De viaje 6 (De nostálgicos quereres)

1
Es bueno de vez en cuando hacer ejercicios de memoria. Remontarse al tiempo y recorrer detalles de hechos pasados. Aquel amor, aquella separación, aquel viaje. Previene el Alzheimer recordar nítidos los sucesos de hace décadas. Aquella vez del primer beso. El primer contacto extraterrestre. Escuchar la promesa de amor por siempre. Y te mintieron, sí. Pero lo bailado quién lo quita.
2
Ayer cantábamos La Chancla, canción de orgullo y de revancha. "Aunque a veces sí la recogemos", dijo alguien, sonriente en el gozo, nostálgico en el recuerdo. Y reímos porque nunca se me había ocurrido. "Cierto", completó alguien cómplice, para la imagen nítida del recuerdo de cuando se volvió. Lo dijimos de otra manera, como cuando ya está la chancla real en el bote de la basura y la rescatamos. O le pegamos lo roto, y nos dure una semana o mes más.
3
En eso se convierten las reuniones, en mezcla de nostalgia y melancolía. Los amorosos recuerdos son como pomada para la herida lejan, aunque viva. Caricia para el alma. Dolor que vuelve a dar. Aunque ya mimetizado como parte de lo que somos. Sobretodo las reuniones después de años de no verse ni escribirse.
4
Ayer recordábamos parte de nuestra infancia. Esos chiquillos en edad del juego. Parte fundamental de lo que seríamos después. La espontaneidad de ir de un lado a otro dentro de los límites del barrio sin más bandera que el juego, sin más compromiso que divertirse sanamente. ¿Y si cantamos otra? Y seguimos con melodías de aquella época en la que nos enamoramos por primera vez, de cuando fue para siempre y nunca. Expresiones de tiempo, taxativas de lo posible e improbable.
5
¿Qué vas a hacer mañana? Preguntan sobre el día siguiente, sobre la edad futura, sobre el resto como límite de la vida. Si poco a poco nos vamos despidiendo. Aunque no lo creas, yo pienso cada vez al asistir a una reunión, un nuevo encuentro, considero que puede ser la última vez, oportunidad para la charla, para el abrazo. La nostalgia rediviva por el futuro que nos va alcanzando sin concesiones ni contemplaciones. Y seguimos siendo los mismos siendo otros.
6
Mañana seré polvo. Mañana seré nada. Apenas un recuerdo en algunas bellísimas personas. Apenas una referencia que poco a poco al paso de los meses se irá desdibujando, gris, hasta borrarse por completo, para lo cual bastan apenas dos o tres generaciones. Si en el principio fue el verbo, esta necesidad suprema de comunicación, al final el poema mayor será el silencio.
7
Yo cuento de las tres canciones que interpretó a las 6 am, puntual, los 10 de mayo luego de la muerte de mi madre. Solo tres y son más que suficiente. Son de gozo aunque cuentan historias tristes. Son nostalgia en carne propia, aunque hablen de abandono que, verbi gracia, no fue mi caso. Pero son canciones que trascienden: "Por qué abandoné a mi madre" y solita la dejé. "Cariño verdad", la que habla de aquella casita tan linda y muy blanca. Y "Soneto a mamá", de Joan Manuel Serrat. 
8
La frontera norte son huesos viejos y nuevos. Son canciones de contrabando y traición. De la cantina de Bekar, la que al momento quedó sola. Son baches y polvo respirable, ya qué. Calles que no te llevan a destino alguno. Nuevas colonias al margen de los servicios públicos. Son los cruces legales, lentos y los ilegales con la muerte y zozobra como compañeros fieles. La frontera es trabajo fecundo de resistencia. Es convivencia alrededor del fuego. Es invierno cruel de mírame y tócame. Es búsqueda sin encuentros. Es nunta olvidar las tradiciones y costumbres. Es llorar a sangre viva. Es vivir a sangre espartana, alegre y esperanzadora. 
9
La frontera es decoro y dignidad. Es buena obra. Es reclamo permanente. Es oración perenne. Es látigo y tortilla de harina. Es el "guayin" como desayuno. Es la redova, polka y cumbia. Es la búsqueda de miradas como las migas de pan dejadas en el camino para no perderse. Es saberse pequeño y grande. Es filosofar sobre imperios y hambre. Es zapatos viejos en su comodidad. Es ven a verme, aquí seguimos. Es despertar y saberse aún en la distancia del bien común. Es aprendizaje diario sobre la existencia para sobrevivir en los instantes de los locos. Somos yo y tú, los otros, los mismos, buscando respuestas a preguntas que hicieron los abuelos y padres. Y que harán nuestros hijos.
10
De Soneto a mamá: "...De lejos dicen que se ve más claro. Que no es igual quien anda a quien camina. Qué un manjar puede ser cualquier bocado, si el rumbo es luz y el horizonte un beso. No es que no vuelva porque me he olvidado. Es que perdí el camino de regreso... mamá".




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