Los sueños, sueños son

Sueños

1. En sueños sucede todo, o casi. Hasta lo inimaginable. Ya jubilado encontré trabajo. Era por el rumbo del centro de la ciudad. Una ciudad cualquiera, Villahermosa o Matamoros. Que por cierto no son ciudades cualquiera. Era un local pequeño de venta de antojitos. Y al lado estaba un restaurant grande, pero no divididos de manera convencional. Como si al entrar y quisieras antojitos, tomabas a la izquierda, y comidas más formales, por decirlo de esta manera, a la derecha.

De entrada cogí de una mesa un plato sucio. Y lo llevé al fregadero. Y lo iba yo a lavar, pero ya había alguien designado para esa tarea higiénica, lo cual me sorprendió. Entonces yo observaba. El local era pequeño. El que yo consideraba dueño se sonreía conmigo, lo mismo que la dueña. Terminaba la jornada y me iba caminando. Saludaba amigos y amigas. Y al día siguiente me presentaba a mi trabajo, modesto, en una fonda del centro de la ciudad. En la mesa ya estaban sentados algunos amigos. El "dueño" me presentó con ellos. “Ya nos conocemos”, dijimos al unísono mis amigos y yo. Riendo, por supuesto, que todo trabajo es digno. Era como un orgullo del "dueño" de la fonda presentarme con algunas personas. Yo iba ese día decidido a preguntar cuáles serían mis funciones específicas en ese "restaurancito, qué comilona". Y sí, había una mesera que atendía las mesas y entre ellas caminaba como barcaza entre olas suaves.Y había asimismo alguien que cobraba. Y quién preparaba los pedidos. Realmente no me gusta cobrar salaruo sin hacer algo específico. Y me parecía que yo era como de apoyo general, de andar caminando por allí y saludando. No entendía este trabajo soñado. Así me lo explicó el que a mi parecer era el dueño:  “no tiene usted mi estimado una actividad en especial, ninguna función específica. Solo hablar, saludar, sonreír. Porque ¡usted es el dueño¡. ¡Coño! ¡Usted es el dueño!”. La mesera de la canción caminaba entre las pocas mesas y se detuvo prometedora y risueña al escuchar lo anterior.

Que lindo.

 A eso me refiero que en los sueños todo sucede. Vida, muerte, preocupaciones, reunión de amores imposibles, nadar húmedo en aguas turbulentas o calmas. Y pesadillas cruentas, a veces. 

2.-  Hay sueños recurrentes. Los que se presentan cada determinado tiempo. Y aunque algunas personas me dicen que nunca sueñan. Ni en vivo. A mi parecer todos soñamos dormidos y despiertos. En el caso de quienes dicen que no sueñan, es que simplemente no lo recuerdan. No tienen esa virtud. Más bien, esa dicha. Ese complemento de la vida. Y soñar despiertos es fácil. Solo extender la imaginación para armar lo que queremos en el futuro. Es una visión hacia adelante en el tiempo. Algunos de esos sueños se cumplen. Otros no. Y hay quienes aseguran que lo que sucede en el sueño, en la vida que llamamos real, sucede todo lo contrario. Puede ser, sí. Mas los sueños que se cumplen son porque se trabaja mucho en ellos con disciplina, esfuerzo y entusiasmo. 

3. Mis sueños recurrentes han sido pocos. Pero se presentan de vez en cuando. Sueño con mi madre, con mi padre y conque tengo la facultad de elevarme, a manera de vuelo. Es decir, moverme sin pisar la tierra. Con mis padres, en sueños diferentes, los veo en paz. Mi padre siempre sonriente, pero no de manera estruendosa, como lo hacía en lo real. MI madre con paz en el rostro, como cuando escuchaba la canción de Roberto Carlos, La paz de tu sonrisa, mis sueños realiza. Ella me abraza, mesa mi cabello. Mi padre y yo caminamos juntos, platicamos, por calles de matamoros. 

El otro sueño, del que les digo de tener facultad de elevarme en el aire, en un edificio de departamentos, como de 1940, me elevo y como en uno de los pisos 7 u 8, me asomo por la ventana. Y miro los muebles de la época. Me meto por allí. No veo a nadie. Y me maravillo con ver la ropa, los libros, cartas escritas con letra garigoleada, y postales en sepia y blanco y negro, dedicados. 

Otro sueño recurrente es que camino en una ciudad donde absolutamente todo es rojo, el pavimento de calles, las paredes, los árboles. Todo. Y otro sueño recurrente más es el que voy por caminos o cruzo puentes, que no llevan a ninguna parte, aunque yo sé a dónde voy. Nunca llego.

Decía en otros textos, que los sueños son material para escribir. Y aquí los escribí como ejemplo.

4.- Para terminar hoy, transcribo una parte muy breve del poema La vida es un sueño, de Pedro Calderón de la Barca:
“Sueña el rey que es rey, y vive/ con este engaño mandando,/ disponiendo y gobernando; /y este aplauso, que recibe/ prestado, en el viento escribe,/ y en cenizas le convierte/ la muerte, ¡desdicha fuerte! /¿Que hay quien intente reinar, 
viendo que ha de despertar/ en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,/ que más cuidados le ofrece;/ sueña el pobre que padece/ su miseria y su pobreza;/ sueña el que a medrar empieza, /sueña el que afana y pretende,/ sueña el que agravia y /ofende, /y en el mundo, en conclusión, /todos sueñan lo que son,/ aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí/ destas prisiones cargado,/ y soñé que en otro estado/ más lisonjero me vi./ ¿Qué es la vida? Un frenesí. /¿Qué es la vida? Una ilusión,/ una sombra, una ficción,/ y el mayor bien es pequeño:/ que toda la vida es sueño,/ y los sueños, sueños son.

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