque observaban la naturaleza, y en ella los cambios. Los mitos estaban muy arraigados. Eran las explicaciones sencillas, simples, pero aceptadas por todos. No requiere esfuerzo alguno el aceptarlas. En estas explicaciones intervenían como grandes hacedores todos los dioses, que en esos tiempos tenían formas conocidas, como la luna, el sol, la lluvia, y que poco a poco fueron cambiando en otras formas. Solo que el pensamiento de algunos pocos duda de lo que se explica. ¿Apoco sí? ¿A poco así de smple? Oye, ¿y tú por qué no aplaudes? Y en el momento de dudar es donde se genera el conocimiento. Hay especulaciones, hipótesis. Pero todo esto parte de la observación minuciosa.

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¿Se puede vivir sin pensar? Esencialmente el ser humano no puede vivir sin pensar. Aunque sea poco, pero lo hace. Piensa que es de noche y es hora de descansar. Piensa que tiene hambre y se procura alimento. Piensa que va a una parte y dónde es la parada de esos camiones que lo llevarán. Y lo que cobran. Y si tiene el dinero para viajar. Piensa, claro. Piensa que sabe lo suficiente. Y que siempre tiene razón. Que los demás están equivocados. Y se enoja si le refutan. Si le contradicen. 

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No. No se puede vivir sin pensar, aunque sea poco y con fórmulas. Pero se vive. Solo que hay otros que se dedican a pensar. Leen, observan, ríen. Aplauden poco, claro. Y aman consuetudinariamente al conocimiento, al libro, a la naturaleza. Y saben callar. Lo cual no es fácil. Lo que sí es que dudan mucho. Por eso escuchan, preguntan, leen. Los otros no. Los otros ya saben. Son dueños de las certezas y de la verdad. Por eso no dudan. Porque lo saben. Y ya no leen. Solo afirman, aseguran. Y se ponen coloradotes en sus mejillas (o verdes) cuando les contradicen.







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