In memoriam Demetrio Diaz Sustaita

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Sonaba el teléfono. Así por tres veces. Se acostumbró uno a no contestar a números que no tenemos registrados. Ante la insistencia contesté: "maestro Calvillo. Soy Demetrio Díaz Sustaita. Me dieron la encomienda de editar una revista político-educativa, y me dieron tu número, para contactarte e invitarte a que escribas un artículo". Así, claro, conciso y directo. "Claro que sí, por supuesto. Cuenta con ello", le dije, asimismo, entusiasmado.

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Yo sabía de él de muchos años antes, por las actividades sindicales que realizaba Demetrio, allá por Comalcalco, junto con otros camaradas. Entre ellos Carmelo. Tan pronto había un movimiento, y su nombre surgía entre varios líderes. Y él sabía de mí -me dijo- porque he escrito artículos públicos con tema de educación y política, a veces críticas acerbas. Cuandonla división de la sección 29, que dio origen al SITET, fui autor de una carta con nombre "Por qué renuncuo al SNTE, carta qué fue copiada y repartida en varios municipios delnestado.  Así que ambos sabíamos uno de otro. Ambos tamaulipecos, paisanos. Él de Ciudad Victoria, yo de Matamoros. Más o menos de la misma edad. El mismo inicio allá por el 79-80., cuando el auge petrolero estaba en su auge en Tabasco, con lo bueno y malo que ello trae y atrae.

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En 2016 tuve la fortuna de conocerlo personalmente. El Secretario de Educación, Víctor Manuel Lopez Cruz, me dijo: "hijo, acompáñame a unas escuelas. Van a ir unos supervisores del Programa Escuelas de Calidad, y tienen una agenda de varias escuelas". Fuimos y en una de ellas el director era precisamente Demetrio Díaz. Al fin lo conocí. Nos saludamos. Nos identificamos y quedamos de vernos como muchas veces decimos. En eso se van los días, los meses, los años. Hasta este domingo pasado que la Secretaría de Educación de Tabasco publicó una esquela con su nombre como supervisor fallecido. Yo esperaba que hubiera confusión, o un homónimo de él. Y pues no.

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Ere el. La muerte de Demetrio. Su desaparición física. Es de los golpes fuertes en la vida, como diría el poeta Vallejo. Golpes para la familia. Para sus amigos. Para sus compañeros de trabajo. Para los tantos alumnos que formó. Para los maestros que defendió. Para tantas personas. Y aunque sabemos que es el destino de todo ser vivo, duele que sea aún en la flor de la vida, productivo, activo, sabio.

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Que la muerte es aliciente de la vida, no consuela. Qué todos vamos hacia ese lugar llamado también la última estación, no consuela. Que dejamos el café y la charla para después, duele. El café se enfrió. Demetrio Diaz Sustaita, el paisano, no está más. Solo los recuerdos quedarán. Solo la memoria lo mantendrá vivo por los tantos recuerdos. La pedagogía escolar. La pedagogía sindical. La pedagogía ciudadana, sin duda alguna. Demetrio, de los buenos ciudadanos. El maestro Demeteio, de los buenos profesionistas, de los buenos educadores.

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Yo suscribo palabra a palabra lo que escribió el amigo maestro Ismael Pérez sobre Demetrio: "Siempre dispuesto, siempre ahí donde se le necesitaba, era el mejor para "correr el lápiz", lo mismo te preparaba un discurso, que te redactaba un informe, un escrito, o un pliego petitorio en cuestión de minutos. Una mente ágil, palabras precisas, un mensaje directo, fuerte, pero sin caer en ofensas. Un estratega, diseñaba estrategias, las revisaba una y otra vez; nos reuníamos de noche, nos explicaba, se imprimía todo y al amanecer estábamos caminando las calles.

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"Un compañero de lucha, de los que se manifiestan, de los que caminan hombro a hombro, nunca faltó a un desfile, a una marcha, a un plantón o algún bloqueo. Siempre luchó por la dignificacion salarial del trabajador, por la mejoría de los servicios de salud, por la vivienda digna y porque los logros ya obtenidos jamás fueran violentados. Un hombre de carácter fuerte si se quiere, de firmes convicciones, con un don de amabilidad y cortesía que le acompañaban. Así era DEMETRIO DÍAZ SUSTAITA quien ha bajado al polvo de la tierra dejando en todos los que lo conocimos gratos recuerdos y por supuesto una gran tristeza por su pronta partida. DEP."

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¿Qué agregar a tan acertadas palabras del maestro y camarada Ismael? Solo que los destinos inevitables se conectan sea tarde sea temprano. Luego de un periplo extenso en años, de tener referencias recíprocas, un buen día sonó el teléfono de un número desconocido. Y ante la insistencia, al contestar dijo su nombre. Y empezamos a platicar por varios minutos. Sobre nuestra tierra. Sobre nuestra vida familiar. Sobre esta tierra prodigio qué nos adoptó. Sobre lo que sigue, que no sabemos qué -el futuro es siempre incertidumbre- sobre el trabajo político rumbo al 2024.

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Normalistas ambos. Tamaulipecos los dos. También coincidimos en dejar que nuestras raíces fueran arraigando aquí en Tabasco. Y la vida va. Serena a veces. Brumosa a veces. Y siempre la buena actitud, la tranquiladad en la tormenta, la sonrisa ante la adversidad, nos ayuda. Y Demetrio era todo eso y más. Un ser humano en toda la extensión de la palabra.

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Hasta pronto Demetrio Díaz Sustaita. Aplausos por tu generosa vida.


  

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