La tenacidad de un muchacho en Atenas

Larguirucho. Flaco en extremo, Edusikis dijo delante de todos que participaría en los próximos juegos de Olimpia. Todo Atenas lo escuchó al igual la consecuencia: risotadas de burla más que de incredulidad. Nada hizo mella en su ánimo. Trazó su plan con estrategia. Y a partir del día siguiente le vieron ir de su casa al trabajo, cruzando Atenas, y recorrer doce kilómetros ida y vuelta con un becerro de 25 kilos al inicio sobre cuello y hombros. Y al paso de días y semanas todos vieron la tenacidad y el ir en aumento de peso ambos. Al cabo de seis meses aumentaban las burlas  y el peso del becerro y de Edusikis . Al año era un novillo de 350 kilos y él una estatua corpórea viva. Así llegó el día de la selección. Y se presentó al estadio con la mole vacuna sobre sus hombros y cuello.  Y más tardó en bajarlo que luego darle un puñetazo y lo mató de un solo golpe. Llamaron a los pretendientes a ser seleccionados en boxeo en ese peso. Nadie se anotó para enfrentarlo. Sólo él quedó. Y sin enfrentar a nadie fue seleccionado para los Juegos Olímpicos, donde obtuvo la corona de olivo de la victoria.

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