Aquí ando, este día

Aquí ando este día. Confeti bajo el árbol. Y la guitarra española. En repetidas canciones dicen de trayectos como borradores por la tarde. Me asomo a la ventana del destino mientras tanto. Y escudriño rastros en los rostros. Rastros que deja la alegría. Y el café perenne de los viernes. Aquí ando. Rumio palabras como siempre mientras dormita mi sombra por cansancio. No me lleva bien el paso, como juró un día somnolienta. Aquí ando. Sobre rastrojos del pasado que iluminan el presente en gerundio. Vamos, que es 29 y viernes. Y es enero en el inicio del año. Otros momentos forman parte de la historia. Por ejemplo, hablemos del diluvio. O las guerras floridas. Y la bipolaridad es asunto de nosotros. Había prisa por sorber el mar de un solo buche. El diluvio fue el conjuro de hacer el milagro con la especie. A falta del papel moneda. Uno y una. Y en las guerras floridas se esculpían las palabras. Para hablar del amor perdido y de que más gana el que pierde un bate para beisbol. O la mujer precisa del poema. Decían de las comas. De las cosas. Del invierno frío. Y del canto de sirenas. Aquí ando. Preludio para amanecer el 30. Río encendido para mares tibios. Amigos, he contado de la historia universal. La página, siendo en ella la misma, ahora es otra.

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