Días grises y Serrat

 1

Días grises. Hay días así. Nublados. Ahora ha llovido en la noche. Y creo que con un viento fuerte de sur a Norte. Lo digo por unas plantas que tengo en maceta y que están medio caídas, como efecto de ese fuerte viento. Y llovió. Están las calles mojadas. Y unos encharcamientos. Los días grises son imagen general de desaliento, en contrapartida de los días con sol y por lo tanto mucha claridad.

Lo que vemos, dicen, no son los objetos en sí, sino el reflejo de ellos, la luz que al rebotar nos llega a través del sentido de la vista, y la descifra nuestro cerebro. No me haga mucho caso, que estoy escribiendo como práctica, y puede haber algún o algunos errores en lo que digo. Pero sí. La luz se refleja en los objetos, sobretodo cuando es luz de mañana o de tarde. Entonces los colores se ven más nítidos. Por eso la recomendación para quienes toman fotografías es que las tomen en horas de la mañana o de la tarde. Los fotos salen mejor por ese efecto de la luz en los objetos. Hay más saturación de color. Y se recomienda que estemos de espaldas al sol en el momento de tomar las fotografías. Diría el poeta, yo no lo sé de cierto. Lo supongo.

Hoy viernes ha amanecido así, gris. 

Pero ya hemos dicho que la alegría del corazón y del alma no radican en lo externo aunque influyan de gran manera, sino en las motivaciones interiores. En lo que nos mueve en el despertar y en los sueños. 

 

2. 

Los días grises son de paz y tranquilidad, pero de mucha nostalgia y melancolía. De recuerdos en un tránsito a otro en diversos momentos de la vida. De buscar una bebida caliente sea café o té. Y acercar un pan. Pero también jugar con los lápices de colores y dar luz y forma a una página en blanco. Encendemos las velas del corazón. Buscamos música. Y entre Debussy y las estaciones de Vivaldi, se asoman melodías de películas, unos danzones y sin faltar las canciones de Joan Manuel Serrat, sobre todo que no hay día, sea cual fuere, en las estaciones y circunstancias que fueren, que no nos levante el ánimo esa que dice “hoy puede ser un gran día, plantéatelo así; aprovecharlo o que pase de largo, depende en parte de ti”. Y adelante.

 

3. En 2014 vino a Villahermosa el maestro Serrat. A él lo escuchaba desde los 18 años.  Con canciones como “Para la libertad” canto, lucho y pervivo; “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar”; “La mujer que yo quiero no necesita, bañarse cada noche en agua bendita”; y tantas canciones con versos así. Cantó también poemas de Miguel Hernández y Antonio Machado, a los que puso música.

Y en el transcurso de los años lo fui siguiendo -lo he ido siguiendo- disco tras disco, entrevista tras entrevista, y siempre mi sueño había sido verlo cantar en vivo. Nunca se dio la oportunidad. En 1981 u 82 asistí al teatro de Villahermosa (gran teatro Esperanza Iris) y tuve la fortuna de ver en concierto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y a Virulo, cantautores cubanos, de la nueva trova. Las canciones de Virulo , no sabía de él, son de humor. Yo trabajaba en Jalpa de Méndez. Salí del concierto a las 12 de la noche. No tenía como regresarme a Jalpa de Méndez, y ni dinero para quedarme en hotel. Pero me quedé en el Hotel oriente, de la calle Madero de esta ciudad. Le pedí hospedaje al recepcionista. Y como un año antes o dos nos habíamos quedado allí cuando llegamos a Villahermosa, se acordaba, y me dio habitación gratis para dormir. 

El caso es que en 2014 disfruté el concierto de Joan Manuel Serrat. Y me dije ya me puedo morir tranquilo. En su entrada al inicio se cayó. Parecía algo preparado. Pero no. Explicó riendo que era la segunda vez en su ya  carrera que se caía en el escenario. En la anterior, que dijo dónde pero no recuerdo, cuenta que estaba cantando y que de pronto desapareció del escenario pero siguió con la canción. Y el público se empezó a reír pensando que era preparada esa caída también. 

A la salida compré una taza y una playera de recuerdos. La taza pues no sé ni dónde se quebró. La playera ya no me queda. Pero los aplausos que le dimos, esos los llevo bien en el recuerdo y el corazón. Y esos recuerdos y sensaciones del momento no me los quita nadie. 

4. Este día de viernes sigue lloviendo en Villahermosa,  sigue gris el día.Frente a mi casa trabajadores del ayuntamiento cortan el alto pasto del campo de fútbol. 

Escucho a Serrat, de la canción Ciudadano, de 1978: “Anónimos y desterrados/ en el ruidoso tumulto callejero/ con los vientos en contra va el ciudadano,/ los bolsillos temblando y el alma en cueros/ rotos y desarraigados./

Hablando a gritos, golpeando/ los adjetivos precipitadamente,/ asfixiados en los humos y en las gestiones,/ se cruzan y entrecruzan, sordos e indiferentes/ a salvo en sus caparazones.

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam