Montserrat

1. Es un edificio de apartamentos en la colonia Anáhuac, Delegación Hidalgo, ciudad de México. En ese edificio los vecinos habían instalado cámaras para poder dar testimonio. He aquí uno de ellos:  bajan a alguien en camilla por la escalera. Es una persona muerta. Se ven arneses rodeando el cuerpo para unirlo bien a la camilla. Lo cargan dos elementos. Uno de los vecinos lo sube a la red. El cuerpo lo llevan a la funeraria, sin tener permiso alguno. Se mira a una persona con uniforme de policía. Luego se sabe que la persona de la camilla es Montserrat.

2. En diciembre de 2021 Montserrat Juárez, de 23 años desaparece. Sus padres levantaron una denuncia por desaparición de persona. Se emite la alerta Amber. A los pocos días se baja la investigación y se quita dicha alerta. La razón: Montserrat se presentó a la agencia de investigación para decir que no está desaparecida, sino que vive en un unión libre y que es mayor de edad. Hay otra versión en las que se asegura que estas afirmaciones las hizo por teléfono, lo cual sería ilegal a todas luces de entendimiento.

3. Para los vecinos del edificio de departamentos les era común  escuchar gritos y golpes en ese departamento específico. Ya habían avisado al 911. Se presentaban policías. Platicaban con ellos. Y los uniformados argumentaban, para irse, que no podían hacer nada porque era propiedad privada, y no tenían orden de cateo. Así varias veces. Uno siente que las tragedias pueden evitarse. Y achaca errores o mala fe de los otros. El caso es que Montserrat vivía un infierno, a grado tal, que se cometió feminicidio con ella.

4. En ese departamento vivía una familia integrada por madre, padre e hijo. Ellos de edad aproximada entre 50-55 años. El muchacho de unos 25-27, no más, de nombre Sean Alejandro, quien conoció a Montserrat vía redes sociales, no hacía mucho tiempo, según la madre de ella. Tan así que en pocos meses se fue a vivir con él. Seis meses antes de que se supiera que estaba muerta, sus padres aún se comunicaban con ella. "Hola, estoy bien, luego les hablo". Y cortaba en esa brevedad por donde se escapaba su vida. Y cuando la comunicación (si se le puede llamar así) tardaba más tiempo, digamos un minuto, se escuchaba que a ella le decían lo que debería ir respondiendo. Eso cuenta el padre. Y sin duda el padre y madre de Sean, hasta dónde se sabe, son los culpables del feminicidio. No queden impunes.

5. Yo me entero por titulares el domingo pasado. No quería asomarme a la nota completa. Y le huí por horas. Y pienso en todas las mujeres del mundo. Especialmente en mis hijas, sobrinas, y las de mis amigos. Pienso en mis vecinas y en todas las estudiantes que miro en mi caminar. Y concluyo que estamos y andamos mal. Entonces me asomo a enterarme con detalles. Y esto es lo que escribo y pienso. Y pienso.

6. Montserrat estaba secuestrada. Estaba cautiva. Cautiva también de ella misma. Y sin pensar en ella, porque no tengo datos más de los que se conocen, cuántas muchachas son empujadas a la calle. Y más con la consigna de odio: "si te vas no regreses". O "si te vas has dejado de ser mi hija". O si se embaraza con su novio son corridas de la casa y hasta con golpes de despedida. Que ante esa circunstancia, viviendo o malviviendo en un entorno de violencia, de sadismo demencial, piensan que no tienen a dónde ir, más que estar y permanecer allí, donde hay sobras de comida, donde hay una cama, aunque también hay golpes y gritos, empujones, quemaduras con cigarrillos, violaciones. Y parece que no hay una luz a donde dirigirse. Y menos a la mano una brújula (la que proporciona la educación) para orientarse.

7.  Uno ha de insistir en la educación. Pero no solo de manera somera y general la expresión. Sino el alto concepto humanista. Donde la persona desarrolle todas sus potencialidades. Con la que se construya una sociedad donde no haya fanatismo. Ni discriminación. En la que la salud mental y física sean una prioridad. En la que ser pobre no sea limitante para el ingreso y el sostenimiento en una escuela de primaria hasta profesional o de oficios. En la que ser humano sea sinónimo de responsabilidad, paz y armonía. Y esto solo con educación plena. ¿Nos la merecemos o no? ¿La necesitamos o no? ¿Urge o no?

8. Y aún lo más grave de todo esto que sucedió con Montserrat Juárez, es que nos olvidamos de ella y la manera en que la asesinaron, porque deja de salir en las noticias y otra mujer asimismo asesinada ocupa el lugar en los noticieros, de tal manera que vamos normalizando el feminicidio y las más de veces la impunidad.

9. Uno tiene que decir -gritar- basta. Que las noticias que acaparan hoy y estos meses y el.primer semestre del año 2024 relacionadas con las lecciones y sus trampas, y en todo ello los intereses de individuos y grupos, no nos hagan olvidar que en muchos casas las.mujeres padecen de inseguridad y de la enfermedad mental de sus disparejas, y que su situación económica, pero sobre todo educativa y emocional no les permite salir de ese infierno.

10. Necesitamos hacer un trato: no olvidar que es nuestro deber ético hacer algo -por pequeño que sea- para detener este derramamiento de sangre y vidas. Empezando por pedirles perdón a ellas, las dolorosas víctimas, por dejar que el estado de cosas siga igual. Todos tenemos parte de culpa. Todos debemos hacer algo. Y me incluyo. 




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