Tiempo

Tiempo de tarde. De viernes. Con un crepúsculo encantador.  Los cien mil recuerdos de vuelo. Con sueños de quimera. Alimentando a utopía. 

La tarde es espejo con arco iris. Es libro donde cruzamos la página. Es deseo con los ojos cerrados disparada la imaginación. 

La tarde es el vuelo de pájaro. Con aleteo en sordina. Con fraseos de canciones. Con revisión al cúmulo de ilusiones. Con esperanza coleando por viva.

Crepúsculo, preludio del sueño. Para volar sin pasaporte ni salvoconducto. Donde la manzana roja es señal de identidad. Y las uvas inmoladas para el tinto seco y risueño. Sueños para cocinar realidad.

Y este viernes de tarde lueve leve, como caricia, palabras de aliento. Motivo e intento para recordar la humedad del origen. El viernes se despide lento. Sonríe. La sonrisa es, dicen, vacación gratuita. Yo lo sé de cierto. Lo sabemos.


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